C¨®mo las potencias e Ir¨¢n han encajado ¡®el cubo de Rubik¡¯ nuclear
Estas son las claves de un acuerdo hist¨®rico
En los ¨²ltimos d¨ªas de las negociaciones en Viena, el inventario de met¨¢foras para describir las dificultades del pacto se agotaba. Los negociadores estaban en la ¨²ltima milla. O a punto de alcanzar la cumbre. Otra met¨¢fora: el acuerdo era peor, por largo y trabajoso, que un parto.
Al final, la mejor met¨¢fora fue la que Wendy Sherman, negociadora de Estados Unidos, acu?¨® hace meses, cuando el objetivo quedaba lejos. El acuerdo con Ir¨¢n, seg¨²n Sherman, era como un cubo de Rubik, el rompecabezas en tres dimensiones inventado por el h¨²ngaro Ern? Rubik. Encajar todas las piezas del documento, y al mismo tiempo poner de acuerdo a estadounidenses, rusos, chinos, europeos e iran¨ªes, parec¨ªa imposible. Ayer lo lograron, con un texto de 109 p¨¢ginas. Estas son las claves:
Uranio y plutonio
El acuerdo busca alejar a Ir¨¢n de la posibilidad de armar una bomba nuclear, ambici¨®n que Ir¨¢n niega. Para ello, la comunidad internacional obliga a Teher¨¢n a desprenderse de dos tercios de sus centrifugadoras, las m¨¢quinaspara enriquecer uranio hasta el nivel ¨²til para armar una cabeza at¨®mica. Entre otras medidas, Ir¨¢n tambi¨¦n debe reducir su stock de uranio de 10.000 kilogramos a 300 durante 15 a?os, a no enriquecerlo a m¨¢s de un 3,67% (es necesario llegar al 90% para fabricar la bomba) y redise?ar una planta con un reactor de agua pesada para que no pueda producir el plutonio necesario para armar una cabeza nuclear. La idea es que Ir¨¢n est¨¦, al menos, a un a?o de distancia de producir suficiente material para una bomba. Con la capacidad de enriquecimiento actual est¨¢ a una distancia de pocos meses.
Inspecciones
Para garantizar que cumple con estos compromisos, el acuerdo de Viena impone a Ir¨¢n un r¨¦gimen de inspecciones intensivo. Uno de los problemas durante la negociaci¨®n fue determinar si los inspectores tendr¨ªan acceso a los centros militares iran¨ªes. Ir¨¢n lo consideraba una cuesti¨®n de soberan¨ªa nacional.
Las potencias occidentales cre¨ªan que, debido a la vigilancia internacional sobre las plantas nucleares conocidas, las bases militares pueden servir para desarrollar un programa nuclear secreto. Seg¨²n el acuerdo, los inspectores podr¨¢n acceder a los sitios militares pero esto requerir¨¢ un procedimiento previo: acudir a un comit¨¦ de arbitraje compuesto por las seis potencias, Ir¨¢n, y la Uni¨®n Europea.
Sanciones
En los pr¨®ximos d¨ªas, el documento de Viena se presentar¨¢ al Consejo de Seguridad de la ONU para que lo apruebe. Dentro de dos o tres meses, una vez que el Congreso de EE UU haya revisado el acuerdo, Ir¨¢n aplicar¨¢ las medidas para limitar su programa nuclear y entonces, previo informe del OIEA (Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica), se levantar¨¢n las sanciones. Esto puede ocurrir dentro de cuatro o seis meses. El acuerdo prev¨¦ un mecanismo para reinstalar las sanciones en un plazo de 65 d¨ªas en caso de incumplimiento. Este punto era otro motivo de discordia en Viena.
Embargo de armas
Las negociaciones en Ir¨¢n encallaron en el embargo al comercio de armas y la tecnolog¨ªa para misiles. Ir¨¢n defend¨ªa que el embargo se levantase junto al resto de las sanciones. Le apoyaba Rusia, exportadora de armamento. Estados Unidos tem¨ªa que las armas acabasen en manos de reg¨ªmenes como el de Bachar el Asad en Siria o grupos como Hezbol¨¢, el partido-milicia chi¨ª de L¨ªbano. El compromiso es que el embargo a las armas seguir¨¢ durante un periodo de hasta cinco a?os. El embargo a la tecnolog¨ªa para misiles, hasta ocho a?os.
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