La vida entre enmiendas y ciudadanos
Los eurodiputados luchan por conectar a los lejanos votantes con las fr¨ªas directivas
![Imagen del Parlamento Europeo en Estrasburgo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IF7RKKZJTEMW4OQTTG7KO7N7UA.jpg?auth=1835899a2256d406244656353ef9830a6d7519167c746f1aef4f26df73ee2bde&width=414)
Desde el catal¨¢n de CiU que intenta meter el independentismo en la agenda a la ¡®tory¡¯ brit¨¢nica que critica a Estrasburgo o el verde alem¨¢n que lucha por proteger los datos, los diputados conjugan ideolog¨ªa y nacionalidad.
"Voy con la sexta marcha puesta"
Ramon Tremosa, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya.?
![Ramon Tremosa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7S52GXUBLRYJD2JE7NJZN7OVNM.jpg?auth=63a6678e466abe88a7491367cec219e5f4fc4a7f9440c4f371f252878a87f045&width=414)
"Europa est¨¢ en el bolsillo del ciudadano: el euro, el m¨®vil, que baja sus tarifas gracias a la acci¨®n del Parlamento Europeo, el billete de avi¨®n, que antes era prohibitivo¡ Mi misi¨®n es explicar en positivo que la poca Europa que tenemos ha dado de s¨ª bastante". Ramon Tremosa, eurodiputado catal¨¢n de 48 a?os, emplea ejemplos tangibles para desmontar el mito de que las instituciones comunitarias viven de espaldas a la ciudadan¨ªa. "Lo m¨¢s bonito es poder dejar tu huella en las legislaciones. Y tambi¨¦n el contacto con la poblaci¨®n local porque, aunque est¨¦s en la Euroc¨¢mara, no dejas de representar a tu territorio", explica, orgulloso de ser "uno de los diputados m¨¢s activos, con casi 1.100 preguntas presentadas".
Tremosa, ¨²nico nacionalista catal¨¢n presente en Estrasburgo en la ¨²ltima parte de la legislatura, desarrolla una actividad fren¨¦tica desde hace cuatro a?os. "Los lunes cojo el avi¨®n en Barcelona a las nueve y a partir de ah¨ª participo en reuniones con mi grupo [los liberales], con la Comisi¨®n Europea, con el Banco Central Europeo¡ Tengo tambi¨¦n muchas peticiones de pescadores, ganaderos y otros colectivos porque en Catalu?a hay mucha tradici¨®n de dirigirse al diputado de Converg¨¨ncia [el partido al que pertenece, al frente del Gobierno catal¨¢n]. El jueves por la tarde regreso a Barcelona y voy con mi mujer a cantar a una coral, para mantener el contacto local. El viernes trabajo en mi despacho y el fin de semana lo dedico a mis hijos; tengo tres. As¨ª que el lunes, cuando vuelvo a Bruselas o a Estrasburgo, duermo como un beb¨¦", bromea para explicar las dificultades de conciliar la vida p¨²blica con la privada.
A sus muchas labores oficiales, Tremosa ha sumado recientemente otra de gran repercusi¨®n: defender en Europa las bondades del independentismo catal¨¢n. "Informalmente, hablo con altos funcionarios de la Comisi¨®n, colaboro con think tanks, acepto dar charlas y responder preguntas¡ Percibo mucho inter¨¦s de los compa?eros eurodiputados de otros pa¨ªses. En cambio, de los dos grandes partidos espa?oles [PP y PSOE], ni uno me ha preguntado qu¨¦ est¨¢ pasando en Catalu?a", relata asombrado y consciente de que en los pr¨®ximos meses seguir¨¢ dedicando muchas horas a este proceso. "Voy con la sexta marcha puesta", resume.
Luc¨ªa Abell¨¢n (El Pa¨ªs).
"Me opongo con todas mis fuerzas a la UE"
Ewald Stadler, Partido Rekos austriaco.
