Se avecinan tormentas en la educaci¨®n en Am¨¦rica Latina
Es esperable que en la pr¨®xima d¨¦cada veamos a un n¨²mero creciente de pa¨ªses emprendiendo procesos de reforma
Esta semana, a tan solo dos meses asumir su nuevo mandato, la presidenta Michelle Bachelet de Chile firm¨® un proyecto de ley que pone fin al lucro en la educaci¨®n, termina "con la discriminaci¨®n a trav¨¦s de la selecci¨®n escolar" y establece la gratuidad escolar, poniendo fin al copago que las familias pagan en las escuelas privadas subsidiadas por el estado. Estos cambios son parte de una amplia y ambiciosa reforma educativa que incluir¨¢ tambi¨¦n cambios en la educaci¨®n superior. Junto a una reforma tributaria, la educativa constituye uno de los pilares de la nueva administraci¨®n.
Se podr¨¢n debatir los m¨¦ritos de los cambios que se buscan realizar, pero no cabe duda alguna que la administraci¨®n Bachelet ve a la educaci¨®n como prioridad estrat¨¦gica y decidi¨® invertir un enorme capital pol¨ªtico para avanzar esos cambios. La centralidad pol¨ªtica que adquiere la educaci¨®n resulta un dato notable teniendo en cuenta que, tradicionalmente, la pol¨ªtica educativa no recibe este nivel de atenci¨®n.
Tambi¨¦n novedoso es el contexto en el que estas reformas ocurren. En gran medida, su origen debe encontrarse no en grandes dise?os tecnocr¨¢ticos sino en la movilizaci¨®n social: las protestas estudiantiles que acosaron a la administraci¨®n Pi?era pusieron el tema de la desigualdad educativa sobre la mesa e hicieron imprescindible alg¨²n tipo de acci¨®n en la materia.
Como en muchos otros temas, Chile puede marcar tendencias en Am¨¦rica Latina: la baja calidad y las grandes desigualdades sociales que se reproducen al interior de los sistemas educativos han dejado de ser solo la preocupaci¨®n de unos pocos expertos y son parte del debate social. Es esperable que en la pr¨®xima d¨¦cada veamos a un n¨²mero creciente de pa¨ªses en la regi¨®n emprendiendo procesos de reforma. Algunos lo har¨¢n a rega?adientes, pero lo tendr¨¢n que hacer no solo por presiones dom¨¦sticas (como en el caso de Chile) sino tambi¨¦n externas producto de las crecientes brechas en rendimiento estudiantil que se observan con respecto a los pa¨ªses Asi¨¢ticos.
Con caracter¨ªsticas diferentes a las de Chile, M¨¦xico tambi¨¦n est¨¢ avanzando por el sendero de reforma educativa. Partiendo de un sistema educativo mucho menos exitoso que el de Chile, el presidente Pe?a Nieto tambi¨¦n impulso una reforma ambiciosa en educaci¨®n al comienzo de su mandato, buscando instalar una pol¨ªtica docente m¨¢s racional y efectiva. Nuevamente, la reforma educativa aparece junto a la reforma fiscal (y la energ¨¦tica) como eje central de las pol¨ªticas de un nuevo gobierno. Esta centralidad convierte a la educaci¨®n en tema de conflicto ¨Cen el caso de M¨¦xico particularmente con los sindicatos docentes¡ª y fuerza al gobierno a hacer una inversi¨®n significativa de capital pol¨ªtico para avanzar en la implementaci¨®n de la reforma.
De modo menos dram¨¢tico, estamos observando indicios en otros pa¨ªses que el pobre desempe?o educativo se ha convertido un tema de preocupaci¨®n generalizada, lo cual fuerza a los dirigentes pol¨ªticos a tomar nota. En Colombia, un grupo de j¨®venes lanz¨® una propuesta de ¡®pacto por la educaci¨®n¡¯ durante la campa?a electoral presidencial y, en cosa de d¨ªas, todos los candidatos creyeron necesario apoyar y firmar el pacto. En Uruguay, el encargado de educaci¨®n secundaria en la administraci¨®n p¨²blica debi¨® abandonar su cargo una vez se conocieron los resultados de la prueba PISA que mostraban un empeoramiento en el rendimiento de los j¨®venes de 15 a?os.
Existen varias fuerzas que contribuyen a explicar estas tendencias. En primer lugar, hay una creciente frustraci¨®n con el bajo desempe?o de los sistemas escolares en la regi¨®n. La ¨²ltima d¨¦cada fue una en la cual los gobiernos de Am¨¦rica Latina han invertido crecientes recursos financieros en sus escuelas. De acuerdo a UNESCO, el gasto p¨²blico en educaci¨®n representa hoy el 5,2% del producto en promedio, comparado con un 4,5% diez a?os atr¨¢s. Sin embargo, esto no se est¨¢ traduciendo en mejores resultados, al menos no en t¨¦rminos de aprendizajes medidos en pruebas. La expansi¨®n de la cobertura escolar es un factor que ayuda a contrarrestar los altos niveles de desigualdad que imperan en la regi¨®n. Sin embargo, las desigualdades en la distribuci¨®n de ingresos terminan reflej¨¢ndose en desigualdades en rendimientos educativos y las escuelas poco logran en t¨¦rminos de ecualizar resultados. La mayor disponibilidad de informaci¨®n hace todo esto m¨¢s transparente. Al mismo tiempo, en un n¨²mero creciente de pa¨ªses de Am¨¦rica Latina existen hoy organizaciones de la sociedad civil altamente sofisticadas y profesionalizadas que operan en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica educativa que se han convertido en voces influyentes. Mexicanos Primero y Todos pela Educa??o en Brasil, constituyen dos ejemplos notables pero no son los ¨²nicos.
Estas tendencias sugieren que las presiones sociales ir¨¢n en aumento y que la educaci¨®n ser¨¢ moneda corriente en los debates pol¨ªticos. Los pr¨®ximos a?os ver¨¢n m¨¢s demandas por parte de la sociedad civil, los empresarios y la ciudadan¨ªa, y podemos esperar que un n¨²mero creciente de gobiernos van a decidir avanzar con reformas educativas buscando respuestas a estos desaf¨ªos. No todas estas reformas estar¨¢n necesariamente bien fundadas y muchas de ellas fracasar¨¢n. M¨¢s a¨²n, estos intentos muy probablemente generen conflictos y tensiones. Por mencionar solo algunos, veremos resistencia de parte de sindicatos docentes y burocracias p¨²blicas. Sectores de la educaci¨®n privada (incluyendo las escuelas religiosas) resentir¨¢n los intentos de aumentar el grado de regulaci¨®n estatal de sus servicios. Los votantes expresar¨¢n (en las urnas y quiz¨¢s en las calles) sus frustraciones con lo que seguramente ser¨¢, en el mejor de los casos, un lento proceso de mejora. Y los ministros de hacienda p¨²blica probablemente miren con envidia a sus antecesores que pod¨ªan obviar en gran medida esta tan ingrata industria de servicios escolares.
Estas tensiones, sin embargo, son extremadamente positivas y reflejan que la sociedad latinoamericana reconoce la importancia de la educaci¨®n. A todos los l¨ªderes a quienes que les toque sufrir las cr¨ªticas y ataques de aquellos insatisfechos con el status quo, les vale la pena recordar el dicho popular "porque te quiero te aporreo".
*Ariel Fiszbein es director del Programa de Educaci¨®n del Inter-American Dialogue en Washington DC
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