El conflicto de Michoac¨¢n lleva la tensi¨®n a los emigrantes en Los ?ngeles
El miedo al narco y la comprensi¨®n hacia las autodefensas se traslada a los m¨¢s de dos millones de emigrantes michoacanos que viven en California
Junto a un restaurante de mariscos norte?os forrado de fotos de mariachis, en una tienda de calzado vaquero suena a todo trapo un corrido del cantante Roberto Tapia que glosa la vida de El jefe de La Familia. La m¨²sica de narcocorridos norte?os invade esta parte de la acera en la calle principal de Santa Ana, al sur de la ciudad de Los ?ngeles, California. En el interior, una mujer de Buenavista, Michoac¨¢n, no quiere decir como se llama. ¡°Tenemos miedo, miedo por las familias¡±. M., de 39 a?os, tiene a toda su familia en su pueblo de Michoac¨¢n, el Estado del oeste mexicano donde un movimiento de ciudadanos justicieros, bajo el nombre de autodefensas, se levant¨® en armas hace un a?o para frenar los ataques a la poblaci¨®n civil de los carteles de narcotraficantes. Desde entonces, se mantiene una situaci¨®n de tensi¨®n y desconfianza con el Ej¨¦rcito y el Gobierno Federal, que tratan de impedir un estallido de violencia. Recientemente, la tensi¨®n ha dividido a las propias autodefensas.
¡°S¨¦ que est¨¢ bien feo all¨¢, s¨¦ que [los narcos] est¨¢n armando ni?os y todo¡±, dice esta mujer michoacana. El miedo a entablar conversaci¨®n viaja desde M¨¦xico hasta California, donde viven m¨¢s de dos millones de michoacanos (hay 4,3 millones de habitantes en Michoac¨¢n), como a trav¨¦s de un cord¨®n umbilical que conecta a las familias divididas por la emigraci¨®n. La comprensi¨®n hacia las autodefensas est¨¢ extendida (¡°se arman porque se tienen que defender¡±, dice M.), pero existe el convencimiento de que el principal cartel enfrentado a estos grupos, los Caballeros Templarios, tienen sicarios en California dispuestos a callar la boca a aquel que se se?ale en el conflicto, o peor a¨²n, hacerle algo a sus familias. ¡°Si hay un apoyo a las autodefensas est¨¢ muy suelto [es muy minoritario], porque los que trabajamos bien [honesto] tenemos miedo¡±.
¡°Tenemos miedo, miedo por las familias¡±, asegura una mujer de Santa Ana que tiene a toda su familia en Michoac¨¢n
Esta mujer, por ejemplo, tiene su propia experiencia con el cartel. ¡°A mi hermana la secuestraron y mis padres tuvieron que ir a hablar con los que se la llevaron para que la soltaran¡±. ?Y c¨®mo se sabe qui¨¦n la secuestr¨®? ¡°All¨ª eso se sabe¡±. A su lado, Claudio Arreaga, (no tiene problema en dar su nombre porque es guatemalteco), que hab¨ªa venido a charlar a la tienda, afirma que ¡°es 100% seguro que los carteles tienen gente aqu¨ª, porque aqu¨ª es donde est¨¢ todo el negocio¡±.
A 400 kil¨®metros de all¨ª, frente a la puerta del Consulado de M¨¦xico en la ciudad de Fresno, un hombre con ¡°sombrero t¨ªpico michoacano¡± llamado Mar¨ªn, de 56 a?os, jardinero, aportaba con gestos elocuentes una visi¨®n muy gr¨¢fica del miedo a los Templarios: ¡°Te mochan el buche [te cortan el cuello], te mochan la leng¨¹ita, los huevos y las manos y te dejan un cartel¨®n clavado con un cuchillo en el pecho para escarmiento de los dem¨¢s¡±. Suficiente para negarse a dar su apellido y mucho menos dejarse hacer una foto. Tiene all¨ª mucha familia, ¡°padres, hermanos y algunos t¨ªos¡±. ?l es de Tepalcatepec, o Tepeque, el centro neur¨¢lgico del alzamiento de las autodefensas y pueblo de origen de algunos de sus dirigentes m¨¢s conocidos, como el doctor Jos¨¦ Manuel Mireles. Mar¨ªn, sin embrago, cree que la presencia de los narcos en California ¡°es un mito¡±. ¡°Hasta donde yo s¨¦ no han amenazado a nadie¡±.
De la presencia de los narcotraficantes en el vecino del norte dan fe las peri¨®dicas operaciones policiales como la que, el pasado 30 de enero, result¨® en la detenci¨®n de 11 personas relacionadas con el tr¨¢fico de metanfetamina y marihuana en el Valle Central de California.