![Ewald Stadler.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/W5WIJKVPRLEQ3V6A2UV7JRKWAA.jpg?auth=f142477de9e737314c8c007632cc646155771bac3c6b805f5db552e2d5b55d70&width=414)
Soy conservador y cristiano. Estuve pol¨ªticamente pr¨®ximo a J?rg Haider hasta su muerte, y pertenec¨ª a los partidos que ¨¦l dirigi¨®, primero el FP? y luego el BZ?. Me fui de este ¨²ltimo porque consideraba que Joseph Bucher, el sucesor de Haider, se hab¨ªa vuelto demasiado liberal. Fund¨¦ mi propio partido, Rekos (Reformistas conservadores), y result¨¦ elegido en 2009.
Me opongo con todas mis fuerzas a la Uni¨®n Europea. J?rg Haider y yo denunciamos el Tratado de Maastricht y despu¨¦s el de Lisboa: nuestra cr¨ªtica es esencialmente que utilizarlos como base para crear un nuevo s¨²per Estado es un p¨¦simo punto de partida. Para crear un Estado, hay que poder construir un sentimiento nacional, y los europeos no van a poder vivir jam¨¢s como una naci¨®n unida, al menos sin experimentar una guerra civil o una revoluci¨®n. ?Y eso es lo que queremos? Sobre todo, porque el otro defecto fundamental de la UE es que no reconoce sus ra¨ªces cristianas. Por consiguiente, no puede existir una pol¨ªtica com¨²n.
A partir de ah¨ª hago mi trabajo como diputado de la oposici¨®n. Como vivo a 80 kil¨®metros de Viena, cada semana tomo el coche, el tren o el avi¨®n; tardo algo m¨¢s de tres horas en llegar a mi despacho de Bruselas, y m¨¢s de seis horas en llegar al de Estrasburgo, una vez al mes.
El Parlamento Europeo es el ¨²nico medio que tengo a mi alcance para tratar de disminuir el poder de la UE sobre las naciones y reafirmar nuestros valores cristianos, la ¨²nica manera de luchar eficazmente contra el islam. No me siento aislado en absoluto en el Parlamento por ser diputado de extrema derecha. Muchos colegas comparten mis ideas, pese a que no me siento cercano a la extrema derecha h¨²ngara ni la griega, porque sus partidos no tienen una base cristiana. Mi labor, como la del brit¨¢nico Nigel Farage (UKIP), es impulsar la m¨¢xima reducci¨®n posible del proyecto de Estado europeo.
Marion Van Renterghem (Le Monde).
"A veces me despierto y no s¨¦ d¨®nde estoy"
Roberto Gualtieri, Partido Democr¨¢tico italiano.
![Roberto Gualtieri.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UQDPPFJJKRE4A3RFEGHSEB2IEA.jpg?auth=74d309aef223a0065fe15f78b4d5ae8d198ecb03bdb15072262f18088d82ffd6&width=414)
Europa es el s¨ªmbolo de una unidad en la diversidad y en la multiplicidad que en el Parlamento se manifiesta de manera indudable. Lo m¨²ltiple, aqu¨ª, es un dato jur¨ªdico y pol¨ªtico, pero se convierte en un elemento pr¨¢ctico, concreto, que deja su impronta en la vida de cada diputado. La consigna es la "multitarea", hay que saber hacer todo y de todo. Es fundamental la organizaci¨®n, que debe ser racional y minuciosa. Cada cuarto de hora est¨¢ programado desde mucho antes, lo cual, muchas veces, resulta tranquilizador. Se trata de seguir un plan preciso que favorece sobre todo los encajes milim¨¦tricos necesarios para completar el cuadro. Los d¨ªas se llenan de rituales sostenidos, intensos, salpicados de frecuentes imprevistos.
En la legislatura que termina he trabajado en m¨¢s comisiones como relator y como relator de la oposici¨®n, y al mismo tiempo he sido coordinador en una de ellas. Ha sido un eslalon a menudo vertiginoso, entre preparar una intervenci¨®n, redactar una enmienda y participar en alguna reuni¨®n inevitable. No hay que dejar nada a merced del azar, no hay que improvisar nada.
El hecho de desempe?ar muchos papeles obliga a trabajar en distintos niveles. La multitarea va acompa?ada de una naturaleza "multinivel" que en Europa no es un concepto abstracto, sino la condici¨®n permanente de cualquiera que cada cinco a?os debe lograr el consenso en determinado territorio. Ser eurodiputado implica que, al mismo tiempo que se trabaja en el nivel de la UE, hay que vigilar la pol¨ªtica nacional y la local, leer el Financial Times, las cr¨®nicas nacionales, las de la propia circunscripci¨®n. Y hallar tiempo para estudiar, junto al comunicado sobre la Uni¨®n bancaria, el relativo a los vertederos, dos cuestiones igualmente cruciales para la vida de los ciudadanos.
