Semi¨®tica del terror
No se sabe qu¨¦ peligro es peor, si la guerra h¨ªbrida y sigilosa en Ucrania o las decapitaciones
El viento mueve la blusa de color naranja del reo y la vestimenta negra del verdugo bajo el espanto de un cielo azul y un sol radiante. Es un detalle realista m¨¢s de esta secuencia tomada en mitad de una solitaria extensi¨®n des¨¦rtica donde vemos a la v¨ªctima, de rodillas, y al asesino, desafiante y en pie, cuchillo en mano.
Sorprenden la entereza y la parsimonia con que los dos condenados han recitado el terrible dicterio contra Obama en el que lo culpan de sus muertes. Y la directa apelaci¨®n amenazante del verdugo al presidente, con la punta del cuchillo, para que sepa que cada bombardeo sobre el Estado Isl¨¢mico tendr¨¢ como respuesta un cuello occidental rebanado.
En el primer v¨ªdeo en el que habla James Foley antes de ser decapitado, al final aparece Steven Sotlof, preparado para morir y ahora ya asesinado, con el anuncio de la siniestra lista de espera: ah¨ª est¨¢ en capilla el siguiente, el brit¨¢nico David Cawthorne Haines. El departamento de propaganda del Estado Isl¨¢mico no ahorra medios ¡ªla tortura, sin duda¡ª y cuida todos los detalles, incluso la dicci¨®n y el estado psicol¨®gico de los reos, y sabe muy bien lo que quiere transmitir con sus sangrientas producciones.
Esos j¨®venes y fr¨ªos carniceros, salidos muchos de ellos de los suburbios europeos, conocen las t¨¦cnicas de comunicaci¨®n que mayor impresi¨®n pueden causar a los occidentales. Pero de poco les servir¨ªa su cultura medi¨¢tica si no tuvieran la vocaci¨®n y el car¨¢cter de los asesinos en serie y en masa que mejor han servido a las mayores causas genocidas de nuestra inhumanidad.
El califato reci¨¦n inaugurado est¨¢ consiguiendo difundir en muy poco tiempo las m¨¢s perversas pr¨¢cticas infernales que hayamos conocido en la historia reciente: crucifixiones, decapitaciones, matanzas en masa, esclavizaci¨®n y venta de mujeres y ni?os. En nombre del islam m¨¢s primigenio y puro se mata y muere sin pesta?ear, como quien tuitea o llama por el m¨®vil.
No hay originalidad en la matanza, sino en el uso cuidado de los medios y de la difusi¨®n viral para los prop¨®sitos militares y pol¨ªticos que acompa?an a la voracidad asesina. El cuchillo frente al dron, la blusa anaranjada que evoca Abu Ghraib, el asesino de negro que se erige en adversario de Obama, la muerte concreta y visible frente al impacto desde el sat¨¦lite sobre el convoy islamista...
La OTAN, reunida desde el jueves en Cardiff, se enfrenta a dos peligros que llegan simult¨¢neamente sin que se sepa muy bien cu¨¢l es peor. En sus confines orientales m¨¢s inmediatos, una guerra sigilosa e h¨ªbrida, que empuja disfrazada para recuperar los lindes que Rusia perdi¨® al terminar la Guerra Fr¨ªa. Y en el flanco medio oriental, una amenaza directa y arrogante que aterroriza al mundo pero reta y desaf¨ªa directamente a Obama, a ver si se atreve a poner a sus soldados en Irak, otra vez pie en tierra, como hizo Bush en 2003.
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