China: el primer inversor en el crudo iraqu¨ª

Una no se cruza con ciudadanos chinos en la calle Saad¨²n de Bagdad con la misma facilidad con que los encuentra en la avenida Vali-e-Asr de Teher¨¢n. Y eso que son cuatro veces m¨¢s numerosos en Irak. La violencia que sacude este pa¨ªs explica sin duda la discreci¨®n de los 10.000 chinos que trabajan all¨ª, sobre todo en el sector petrolero, donde el Imperio del Medio se ha convertido en el mayor inversor extranjero.

Pek¨ªn no particip¨® en la coalici¨®n que derrib¨® a Saddam Husein propiciando un cambio de r¨¦gimen y el caos que se prolonga hasta hoy. Sin embargo, dej¨® claras sus intenciones cuando en 2010 procedi¨® a cancelar el 80% de la deuda de Irak que se elevaba a 8.500 millones de d¨®lares. Dos a?os antes, la estatal Chinese National Petroleum Corporation (CNPC) fue la primera empresa extranjera en firmar un contrato petrolero tras la invasi¨®n, al renegociar un acuerdo alcanzado con el gobierno anterior. Poco despu¨¦s, logr¨® el contrato para la explotaci¨®n de otros tres campos petrol¨ªferos, incluido el de Rumaila, el mayor de Irak y el tercero del mundo, situado en Basora, junto a la frontera de Kuwait. Otra petrolera estatal, Sinopec, tiene una participaci¨®n en una explotaci¨®n del Kurdist¨¢n iraqu¨ª.

Las inversiones chinas est¨¢n muy vinculadas a su necesidad de materias primas. Desde septiembre del a?o pasado Pek¨ªn se ha convertido en el mayor importador de petr¨®leo del mundo, por encima de EEUU que ha aumentado su producci¨®n gracias al fracking. Sin embargo, Pek¨ªn no se ha mostrado especialmente alarmado ante?el avance del Estado Isl¨¢mico en Irak que amenaza, adem¨¢s de la libertad de movimiento de sus trabajadores (1.200 de los cuales tuvieron que ser evacuados el pasado verano), su suministro de petr¨®leo.

A pesar de sus importantes inversiones (estimadas en 5.600 millones de d¨®lares), China no ha dado se?ales de querer enviar tropas para apoyar al Gobierno de Bagdad. Por un lado, los observadores apuntan a que carece de palancas de influencia pol¨ªtica. Pero sobre todo y aunque The New York Times aseguraba en junio de 2013 que estaba comprando la mitad de las exportaciones de crudo de Irak, el petr¨®leo iraqu¨ª no es en absoluto cr¨ªtico para la econom¨ªa china. Supone un 10% de sus importaciones, pero representa tan s¨®lo un 1% del total de su consumo de energ¨ªa, que est¨¢ a¨²n muy basado en el carb¨®n. Por lo tanto, a no ser que la situaci¨®n llevara a un aumento del precio del barril, algo que por ahora improbable, no parece vulnerable a la actual crisis.

En cualquier caso, y con la discreci¨®n que le caracteriza, Pek¨ªn ha empezado a mover sus fichas. Esta semana, un c¨®nsul general present¨® sus credenciales ante el Gobierno regional de Kurdist¨¢n. Adem¨¢s, al hilo de los contratos petroleros ha logrado una serie de proyectos que van desde oleoductos (en Missan) hasta centrales el¨¦ctricas (Zubaydiah, en la provincia de Wasit), pasando por una barriada residencial llamada Golden City, en Basora.

Mientras tanto, al otro lado de la frontera, en Ir¨¢n, China observa con atenci¨®n el resultado de las negociaciones nucleares. Aunque inicialmente se benefici¨® de la salida de las compa?¨ªas europeas del mercado iran¨ª (en 2007 sustituy¨® a la UE como principal socio comercial de Ir¨¢n y ambos Gobiernos se fijaron como objetivo doblar su comercio bilateral hasta los 100.000 millones de d¨®lares para 2016), a partir de 2012 tambi¨¦n se ha visto afectada por las sanciones que EEUU y la UE han impuesto a Teher¨¢n. Ese a?o su inversi¨®n cay¨® el 87% y el comercio bilateral se redujo un 18% respecto de 2011.

Tambi¨¦n CNPC y Sinopec han terminado retir¨¢ndose de los contratos que lograron a finales de la d¨¦cada pasada ante la presi¨®n de las sanciones. No obstante, China consigui¨® una autorizaci¨®n de Washington para seguir importando petr¨®leo de Ir¨¢n. Mientras, los iran¨ªes se quejaban de que la inundaci¨®n de productos chinos baratos estaba acabando con las industrias locales.