El Tratado de Lisboa ha a?adido complejidad a la superposici¨®n, con el aumento de las competencias del Parlamento y el nuevo estatuto de los diputados como representantes de todos los ciudadanos de la Uni¨®n (y no, como antes, de los ciudadanos de sus respectivos Estados). La multiplicidad, pues, est¨¢ a la orden del d¨ªa; la m¨¢s interesante es pol¨ªtica y cultural. "Multicultura" y "multiparty", en pocas palabras. Si la profundizaci¨®n del proceso de integraci¨®n y el aumento de las competencias del Parlamento han intensificado el trabajo parlamentario en Bruselas y Estrasburgo, la ampliaci¨®n de la Uni¨®n ha aumentado las diferencias. El reto es ver juntos en el mismo lugar a verdes catalanes, representantes de la minor¨ªa rusa letona, comunistas chipriotas, piratas suecos, socialcristianos b¨¢varos y socialistas belgas hijos de inmigrantes italianos, y comprender que no solo su vocabulario pol¨ªtico, sino sus posturas revelan la influencia de sus respectivas historias y situaciones. Es fascinante, pero sobre todo indispensable para prever una votaci¨®n o redactar una enmienda de compromiso, porque, adem¨¢s, las relaciones personales, a la hora de la verdad, son el patrimonio m¨¢s importante. Las pol¨ªticas y las formaciones se encuentran, se cruzan, hacen Europa. "Multilengua", por supuesto, y por fuerza.
Todo esto se produce de viaje en viaje, siempre en la carretera, entre mi casa de Roma, mi apartamento de Bruselas y mi hotel de Estrasburgo, segunda sede que por ahora no hemos conseguido eludir. A veces me despierto y no s¨¦ d¨®nde estoy, si no tengo a mano las notas de Laura y Gabriele, mis dos ayudantes, que dan una dimensi¨®n m¨¢s concreta a la geograf¨ªa de la vida y de cada d¨ªa. Comienza otra jornada "multi" en lenguas, pol¨ªticas y culturas. "Multi", como debe ser Europa, para poder comprender por completo a sus ciudadanos.
Marco Zatterin (La Stampa).???
?"Ahora me centro m¨¢s en lo fundamental"
Jan Philipp Albrecht, Los Verdes alemanes.
![Jan-Philipp Albrecht.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YAWPD5WL4CAHL5UHL3QPXVPF4E.jpg?auth=41cf64e88ac9e061b7254585a86c5c7478e3bfd4b6ebdc2b55ba154a40df358a&width=414)
Tambi¨¦n hace falta tener suerte. Al principio me parec¨ªa incre¨ªblemente dif¨ªcil mover algo en el Parlamento Europeo y conseguir captar la atenci¨®n. Nadie te escucha de forma autom¨¢tica. Nadie espera que pueda llegar informaci¨®n interesante desde Bruselas. Aun as¨ª, tuve un comienzo relativamente f¨¢cil. Ten¨ªa 26 a?os y ven¨ªa de las Juventudes Verdes de Alemania cuando fui elegido representante en el Parlamento Europeo. As¨ª que enseguida me etiquetaron como el m¨¢s joven de los diputados alemanes. Esto me vino bien a corto plazo porque despertaba inter¨¦s. Inter¨¦s en que la gente joven se tome en serio la pol¨ªtica europea. Pero al cabo de un tiempo, la edad ya no desempe?a ning¨²n papel.
Entonces mi suerte fue el Acuerdo Comercial contra la Falsificaci¨®n (ACTA por sus siglas en ingl¨¦s). Yo estaba entre los que hab¨ªan luchado contra ese acuerdo anti-pirater¨ªa en el Parlamento. Al principio sin despertar apenas el inter¨¦s p¨²blico, pero luego la cosa cambi¨®. La gente comprendi¨® que este acuerdo influye directamente en sus vidas. Desde la firma del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo tiene que aprobar los acuerdos internacionales que firma la UE. Conseguimos dejar bien claro este proceso y, finalmente, las amplias protestas p¨²blicas llegaron hasta el Parlamento y desembocaron en el rechazo del acuerdo. Esto supuso una aut¨¦ntica revelaci¨®n para m¨ª. Resulta decisivo que exista realmente opini¨®n p¨²blica sobre un tema.
