El Papa latinoamericano en Am¨¦rica Latina
Francisco ha conectado a la Iglesia con los temas de la postmodernidad¡ªdivorcio, homosexualidad, medio ambiente¡ªal mismo tiempo que con la premodernidad de la pobreza y la desigualdad
![Evo Morales y el papa Francisco, en La Paz (Bolivia).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XYPTLRJ62L5B7GYCMVHVJIDU5E.jpg?auth=5130ad7d888277bbdf52d94ad51272eff9ae166255057aecf4f23a74b33b201a&width=414)
Una imagen vale m¨¢s que mil palabras. Nunca m¨¢s cierto que en la foto¡ª?y el v¨ªdeo!¡ªde Francisco con Evo Morales. All¨ª el presidente de Bolivia le entrega un crucifijo con forma de hoz y martillo. Se ve un heterodoxo artefacto art¨ªstico que Morales le entrega con elocuencia. Ello en marcado contraste con el lenguaje corporal y la seriedad, casi preocupaci¨®n, en el rostro del Papa. En el v¨ªdeo se alcanza a escuchar a Francisco murmurar un ¡°esto no est¨¢ bien¡±.
La escena es anticlim¨¢tica. Probablemente Francisco no esperaba semejante regalo, ni en ese momento ni de esa forma. El subtexto, sin embargo, dif¨ªcilmente pueda haberlo sorprendido por completo. La escena en s¨ª misma es una buena met¨¢fora de la relaci¨®n entre religi¨®n, pol¨ªtica y sociedad, una relaci¨®n que ¨¦l mismo siempre ha cultivado, incluso desde antes de su llegada a Roma.
Como primer Papa latinoamericano, Francisco es exactamente eso, muy latinoamericano. Su papado reclama el protagonismo de Am¨¦rica en el mundo cat¨®lico. Es casi un reclamo de propiedad. De hecho, la mitad de los cat¨®licos del mundo se encuentran en el hemisferio occidental, y en Estados Unidos el catolicismo es cada vez menos irland¨¦s y menos polaco, y cada vez m¨¢s latino. Con ello va una apuesta acerca del mism¨ªsimo futuro de la Iglesia.
Francisco es un eximio int¨¦rprete de su tiempo y su geograf¨ªa
Su papado tambi¨¦n es latinoamericano en el sentido que, en una regi¨®n donde todo es pol¨ªtica, no ha sido escasa la inspiraci¨®n religiosa de los temas terrenales a lo largo de la historia. De la Democracia Cristiana a la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, del Opus Dei a los curas tercermundistas, de las Comunidades Eclesiales de Base a las Vicarias de la Solidaridad, no hay nada nuevo en el hecho que Francisco ¡°hace pol¨ªtica¡±, seg¨²n se escucha. Siempre hubo pol¨ªtica en la Iglesia.
Tampoco hay que confundirse. La izquierda beata¡ªy autoritaria¡ªde Morales, Correa y otros seguir¨¢ empuj¨¢ndole en esa direcci¨®n. Ignoran, tal vez, que Francisco es un Jesuita y que solo pretende promediar en el centro para superar la perpetua polarizaci¨®n latinoamericana, aquella tan nociva y que ha ocurrido en la pol¨ªtica y la sociedad tanto como en la teolog¨ªa. Podr¨¢n regalarle mil crucifijos con la hoz y el martillo, mientras ¨¦l seguir¨¢ dedic¨¢ndole tiempo a la transici¨®n cubana, precisamente para terminar con el comunismo.
La derecha de Estados Unidos y otras latitudes, a su vez, podr¨¢n acusarle de marxista y de ser anticapitalista. Desconocen, quiz¨¢s, que fue aquel arzobispo de Buenos Aires quien denunci¨® la ¡°idolatr¨ªa del dinero¡± alg¨²n tiempo atr¨¢s y que su anticapitalismo no difiere una coma de la Doctrina Social de la Iglesia. Sus cr¨ªticos deber¨ªan leer Rerum Novarum, la primera enc¨ªclica social, escrita por Le¨®n XIII en 1891. All¨ª encontrar¨¢n a Francisco.
Es que, en tan solo dos a?os, este Papa innovador ha conectado a la Iglesia con los temas de la postmodernidad¡ªel divorcio, la homosexualidad, el medioambiente¡ª al mismo tiempo que ha sido capaz de llevarla de regreso a la problem¨¢tica de la premodernidad¡ª la pobreza y la desigualdad. Francisco es un eximio int¨¦rprete de su tiempo y su geograf¨ªa.
El papado de Bergoglio deber¨¢ ser mirado en el espejo del de Wojtyla, aquel polaco, Juan Pablo II, sin el cual ser¨ªa dif¨ªcil entender el fin del comunismo, la unificaci¨®n alemana y la expansi¨®n de la Uni¨®n Europea, entre otras revoluciones.
Es improbable que el legado de Francisco sea tan espectacular. Tal vez este Papa latinoamericano simplemente se conforme con una Am¨¦rica Latina un poco menos desigual y menos polarizada. No ser¨ªa un legado menos revolucionario.
Twitter @hectorschamis
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.