El Papa visita el infierno de Bolivia
Francisco acude en Santa Cruz a una de las prisiones m¨¢s peligrosas de Latinoam¨¦rica y denuncia la lentitud de la Justicia
El 84% de los 15.000 presos de Bolivia a¨²n est¨¢ a la espera de ser juzgado ¨Cdesde hace m¨¢s de una d¨¦cada en algunos casos¨C, y las 53 c¨¢rceles del pa¨ªs sobrepasan en un 300% su capacidad. Las condiciones de descontrol, peligrosidad y hacinamiento son tan terribles que uno de los reclusos de la prisi¨®n de Palmasola (Santa Cruz) se las describi¨® as¨ª al papa Francisco: ¡°Cuando llegu¨¦, esto me pareci¨® Sodoma y Gomorra¡±.
Jorge Mario Bergoglio quiso que su ¨²ltimo acto en Bolivia antes de partir hacia Paraguay fuese una visita a uno de los centros de reclusi¨®n m¨¢s peligrosos de Latinoam¨¦rica, una especie de ciudad en miniatura que en la actualidad alberga a m¨¢s de 3.000 presos y donde los detenidos menores de edad est¨¢n mezclados con los mayores, algunos de los cuales disponen de casas y hasta de sirvientes. Hace un par de a?os, una pelea entre reclusos por el control del penal termin¨® con 35 fallecidos, entre ellos un ni?o.
¡°Ustedes podr¨ªan preguntarse que qui¨¦n est¨¢ ante ustedes¡±, se dirigi¨® a ellos Francisco, ¡°y a m¨ª me gustar¨ªa responderles a esa pregunta con una certeza que ha marcado mi vida para siempre: el que est¨¢ ante ustedes es un hombre perdonado¡±.
Si Francisco reforz¨® el jueves su perfil de l¨ªder mundial durante la reuni¨®n con los movimientos populares, el viernes fue, simplemente, un pastor que se acerca a reconfortar a las ovejas m¨¢s heridas del reba?o. Los escuch¨® primero cuando, por boca de una reclusa, le dijeron: ¡°Admitimos nuestras culpas por los delitos que cometimos, pero como mujeres sufrimos el abuso de poder, imploramos en tu nombre justicia. Que t¨² seas nuestro intermediario para que se cumpla en Bolivia un indulto para las mujeres embarazadas y para las mujeres que tienen que descontar 30 a?os y ya han vivido un tercio de su pena¡±.
Si el Papa reforz¨® el jueves su perfil de l¨ªder mundial, el viernes fue, simplemente, un pastor que se acerca a reconfortar a las ovejas m¨¢s heridas del reba?o
Tambi¨¦n escuch¨® el Papa la radiograf¨ªa de la situaci¨®n carcelaria que le mostr¨® Jes¨²s Ju¨¢rez P¨¢rraga, arzobispo de Sucre y responsable nacional de la pastoral penitenciaria cat¨®lica. ¡°Somos testigos¡±, explic¨® monse?or Ju¨¢rez, ¡°de las angustias de nuestros hermanos y hermanas presos. Sentimos en ellos el signo contradictorio de ser v¨ªctimas y victimarios, la evidencia de una sociedad que produce pobreza, desigualdades y violencia¡±. El arzobispo asegur¨® que la administraci¨®n de justicia boliviana es ¡°una flagrante vulneradora de derechas¡±.
Cuando tom¨® la palabra, Bergoglio dijo ser consciente de las duras condiciones de vida de los reclusos. ¡°Yo s¨¦ bien¡±, les dijo, ¡°que son muchos los elementos que juegan en contra en este lugar. El hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de pol¨ªticas de rehabilitaci¨®n, la violencia¡¡±. Y de ah¨ª que les hiciera dos propuestas. El primero, como Papa: ¡°Si en alg¨²n momento est¨¢n tristes, mal, bajoneados, miren el rostro de Jesucristo. En sus llagas, encuentran lugar nuestras llagas. ?l muri¨® por vos, por m¨ª, para darnos su mano y levantarnos¡±. El segundo, como amigo: ¡°No pueden dar todo por perdido. La convivencia depende en parte de ustedes. Ay¨²dense entre ustedes. No tengan miedo de ayudarse entre ustedes. El demonio busca la rivalidad, la divisi¨®n, los bandos. Luchen por salir adelante¡±.
Despu¨¦s de un par de d¨ªas en Bolivia, donde visit¨® La Paz y Santa Cruz de la Sierra, el Papa vol¨® a Paraguay, tercera y ¨²ltima etapa de su primer viaje a la Am¨¦rica de habla hispana.
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