Cuando eso ocurre, se puede conseguir mucho en el Parlamento Europeo. M¨¢s que en los parlamentos nacionales. Personalmente esto significa que tengo que despertar inter¨¦s por mi trabajo y entonces tendr¨¦ capacidad de influir en el Parlamento. No se consigue mucho sentado en las salas de conferencias de Bruselas o Estrasburgo. Tienes que ir a las capitales nacionales y tambi¨¦n tienes que llevar tus temas a los medios de comunicaci¨®n. Pero he aprendido otra cosa importante en estos cinco a?os en el Parlamento Europeo: ahora me centro m¨¢s en lo fundamental.
En el caso del reglamento europeo de protecci¨®n de datos, que era competencia m¨ªa en el Parlamento, se presentaron 3.999 enmiendas. Si te centras en objetivos fundamentales y no tratas de imponer tu criterio en cada cuesti¨®n de detalle, es m¨¢s f¨¢cil alcanzar compromisos. He conocido aqu¨ª diputados que son, primero, de otro partido, segundo, de otro pa¨ªs, y tercero, de otra generaci¨®n y, sin embargo, tienen mucho en com¨²n conmigo.
Daniel Br?ssler (S¨¹ddeutsche Zeitung)
"Estrasburgo no tiene sentido. Sale demasiado caro"
Julia Girling, Partido Conservador brit¨¢nico?
![Julie Girling.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AHRGJPBPGQF472FOFZTOFAD36Y.jpg?auth=8d68dab328f8c851b3f207798481ff049c8f8fe73a72eb2bcef96d29b8f9bff7&width=414)
"Vivo en un pueblo de Gloucestershire y trabajo en Bruselas. Acabo pidiendo disculpas todo el tiempo porque mis trenes han salido con retraso. Se piensa que todos los eurodiputados usan el Eurostar, que todos vivimos en Londres. De lunes a jueves por la noche, estoy en Bruselas o Estrasburgo (una semana al trimestre nos quedamos en Gran Breta?a). Estoy en los comit¨¦s de medio ambiente, pesca y agricultura. El trabajo pol¨ªtico ocupa mucho tiempo, porque nuestro grupo de los Conservadores y Reformistas europeos es peque?o y tenemos que dedicar m¨¢s cada uno (de nuestros 56 representantes, solo seis est¨¢n en comit¨¦s).
El viernes y el s¨¢bado trabajo en el Reino Unido. El suroeste es una zona rural y posee una costa enorme. De un lado a otro de mi circunscripci¨®n hay 380 kil¨®metros; puedo estar en Cornualles hablando con pescadores por la ma?ana y en Taunton, Somerset, hablando con productores de sidra, por la tarde. Si hay un conflicto de fechas, encuentro a alguien que me sustituya en Bruselas, para no faltar aqu¨ª.
La tradici¨®n democr¨¢tica brit¨¢nica es que representamos a una circunscripci¨®n; la gente escribe a sus eurodiputados para contarles sus problemas. En muchos pa¨ªses de la UE no es as¨ª. Si se le habla a un europarlamentario espa?ol de algo que no sea un tema nacional o legislativo con repercusiones, como que mis electores tienen problemas inmobiliarios en Espa?a, me miran asombrados y me preguntan por qu¨¦ me ocupo de eso.
Estrasburgo no tiene ning¨²n sentido, tiene que terminar. Sale demasiado caro. Y no compensa. Se tarda todo un d¨ªa en llegar hasta all¨ª. Vuelo de Birmingham a Frankfurt y luego tengo tres horas de autob¨²s. Estoy en el parlamento los cuatro d¨ªas de 9 a 9, y, si tengo que hablar, hasta las 11 de la noche.?Al final, solo estoy con mi familia los fines de semana. Cuando fui elegida eurodiputada, mis hijos ya se hab¨ªan ido de casa. Y trato de no hacer nada los domingos. Tengo la suerte de que no soy una persona que se agobie demasiado. Me dedico a la jardiner¨ªa. Tengo que decidir si voy a volver a montar a caballo, que es mi gran afici¨®n, despu¨¦s de un accidente que sufr¨ª en navidades: ?a mi edad, una se resiente! Lo malo de ser eurodiputada es que veo menos a mis amigos. Cuando la gente me pregunta por cosas de trabajo, pido que hablemos de otra cosa.
