EE UU se suma a la presi¨®n para esclarecer la matanza de Tlatlaya
Human Rights Watch considera la "masacre de 22 civiles¡± como la peor del sexenio El Ej¨¦rcito mexicano responde que colaborar¨¢ en la investigaci¨®n
La matanza de Tlatlaya, al sur del Estado de M¨¦xico, en la que el Ej¨¦rcito acab¨® con la vida de 22 supuestos narcos el pasado 30 de junio, va camino de convertirse en una prueba de fuego para el actual Ejecutivo mexicano. Las principales organizaciones humanitarias internacionales han exigido que se aclare lo ocurrido y el propio Departamento de Estado record¨® la necesidad de una investigaci¨®n ¡°f¨¢ctica y cre¨ªble¡± a cargo de autoridades civiles. Washington es el principal proveedor y asesor de seguridad de M¨¦xico y est¨¢ obligado a validar ante el Congreso que ese apoyo no utiliza para cometer violaciones de los derechos humanos. La propia Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos mexicana, un organismo p¨²blico, ha se?alado que piensa pedir explicaciones a los militares por lo ocurrido. Ante esta presi¨®n, el Ej¨¦rcito, que hasta la fecha se hab¨ªa mantenido en silencio, emiti¨® un comunicado el que ofreci¨® su colaboraci¨®n ¡°irrestricta" en el esclarecimiento de los hechos, pero sin aportar ning¨²n dato nuevo. Y la Procuradur¨ªa General insisti¨® en que tiene ya abierta una investigaci¨®n. "Nuestra responsabilidad es precisar con claridad si las conductas del caso se apegaron a derecho, y con respeto absoluto a los derechos humanos¡±, indic¨® el ministerio p¨²blico. El catalizador de estas reacciones han sido las declaraciones de una superviviente ante dos medios de comunicaci¨®n y en las que afirma que las muertes no se debieron a un enfrentamiento armado, como sostiene la versi¨®n oficial, sino a la ejecuci¨®n a sangre fr¨ªa de 21 detenidos (otro cay¨® durante el tiroteo previo). Esta testigo presencial es madre de una adolescente muerta en Tlatlaya. La chica ten¨ªa 15 a?os y se llamaba Erika. Los fallecidos estaban vinculados al c¨¢rtel de La Familia.
La Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos indic¨® que hace ya varias semanas que hab¨ªa recogido este testimonio, junto al de otros dos supervivientes (dos mujeres que aseguraron haber sido secuestradas). ¡°Los peritos de la Comisi¨®n est¨¢n haciendo su trabajo y se va a solicitar al Ej¨¦rcito que nos entregue un informe sobre los hechos¡±, afirm¨® el segundo visitador general de la Comisi¨®n, Marat Paredes Montiel. Entre los datos obtenidos por este organismo figura que entre los fallecidos hab¨ªa cinco personas con edades comprendidas entre los 40 y 50 a?os. Las primeras versiones apuntaban a que eran todos muy j¨®venes.
¡°El testimonio de la superviviente reflejar¨ªa que estamos frente a la peor masacre de civiles por parte de militares de este sexenio. Ante esta grav¨ªsima denuncia, que pone en evidencia que al d¨ªa de hoy, a casi tres meses de los hechos, a¨²n hay m¨¢s interrogantes que respuestas oficiales sobre lo que efectivamente sucedi¨® ese d¨ªa, el Gobierno de Pe?a Nieto no puede guardar silencio¡±, afirm¨® desde Washington, Jos¨¦ Miguel Vivancos, director para Am¨¦rica de Human Rights Watch. ¡°Es indispensable que las m¨¢s altas autoridades expliquen cu¨¢les han sido los avances en la investigaci¨®n de este incidente, de la cual se sabe poco y nada, y sobre todo, es important¨ªsimo que se adopten las medidas necesarias para proteger a la testigo y que no corra ning¨²n riesgo su seguridad¡±, a?adi¨® Vivancos. En t¨¦rminos similares se expresaron Amnist¨ªa Internacional y la Comisi¨®n Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos.
