La minor¨ªa turca de Bulgaria se encomienda a la UE
Los turcos musulmanes han aprovechado la Uni¨®n para fortalecer su influencia y sus tradiciones
Primero de Mayo en Bulgaria. El pa¨ªs se paraliza en una de sus fiestas m¨¢s significativas. Pero no todos celebran el D¨ªa del Trabajo. A 240 kil¨®metros al sureste de Sof¨ªa, en la peque?a aldea de Gorna Crepost, las barbacoas, la feria y el mercadillo son para celebrar una fiesta en honor a Hizir Baba, personaje santo del culto musulm¨¢n alev¨ª. Miles de visitantes abarrotan este pueblecito de las monta?as R¨®dopes, m¨¢s cerca de Turqu¨ªa y Grecia que de la capital. En las conversaciones se mezclan el turco y el b¨²lgaro indistintamente. Mientras la gente hace cola para venerar al santo, un abuelo subasta el despiece de un cordero. Esta es la frontera oriental de la UE. En realidad, es un trocito de Turqu¨ªa en la UE.
La frontera oriental del pa¨ªs es como un trocito de Turqu¨ªa en la UE
La fiesta sirve tambi¨¦n como arranque de campa?a de las elecciones europeas en esta regi¨®n para el Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS, en sus siglas en b¨²lgaro). En Bulgaria est¨¢ prohibido que los partidos se definan por rasgos ¨¦tnicos, pero el DPS es, oficiosamente, el partido de los turcos, cerca del 10% de la poblaci¨®n. En estas elecciones, aspiran a tres eurodiputados. A rendir honores a Hizir Baba han venido musulmanes de otras aldeas y tambi¨¦n de Turqu¨ªa, a 100 kil¨®metros por carretera.
Un partido clave
- El Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS, en sus siglas en b¨²lgaro) es, oficiosamente, el partido de los turcos, cerca del 10% de la poblaci¨®n.
- En las pr¨®ximas elecciones, aspiran a conseguir tres eurodiputados.
- El DPS es el partido bisagra oficial del pa¨ªs. Ha sostenido en el Parlamento a casi todos los Gobiernos de la democracia b¨²lgara.
Hace siete a?os, cuando Bulgaria y Rumania se unieron a la UE, EL PA?S estuvo en esta regi¨®n, en la que detect¨® un entusiasmo generalizado entre esta minor¨ªa musulmana por las oportunidades que se abr¨ªan en Europa. Hoy, la sensaci¨®n es agridulce por la econom¨ªa, pero con no menos fervor europe¨ªsta. Hasan Azis, turcob¨²lgaro, alcalde de Kardhzali, peso pesado del DPS y m¨¢xima autoridad en la fiesta de Hazir Baba, asegura que ¡°el entusiasmo contin¨²a igual¡±. ¡°Las cosas que m¨¢s apreciamos de la UE son la libertad para viajar y las inversiones que, si no, no se har¨ªan¡±. Asegura que el ¨²nico paso atr¨¢s en esa visi¨®n es que ¡°la crisis est¨¢ golpeando con mayor dureza a los pa¨ªses m¨¢s pobres¡±. Bulgaria es el pa¨ªs m¨¢s pobre de la UE. De memoria, el alcalde Azis, cita m¨²ltiples inversiones recibidas por esta regi¨®n desde la UE, como el mercado nuevo, un proyecto de parque natural, la renovaci¨®n de tuber¨ªas, una depuradora en el r¨ªo Arda, un centro de rehabilitaci¨®n para minusv¨¢lidos, y arreglos en todos los colegios de la ciudad. ¡°Dondequiera que hay un colegio, hay un cartel de la UE que explica el proyecto y lo que ha costado¡±. Otro cartel de fondos europeos adorna el conjunto monumental milenario de Perperikon, unos de los principales atractivos tur¨ªsticos de la regi¨®n.
El DPS tiene fama de buen gestor y de partido disciplinado. Para los cr¨ªticos, en realidad es un partido que cobra caros sus apoyos y que se implanta en los pueblos de forma clientelar. A ello contribuye que es el partido bisagra oficial del pa¨ªs. Han sostenido en el Parlamento a todos los Gobiernos de la democracia b¨²lgara, menos al que acab¨® en 2013. Ahora, vuelven a ser clave para sostener al Gobierno del Partido Socialista junto con, extra?amente, una formaci¨®n ultranacionalista llamada Ataka que atiza la rivalidad ¨¦tnica contra musulmanes y gitanos. Durante los a?os en que no fueron imprescindibles para sostener al Gobierno central, la provincia de Kardhzali pas¨® del tercer puesto al sexto en inversiones europeas, reconoce el alcalde Azis.
Milko Bagdasarov, diputado nacional por Kardzhali del gobernante Partido Socialista, explica sin embargo que no se debe ver al DPS como garante de la estabilidad en Bulgaria. Los turcos ¡°han defendido a uno u otro Gobierno seg¨²n sus intereses. No pueden permitirse el lujo de no estar en el poder, porque desaparecen. El principio pol¨ªtico es el instinto de supervivencia¡±.
