El desaf¨ªo de reinventar Guatemala
El reto para el pr¨®ximo presidente del pa¨ªs ser¨¢ hacer que se parezca a una democracia
Uno de los grandes enigmas contempor¨¢neos es qu¨¦ ha pasado en Guatemala. Hay, sin embargo, hechos conocidos: una gran protesta popular fue decisiva en la renuncia del presidente Otto P¨¦rez Molina, hoy en prisi¨®n a la espera de juicio; la bola hab¨ªa comenzado a rodar el pasado 16 de abril cuando una comisi¨®n creada por la ONU (la CICIG) presentaba una abrumadora lista de acusaciones que provoc¨® la dimisi¨®n de la vicepresidenta Roxann Baldetti, hoy tambi¨¦n en la c¨¢rcel, y sit¨²a al exmandatario como fulcro de una red de defraudaci¨®n de ingresos aduaneros, llamada La L¨ªnea; y el d¨ªa 6, finalmente, se celebraban en Guatemala unas extra?as elecciones presidenciales, en las que los candidatos m¨¢s pudientes pertenec¨ªan a un tiempo anterior a la conmoci¨®n ciudadana, y de los que el mejor situado para alzarse con el santo y la limosna era Jimmy Morales, un c¨®mico de televisi¨®n, te¨®logo protestante, que acumula m¨¢sters, tiene un doctorado en algo tan ex¨®tico como Seguridad Estrat¨¦gica, y cuyo principal m¨¦rito es ser una p¨¢gina por escribir en cuestiones de pol¨ªtica.
¡°Revoluci¨®n¡±, uno de los t¨¦rminos m¨¢s devaluados por el v¨¦rtigo medi¨¢tico, se ha aplicado instant¨¢neamente al caso, igual que ilustr¨® las cr¨®nicas de la primavera ¨¢rabe. ?Est¨¢ Guatemala lo bastante construida para permitirse el lujo de una revoluci¨®n? ?O estamos ante un sobresalto, un mot¨ªn, o una gran protesta popular que la clase pol¨ªtica de siempre, los 132 parlamentarios que votaron la retirada de la inmunidad al presidente, ha aprovechado para soltar lastre y desprenderse de quien mancillaba as¨ª su forma de ganarse la vida?
Se ha escrito que Guatemala sufre una ¡°pulverizaci¨®n del sistema de partidos cuya fragmentaci¨®n y volatilidad extremas impiden la constituci¨®n de identidades pol¨ªticas estables y duraderas¡±. Tanto es as¨ª que ninguna formaci¨®n ha repetido en el poder desde 1985, y m¨¢s de 60 partidos y una docena de coaliciones han participado en los sucesivos comicios, de los que 28 agrupaciones siguen en activo. Pero la ¡°pulverizaci¨®n¡± llega mucho m¨¢s lejos. El pasado fin de semana el Tribunal Supremo Electoral a¨²n no hab¨ªa sido capaz de determinar qui¨¦n competir¨ªa con Morales en segunda vuelta el 25 de octubre: si Sandra Torres, exesposa del presidente ?lvaro Colom, o Manuel Baldiz¨®n, industrial evangelista para el que la Biblia contiene todas las respuestas como un Baedeker de la religi¨®n. Ayer anunci¨® que ser¨¢ Torres. En Colombia, por ejemplo, la mara?a legislativa es inextricable, pero se hace el gesto de tratar de deslindar competencias, mientras que en Guatemala la legalidad es una jungla en la que magistrados fallan en orden disperso. Y en esa incipiente fabricaci¨®n de lo nacional, el narco ha entrado a saco no para instalarse como un Estado dentro del Estado, sino envolvi¨¦ndolo, haci¨¦ndolo suyo, como un vasto contenedor.
?Por qu¨¦ la conmoci¨®n, el sobresalto, el mot¨ªn o la revoluci¨®n han favorecido al caricato? El sufragio tiene toda la apariencia de ser un voto bronca, que llev¨® a las urnas un 72%, r¨¦cord, del censo, y m¨¢s que preferir, descartaba. El reto, para quien llegue al poder en enero, es reinventar Guatemala; hacer que el pa¨ªs se parezca cuanto antes a una democracia.
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