Nicaragua demuele su pasado
El Gobierno de Daniel Ortega ordena destruir el Faro de la Paz de Managua, el monumento que recordaba la guerra civil
Fuertes r¨¢fagas de viento alborotan las aguas verduscas del lago de Managua, la capital de Nicaragua, y dan un alivio al calor que hace sudar a chorros a decenas de obreros de la Alcald¨ªa capitalina. Llevan dos semanas luchando para derribar dos monumentos insignia de la ciudad: la llamada Concha Ac¨²stica, construida para organizar conciertos p¨²blicos, y el Faro de la Paz, el gran monumento a la guerra civil de los a?os 80, a cuyos pies fueron enterrados miles de fusiles usados durante el enfrentamiento, que acab¨® con la vida de miles de nicarag¨¹enses. El sol muerde con ferocidad la piel, pero los obreros, con parsimonia, han cumplido las ¨®rdenes: Nicaragua se ha quedado sin dos s¨ªmbolos de su pasado reciente.
El Faro de la Paz se levantaba a unos metros de una gran explanada que baja al lago. Esta es la zona ¡°terremoteada¡± ¨Ccomo le dicen los managuas¨C de la capital, la que colaps¨® hace ya m¨¢s de 40 a?os por un terremoto que dej¨® m¨¢s de 10.000 muertos en 1972. Autoridades de la Alcald¨ªa capitalina aseguraron que la destrucci¨®n del Faro y la Concha Ac¨²stica fue tomada porque ambos monumentos representaban un ¡°riesgo¡± para la poblaci¨®n, dado que podr¨ªan colapsar en caso de fuerte actividad s¨ªsmica, como la que se registr¨® en abril en las costas del Pac¨ªfico del pa¨ªs. Entonces se produjeron dos terremotos que superaron la magnitud 6 en la escala de Richter, seguidos de varios sismos que mantuvieron en vilo a los capitalinos por una semana.
Fidel Moreno, secretario general de la Alcald¨ªa de Managua, dijo que en ambas estructuras encontraron ¡°fracturas serias¡±, por lo que decidieron derribarlas. Sin embargo, ninguna autoridad local ha presentado estudios t¨¦cnicos formales que demuestren el peligro que representaban para la seguridad de la poblaci¨®n ambos monumentos. Alfredo Guti¨¦rrez, concejal de la Alcald¨ªa por el opositor Partido Liberal Independiente (PLI), dijo que el 17 de abril, el Concejo Municipal decidi¨® derribar edificaciones que representaran riesgos para la poblaci¨®n, pero no se presentaron argumentos t¨¦cnicos para destruir la Concha y el Faro. Para el pol¨ªtico opositor, esta es una decisi¨®n que se tom¨® directamente desde el Gobierno del presidente Daniel Ortega. ¡°Est¨¢s son decisiones pol¨ªticas, no existe un dictamen que indique que estas estructuras tiene da?os irreparables¡±, dijo Guti¨¦rrez.
El Faro de la Paz fue construido en 1990, bajo el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, reci¨¦n convertida en la primera mujer que asum¨ªa la presidencia del pa¨ªs tras derrotar, en unas elecciones sumamente observadas por la comunidad internacional, a Daniel Ortega. Barrios de Chamorro puso fin a la guerra civil que ensangrentaba el pa¨ªs y, como s¨ªmbolo de una historia que no se deber¨ªa repetir, orden¨® la construcci¨®n del Faro de la Paz. Est¨¢ viva en la memoria de los nicarag¨¹enses aquel conmovedor d¨ªa cuando do?a Violeta ¨Ccomo es llamada la expresidenta en Nicaragua¨C orden¨® enterrar miles de fusiles usados durante aquella cruenta guerra civil. Sobre ese cementerio de armas se alz¨® por m¨¢s de 20 a?os el Faro. En 2012, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprob¨® una ley que declaraba ¡°patrimonio hist¨®rico cultural de la naci¨®n el Parque de la Paz¡± y lo renombraba como Parque de la Paz Violeta Barrios de Chamorro. Para muchos seguidores de Ortega, sin embargo, el Faro tambi¨¦n era un s¨ªmbolo de su derrota en 1990.
La Concha Ac¨²stica fue construida en 2004, durante la Administraci¨®n del ahora fallecido alcalde sandinista Herty Lewites, visto en su momento como uno de los principales rivales de Daniel Ortega para hacerse con el liderazgo del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional y duro competidor a la presidencia de Nicaragua. Lewites muri¨® en julio de 2006, meses antes de las elecciones que devolvieron al poder a Ortega. El monumento cost¨® m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares y fue construido en parte con fondos donados por Taiw¨¢n. Se levantaba cerca de las costas del Lago de Managua, en el lugar donde, en 1995, Juan Pablo II congreg¨® a unas 500.000 personas en su segunda visita al pa¨ªs, invitado por Barrios de Chamorro. Karol Wojtila dijo en aquella ocasi¨®n, emocionado ante el recibimiento ofrecido, que su primera visita a Nicaragua en 1983, con el r¨¦gimen sandinista en el poder, hab¨ªa sido ¡°una gran noche oscura en comparaci¨®n con esta eucarist¨ªa del sol¡±. Los cat¨®licos nicarag¨¹enses recuerdan con veneraci¨®n aquella ma?ana de febrero.
Casi una d¨¦cada despu¨¦s de la visita del Juan Pablo II, Lewites orden¨® construir la Concha Ac¨²stica para celebrar conciertos p¨²blicos en la capital, una ciudad deprimida que cuenta con pocos espacios para el esparcimiento de sus pobladores. En a?os recientes, el monumento fue usado por Rosario Murillo, primera dama de Nicaragua y jefa de facto del Gabinete de Gobierno, como escenario para las celebraciones del 19 de julio. Ese d¨ªa los sandinistas celebran la revoluci¨®n que ech¨® del poder a la dinast¨ªa de los Somoza, que gobern¨® Nicaragua al peso de las botas militares por m¨¢s de cuarenta a?os. En ninguno de estos a?os el Gobierno dijo que el monumento representara un peligro para los miles de simpatizantes de Ortega que se congregaban all¨ª cada 19 de julio. De hecho, Murillo orden¨® adornar la Concha con enormes ¨¢rboles amarillos de s¨®lido metal, miles de luces de colores y representaciones gigantes de Sandino y el fallecido presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez, benefactor del Gobierno de Ortega, con la cara pintada de amarillo.
Sergio Obreg¨®n, ingeniero estructuralista encargado de la construcci¨®n de la Concha Ac¨²stica, dijo en entrevista con el programa Esta Noche que el monumento estaba muy bien construido. ¡°No hay manera de que los eventos s¨ªsmicos que se presentaron en Managua hubieran podido causar alg¨²n da?o significativo a la obra, porque cuenta con un dise?o especial que impide que pueda sufrir da?os severos¡±, dijo.
La misma Concha Ac¨²stica le ha dado la raz¨®n. Durante d¨ªas, decenas de obreros que usaron maquinaria pesada intentaron demoler el monumento, que se resist¨ªa a morir, lo que pon¨ªa en entredicho la versi¨®n de la Alcald¨ªa de Managua. Los periodistas acudieron todos los d¨ªas desde que se iniciaron las obras para documentar el dramatismo de la escena: bajo un sol que hac¨ªa arder el asfalto, los trabajadores luchaban para arrancar pedazos de concreto y hierro del monumento, un gigante cuya firmeza fue usada como s¨ªmbolo de resistencia por parte de la oposici¨®n y sectores cr¨ªticos al Gobierno ante los abusos y desmanes denunciados contra el r¨¦gimen de Daniel Ortega.
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