"Te cortan el buche, la leng¨¹ita, los huevos y las manos y te dejan un cartel¨®n clavado con un cuchillo para escarmiento de los dem¨¢s", relata un emigrante michoacano en Fresno
Los emigrantes michoacanos de la zona de Tierra Caliente est¨¢n informados al minuto de los acontecimientos. ¡°No m¨¢s hoy se levant¨® Uruap¨¢n¡±, dec¨ªa Mar¨ªn el viernes pasado a mediod¨ªa. En efecto, esa ma?ana una patrulla de los justicieros hab¨ªa entrado en ese pueblo apenas horas antes. Junto a ¨¦l un hombre llamado Rodrigo, de 33 a?os y originario de la colonia michoacana del 18 de Marzo, irrumpe en la conversaci¨®n para explicar, mientras abraza a su hijo, c¨®mo los carteles obligaban a los campesinos a venderles las tierras m¨¢s productivas y los desalojaban. En M¨¦xico orde?aba vacas y en Fresno, donde lleva nueve a?os, trabaja en la cosecha de la almendra. No apoya abiertamente a las autodefensas, dice que todo es mucho m¨¢s complicado, que las familias est¨¢n partidas con gente en los dos bandos y que los pistoleros pasan de uno a otro antes de hacer da?o a un hermano. Pero tiene claro un dato: ¡°Los asesinatos han bajado desde que est¨¢n las autodefensas¡±.
A las dos de la tarde del pasado jueves, una decena de periodistas buscaba declaraciones de apenas siete manifestantes en una esquina del parque McArthur, en el centro de Los ?ngeles. La min¨²scula protesta iba dirigida contra el Gobierno de M¨¦xico, al que se acusaba de corrupto y pasivo ante la violencia, y ped¨ªa la liberaci¨®n de decenas de personas detenidas en relaci¨®n con las autodefensas. Los presentes all¨ª, peque?as asociaciones de activistas emigrantes, son por ahora el apoyo m¨¢s abierto de las autodefensas en California.
El grupo estaba all¨ª convocado por Jos¨¦ Sandoval, un emigrante michoacano l¨ªder de una asociaci¨®n de San Jos¨¦ llamada Voluntarios de la Comunidad. Sandoval tiene 57 a?os, lleva larga barba y melena, viste de ch¨¢ndal y conduce un coche desvencijado lleno de material de protesta que ha visto muchas causas. Lleva 21 a?os en EE UU, trabaj¨® durante 14 como lavacohes en la empresa de alquiler Avis, hasta que lo despidieron hace dos a?os. Sobrevive haciendo chapuzas de construcci¨®n y gracias al apoyo de su familia. Tiene cuatro hijos. Se declara pacifista y humanista y ¡°en contra del uso de las armas¡±, pero apoya el alzamiento armado porque dice que el Gobierno incumple el mandato de proteger a la poblaci¨®n. ¡°Personalmente, nunca he usado un arma ni la voy a usar, pero no puedo estar en contra de mis amigos de all¨ª que lo han hecho para que no los masacren¡±.
Los grupos m¨¢s activos en defensa de las autodefensas tienen una vinculaci¨®n personal con la zona de Tierra Caliente
¡°Ya no hay nadie secuestrado, ninguna ni?a violada¡±. El entusiasmo de Sandoval por las autodefensas se explica en buena parte por su historia personal y lo ha convertido de facto en una especie de portavoz californiano de estos grupos. Originario de Tepeque, es amigo desde la secundaria del doctor Mireles, en la Escuela Tecnol¨®gica Agropecuaria 138. Recuerda al doctor disfrazado de Emiliano Zapata para una representaci¨®n teatral. En EE UU se lo volvi¨® a encontrar. Ambos estuvieron en la ¨®rbita del PRD (Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, de izquierda). En medio de la conversaci¨®n, llama al m¨®vil de Mireles para contarle las actividades del d¨ªa. Traza un paralelismo con Mireles. ¡°Como era el ¨²nico que daba la cara, se convirti¨® en portavoz de manera natural¡±. Cree que pasa lo mismo con ¨¦l en California. Mireles fue rechazado en su d¨ªa por las autodefensas como portavoz.
Entre esas actividades, Sandoval participa en colectas de dinero para las autodefensas. De pueblo en pueblo, desde hace meses se organizan reuniones en las que se van juntando ¡°entre 150 y 300 d¨®lares como mucho¡± para enviar a las familias, como las remesas de siempre. Que ¨¦l recuerde, la vez que m¨¢s juntaron fueron 700 d¨®lares para un grupo de autodefensas concreto que se hab¨ªa quedado sin gasolina. Admite que los env¨ªos de dinero han aumentado desde que surgi¨® el alzamiento, pero de una manera parecida a ¡°cuando hay un fen¨®meno meteorol¨®gico¡±.
¡°Es mejor dar la cara y hacer todo de frente¡±. Sandoval asegura que la supuesta presencia de sicarios Templarios en EE UU es una bravuconada del grupo para infundir miedo, pero como mucho, ¡°los habr¨¢ desmovilizados¡±.
Entre las asociaciones de inmigrantes m¨¢s mayoritarias, existe la misma comprensi¨®n tanto para las autodefensas como para el miedo a los supuestos narcos. Francisco Moreno, presidente de la Federaci¨®n de Clubes y Asociaciones de Michoacanos en Norteam¨¦rica, dice que los alzados en su Estado son "un mal necesario". "Como michoacanos estamos muy preocupados por la falta de atenci¨®n, las corruptelas y la impunidad en todo mexico que lleva a estas situaciones graves. Si a tus hijos no los educas, un d¨ªa te sacan los ojos". Pero Moreno tambi¨¦n comparte una preocupaci¨®n de aquellos menos implicados con las autodefensas: "Lo que nos preocupa es que estos grupos, si son genuinos, que no se vayan a convertir en grupos delictivos ellos mismos".
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