La Secretar¨ªa de la Defensa Nacional, por primera vez desde las muertes, respondi¨® a la presi¨®n externa. En un escrito en el que mantiene que se trat¨® de un enfrentamiento originado por una agresi¨®n armada, indic¨®: "El Ej¨¦rcito y Fuerza A¨¦rea Mexicanos refrendamos nuestro compromiso de cumplir con las misiones asignadas con estricto apego a la ley y a las directivas giradas para que en todo momento se preserve la vida y la seguridad de las personas, respetando invariablemente los Derechos Humanos de los Ciudadanos. Los militares sostienen que las muertes se produjeron durante un enfrentamiento con las tropas. En este relato se afirma que un convoy militar que inspeccionaba el terreno se top¨® por casualidad con una bodega custodiada por ¡°personal armado¡± y que este, al ver a los soldados, empez¨® a disparar. El resultado fueron 22 ¡°supuestos agresores¡± muertos y un militar herido sin gravedad.
Desde que la matanza se hizo p¨²blica, las dudas en torno a la versi¨®n de los militares no han hecho m¨¢s que aumentar. El Ej¨¦rcito no ha facilitado identidades ni explicado qu¨¦ hac¨ªan en aquel rec¨®ndito lugar, a las cinco de la madrugada. Tampoco c¨®mo fue posible que muriesen todos los supuestos narcos, sin que quedase vivo ninguno, ni c¨®mo se logr¨® que no hubiese ninguna baja entre las tropas.
Desde que la matanza se hizo p¨²blica, las dudas en torno a la versi¨®n de los militares han aumentado
La testigo, entrevistada por la revista Esquire, afirma que lleg¨® a la bodega donde se encontraban los supuestos narcos sobre las diez de la noche del domingo 29 de junio. Iba en busca de su hija. A eso de las tres de la madrugada, se avist¨® un convoy militar. Los soldados alumbraron con un reflector las instalaciones. Empez¨® el tiroteo. Tras media hora de refriega, siempre seg¨²n esta versi¨®n, se rindieron. En el enfrentamiento perdi¨® la vida un supuesto narco. Otro qued¨® herido as¨ª como Erika.
Tras entregar las armas, empezaron los interrogatorios. Esta es la versi¨®n de la superviviente: ¡°Ellos [los soldados] dec¨ªan que se rindieran, y los muchachos ped¨ªan que les perdonaran la vida. ¡®Con que muy machitos, hijos de su puta madre. Con que muy machitos¡¯. As¨ª les dec¨ªan los militares, cuando ellos salieron. Todos salieron y se rindieron (¡). Entonces les preguntaron c¨®mo se llamaban, y los her¨ªan, no los mataban. Yo dec¨ªa que no lo hicieran, que no lo hicieran, y ellos dec¨ªan ¡®esos perros no merecen vivir¡¯ (¡) Luego los paraban as¨ª en hilera y los mataban (¡) Se escuchaban los quejidos, los lamentos¡±.
Posteriormente, los dos heridos, incluida la chica, fueron asesinados, siempre seg¨²n esta versi¨®n. ¡°La mataron ah¨ª mismo y tambi¨¦n al muchacho que estaba al lado de ella. A ¨¦l lo pararon y lo mataron, y lo volvieron a acomodar como estaba. Con ella, que no pod¨ªa caminar, hicieron lo mismo¡±, afirma la superviviente. Esta sali¨® viva junto a otras dos mujeres que dijeron haber sido secuestradas.
Al amanecer, llegaron los funcionarios de la Procuradur¨ªa del Estado de M¨¦xico, a cuyas dependencias fue conducida la mujer. Posteriormente se la traslad¨® a la Subprocuradur¨ªa Especializada en la Investigaci¨®n de la Delincuencia Organizada. No fue puesta en libertad hasta el domingo siguiente. Ella sostiene que pas¨® tres d¨ªas sin comer y que fue coaccionada para que vinculara a los fallecidos con organizaciones criminales.
Dos semanas despu¨¦s de la matanza, la Procuradur¨ªa General de Justicia del Estado de M¨¦xico, ante las dudas suscitadas por la versi¨®n oficial, sali¨® en defensa de la versi¨®n de los militares. En un comunicado neg¨® que se hubieran registrado disparos a corta distancia y aseguraba que el intercambio de tiros fue ¡°proporcional¡±. ¡°La investigaci¨®n arroja que los efectivos militares repelieron una agresi¨®n real, actual e inminente y sin derecho por parte de los 22 miembros del grupo delictivo, sin que haya mediado provocaci¨®n del personal castrense¡±, conclu¨ªa la Procuradur¨ªa estatal.
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