¡°Somos parte inseparable de la sociedad¡±, alega un dirigente isl¨¢mico
El origen de la minor¨ªa turca de Bulgaria est¨¢ en los casi cinco siglos de dominaci¨®n del Imperio Otomano sobre estas tierras, entre los siglos XIV y XIX. Bulgaria fue liberada por Rusia en 1878. La afinidad cultural hacia Rusia y la gratitud hist¨®rica de los b¨²lgaros cristianos ortodoxos est¨¢n a¨²n hoy a flor de piel. Los turcos se retiraron al Este del pa¨ªs, a la Tracia, regi¨®n que engloba territorios en la triple frontera entre Bulgaria, Grecia y Turqu¨ªa. Tras un siglo de tensa convivencia, al final de la ¨¦poca comunista la minor¨ªa turca sufri¨® una pol¨ªtica de asimilaci¨®n al cristianismo en la que el Estado trat¨® de hacerles renunciar a su religi¨®n y a sus nombres. Ese fue el origen del Movimiento por los Derechos y Libertades.
Ese fortalecimiento de las tradiciones, de las estructuras del partido y de su influencia en la pol¨ªtica nacional contribuyen a alimentar los recelos hist¨®ricos de gran parte de la poblaci¨®n b¨²lgara hacia la minor¨ªa turca. En Kardhzali, por ejemplo, esos recelos se centran en una aparente mayor capacidad de los turcos para los negocios y en el apoyo mutuo que reciben de su comunidad. Se les acusa de contratar solo a los suyos en la Administraci¨®n, de hablar turco entre ellos. La convivencia es apacible y sin sobresaltos, pero Bulgaria destila cierta xenofobia cultural en expresiones populares como: ¡°El turco te da de comer, pero prot¨¦gete el culo¡±. En b¨²lgaro, rima muy bien. ¡°Si digo que hay discriminaci¨®n [contra los musulmanes] no tendr¨ªa raz¨®n. Si digo que no la hay, tampoco¡±, responde el alcalde de Kardhzali. ¡°Es demasiado sutil, es complicado¡±.
Las cosas que m¨¢s apreciamos de la UE son la libertad para viajar y las inversiones que, si no, no se har¨ªan Hasan Azis, alcalde de Kardhzali
Miroslav Popov, presidente del Consejo de Relaciones ?tnicas del PS, explica que la dominaci¨®n otomana (popularmente, el yugo) fue un poder represor y desp¨®tico. Imag¨ªnese que el fin de la dominaci¨®n ¨¢rabe en Espa?a hubiera sido en el siglo XIX, viene a decir Popov, buscando una complicidad a la hora de explicar que las heridas siguen abiertas en Bulgaria. Adem¨¢s, explica que mucha gente ve en el DPS un brazo del Gobierno islamista turco dentro de la UE. ¡°El b¨²lgaro medio est¨¢ convencido de que el papel de Turqu¨ªa en este proceso [el fortalecimiento de los turcos] es significativo¡±. Por eso, asegura que ¡°la actitud contra los turcos no es xen¨®foba, pero la desconfianza hacia Turqu¨ªa va creciendo¡±.
¡°Los musulmanes de Bulgaria nos vemos como una parte totalmente inseparable de la sociedad¡±, dice Shabanali Ahmed, jefe del Consejo Supremo Musulm¨¢n de Bulgaria, en su despecho de la mezquita de Kardhzali. Asegura que ha habido una reca¨ªda en el sentimiento antiturco de la mayor¨ªa b¨²lgara. No ha ayudado que las autoridades religiosas hayan planteado 50 juicios para recuperar 80 monumentos hist¨®ricos. Para ¨¦l, el origen de la desconfianza ¡°es totalmente pol¨ªtico¡±.
Las calles de Kardhzali parecen darle la raz¨®n. Es una ciudad pac¨ªfica. La ¨²nica preocupaci¨®n es que la UE, aparte de traer inversiones, ha destruido modos de vida y eso lo han sufrido todos. Los turcos que trabajaban una de las regiones m¨¢s ricas en tabaco y los b¨²lgaros de la industria comunista. El periodista Krasimir Angelov, corresponsal de la Televisi¨®n Nacional en Kardhzali, explica el desencanto de una mayor¨ªa b¨²lgara con la UE. ¡°Los proyectos que se aprueban son infraestructuras, parques, pero no producci¨®n. Da beneficios, pero no repercute en la gente, no deja empleo¡±. Los b¨²lgaros echan de menos la antigua industria. ¡°Antes produc¨ªamos muchas cosas para los rusos, ellos desarrollaban la producci¨®n. Hay un sentimiento de que los grandes pa¨ªses defienden sus productos y no quieren los de los peque?os. Aqu¨ª, en Kardhzali, se hac¨ªan aparatos para la industria aeron¨¢utica, fabric¨¢bamos piezas de los Sputnik. Aquellos ingenieros ahora son mec¨¢nicos de coches y cobran en negro¡±.
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