Para los europeos, Gran Breta?a es un incordio. "?Por qu¨¦ sois siempre tan distintos?", " los eurodiputados no hacen nada m¨¢s que viajar y divertirse".?Si me voy de vacaciones, nunca digo a nadie que soy parlamentaria europea. Si sale -si no me doy cuenta y digo que vivo y trabajo en Bruselasg-, digo que trabajo para un think-tank. Parece horrible, pero la gente es muy agresiva. Casi todo el mundo tiene opiniones muy asentadas sobre Europa, a pesar de no saber del tema. Muchas veces, est¨¢n completamente en contra. Si se les pide que hagan un juego de asociaciones de palabras, al o¨ªr "Europa" y "miembro del Parlamento Europeo", lo primero que les viene a la mente es gastos, no trabajo y esfuerzo. Estoy de lo m¨¢s dispuesta a defender mi trabajo, pero no cuando estoy descansando
En Europa, no solo se trabaja con distintos grupos pol¨ªticos, sino con 28 nacionalidades diferentes. Y eso requiere tiempo, habilidad, diplomacia y tratar con gente que habla de forma muy directa, algo a lo que los brit¨¢nicos no siempre est¨¢n acostumbrados. La gente me dice que me he vuelto mucho m¨¢s franca desde que soy eurodiputada. Yo creo que me he hecho mucho m¨¢s diplom¨¢tica.
Nunca he visto ni encontrado a la candidata del UKIP en mi circunscripci¨®n. Veo las fotos que publican de la doctora Julia Reid, que vive en Wiltshire. Nada m¨¢s. Los representantes del UKIP han cometido un fraude con el pueblo brit¨¢nico. Tener principios pol¨ªticos no tiene que ver con el hecho de que nos pagan para representar a nuestros votantes. El trabajo del Parlamento Europeo es sobre todo legislativo. Pensar que la UE no deber¨ªa elaborar legislaci¨®n que afecte al Reino Unido es un punto de vista leg¨ªtimo, pero ?para qu¨¦ est¨¢n ah¨ª entonces? Si les preocupa el excesivo dominio de Bruselas, pueden luchar en los tribunales. El UKIP se aprovecha de la plataforma que le permite dar el espect¨¢culo y de la financiaci¨®n. No les juzgo como personas, pero el argumento por el que no trabajan como eurodiputados tiene un defecto de base.
El UKIP es popular porque es antisistema. ?"?nete al ej¨¦rcito del pueblo"? Me qued¨¦ asombrada cuando Farage emple¨® esa frase, es casi estalinista. Resulta divertido que a la gente le atraiga un mensaje antisistema de alguien que est¨¢ tan dentro de ¨¦l. No creo en absoluto que les atraiga lo que ofrece el UKIP, pero s¨ª necesitamos ser conscientes de que est¨¢n oyendo los cantos de sirena de una antipol¨ªtica que debemos examinar. Seguramente, la mayor¨ªa de la gente no sabe bien todo lo que el UKIP representa. Y tampoco creo que les apoyen por ser antieuropeos. Es m¨¢s bien la insatisfacci¨®n con el cambio a todos los niveles. El UKIP propone una imagen buc¨®lica e inalcanzable de una Gran Breta?a de otros tiempos.
Ha habido muchos eurodiputados del UKIP que quer¨ªan pasarse a nuestras filas, pero no les hemos aceptado. En su partido, la lealtad es un concepto muy vago.?En el Parlamento Europeo, los diputados de otros pa¨ªses no entienden al UKIP en absoluto. Muchos me dicen que, con lo educados, comedidos y organizados que somos los brit¨¢nicos, ?c¨®mo es posible que los representantes del UKIP sean tan antip¨¢ticos, maleducados y desagradables?
Cuando se habla de que la extrema derecha va a triunfar en las elecciones, se est¨¢ haciendo referencia a UKIP, pero la verdad es que no existe un equivalente en ning¨²n otro pa¨ªs. La base de la filosof¨ªa pol¨ªtica de Marine Le Pen no se parece nada al UKIP, ni tampoco el Partido Popular de Dinamarca, ni Nuevo Amanecer o como se llame en Grecia. Esos son partidos nacionalistas de extrema derecha distintos a lo que es el UKIP.
En la actualidad, el Parlamento Europeo cuenta con 74 diputados del Reino Unido, y, si salen elegidos 24 del UKIP, como indican algunas encuestas, en la pr¨¢ctica ser¨ªan 50, porque ellos no ejercen ninguna labor legislativa. Solo votan en los plenos porque no les queda m¨¢s remedio. No votan en los comit¨¦s ni presentan enmiendas.
?Me arrepiento de haber enviado tuits contra el UKIP? No, nunca. La foto m¨ªa que m¨¢s se ha tuiteado es la de un eurodiputado del UKIP dormido. Recibo correos que dicen que pueden dormir todo lo que quieran mientras nos saquen de la UE. Pero claro, ?c¨®mo lo van a hacer?
Testimonio recogido por Nabeelah Shabbir (The Guardian)
"Me preocupa la suerte del ciudadano europeo"?
R¨®za Thun, Plataforma c¨ªvica polaca
![R¨®za Thun.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LPLPOKU5GN6L356HQUB2QQ4UTI.jpg?auth=1067c0e29472db1c6cc0ea84010845fd2b60602475daf59ddbe86d050478b21b&width=414)
Aunque en el mapa podamos ver una Europa sin fronteras, existen todav¨ªa muchas barreras en la Uni¨®n en lo que se refiere a las cuestiones econ¨®micas. Me ponen nerviosa. Por eso lucho contra las fronteras que, aunque no sean tan visibles como las barreras, les hacen la vida muy dif¨ªcil a los ciudadanos. Cuando decid¨ª ser candidata al Parlamento Europeo, me puse como objetivo dedicarme a temas concretos que afectan a la vida cotidiana de los habitantes del continente, dado que en el Parlamento Europeo se adopta entre el 60 y el 85% de las leyes aplicables en los Estados miembros. La verdad es que hay mucho que hacer all¨ª.
Me molestaban mucho los altos costes de itinerancia que se aplican a las llamadas realizadas con tel¨¦fonos m¨®viles, los mensajes de texto y las conexiones a Internet dentro de la Uni¨®n Europea. Me parec¨ªa poco l¨®gico que, a pesar de tener una Europa com¨²n, el uso del tel¨¦fono m¨®vil nos salga m¨¢s caro cuando nos desplazamos a otro pa¨ªs miembro. ?Qu¨¦ raz¨®n hay? Decid¨ª poner fin al asunto cuando estaba trabajando en la Comisi¨®n de Mercado Interior. No fue ni mucho menos una tarea f¨¢cil. Con el fin de conseguir apoyo para mi idea, tuve que convencer a los otros diputados de diferentes pa¨ªses y facciones pol¨ªticas para ganar de este modo la mayor¨ªa dentro de la Comisi¨®n y del Parlamento Europeo. Pero esto no fue lo m¨¢s dif¨ªcil. Empezaron a importunarnos con visitas inesperadas los representantes de las empresas de telecomunicaciones y los diversos grupos de presi¨®n que, obviamente, estaban en contra de que se redujeran las tarifas de itinerancia porque afectar¨ªa a sus beneficios. Afirmaban que de este modo no podr¨ªan seguir creciendo. Cuando la Comisi¨®n Europea present¨® la propuesta de las nuevas tarifas, result¨® que solo eran ligeramente m¨¢s bajas que las existentes hasta el momento. Para m¨ª era inaceptable. Decid¨ª seguir luchando. Y consegu¨ª convencer al Consejo de la Uni¨®n Europea, el principal ¨®rgano de toma de decisiones de la comunidad, de que apoyase mi punto de vista. Las negociaciones fueron duras. Me ayud¨® mi fluido manejo del ingl¨¦s, el alem¨¢n y el franc¨¦s. Adem¨¢s estoy aprendiendo el italiano, dado que los italianos, aunque representen un importante grupo nacional dentro del Parlamento Europeo, son poco duchos en lo que se refiere a los idiomas. Est¨¢ claro que es algo muy distinto hablar con alguien de forma directa que hacerlo a trav¨¦s de un int¨¦rprete.
Por supuesto no se dio el caso de que todos aceptasen mis condiciones. Yo tambi¨¦n, por mi parte, tuve que dar mi brazo a torcer en algunas ocasiones. Aun as¨ª, los europeos que viajan dentro de la Uni¨®n Europea ya est¨¢n pagando mucho menos por la telefon¨ªa m¨®vil que al principio del mandato que est¨¢ llegando a su fin. Y ser¨¢ a¨²n menos. La siguiente reducci¨®n ha sido aprobada y entrar¨¢ en vigor en julio. No obstante, mi objetivo es la eliminaci¨®n total de las tarifas de itinerancia, de tal manera que si vamos de vacaciones a Grecia o a esquiar a los Alpes, tengamos las mismas tarifas por el uso del tel¨¦fono m¨®vil que en Polonia. Creo que, siendo realista, dicha soluci¨®n se puede aplicar antes de diciembre del a?o que viene. Pienso luchar por ello durante mi siguiente mandato en el Parlamento Europeo, siempre y cuando me reelijan como eurodiputada.
No me gusta cuando en el Parlamento Europeo tienen lugar debates ideol¨®gicos. Da igual que sean de derechas o de izquierdas. Yo soy cristiana y cat¨®lica, pero el Parlamento Europeo no es el foro para debatir acerca de mi manera de ver el mundo. No es el lugar para este tipo de discusiones. Es donde deber¨ªamos hacer frente a cuestiones concretas que conciernen a millones de ciudadanos europeos, y no preguntarnos si Europa se est¨¢ volviendo cada vez m¨¢s de izquierdas, o tal vez est¨¦ girando demasiado hacia la derecha, algo que parece encantar a algunos diputados. Estos diputados act¨²an de esta forma por motivos populistas, para hacerle la pelota a sus votantes y aparecer en algunos medios de comunicaci¨®n. Ojal¨¢ que la mayor¨ªa de los diputados que lleguen al Parlamento Europeo no tengan este talante, porque ?c¨®mo se supone que tendr¨ªamos que establecer las leyes??
Adem¨¢s, Europa se enfrenta a nuevos retos. Seguir¨¢ habiendo trabajo. La idea de crear la uni¨®n de la energ¨ªa me parece un proyecto muy importante, sobre todo ahora que Rusia est¨¢ mostrando sus garras. Ser¨ªa estupendo que solo un representante de toda la Uni¨®n negociase la compra del gas, en vez de que cada pa¨ªs lo haga de forma individual, como sucede ahora. A un cliente as¨ª de grande y fuerte habr¨ªa que tenerle m¨¢s respeto. Me encantar¨ªa poder ocuparme de esta cuesti¨®n en el Parlamento Europeo.
El pr¨®ximo gran reto para la Uni¨®n es un acuerdo de colaboraci¨®n con Estados Unidos. Nuestro objetivo deber¨ªa ser la creaci¨®n de un mercado ¨²nico en Europa y Am¨¦rica. Tengo previsto trabajar en la legislaci¨®n que permita dicha soluci¨®n. La misma tendr¨¢ repercusiones reales para las vidas de millones de ciudadanos a ambos lados del Atl¨¢ntico. Merece la pena dedicar tiempo a este tipo de proyectos en Bruselas y en Estrasburgo. Aunque yo adoro mi Cracovia y Zakopane, donde tambi¨¦n tenemos una casa familiar, Willa pod Jedlami [Casa de los abetos] en Koziniec, dise?ada por Witkiewicz. Me gusta invitar a los amigos. Y entonces, a veces, con una copa de vino en la mano, hablamos de filosof¨ªa, historia, y debatimos sobre las diferentes ideolog¨ªas. All¨ª hay tiempo para ello. Sin embargo, en el Parlamento Europeo, sigo con la intenci¨®n de ocuparme de cuestiones muy concretas, para que la vida en la Uni¨®n Europea vaya siendo cada vez m¨¢s f¨¢cil.
Tomiej Kuras (Gazeta Wyborcza)
Traducci¨®n. Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia: ingl¨¦s, franc¨¦s e italiano. News Clips: polaco y alem¨¢n.
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