El Papa urge en Estados Unidos a una nueva evangelizaci¨®n
En la canonizaci¨®n de Fray Jun¨ªpero Serra, Francisco reivindica a la Iglesia: "Ninguna instituci¨®n hace m¨¢s por los inmigrantes"
Por la ma?ana, ante Barack Obama, el papa Francisco intercedi¨® por los inmigrantes; a mediod¨ªa, frente a los obispos de EE UU, orden¨® a la Iglesia ¨C¡°ninguna instituci¨®n hace m¨¢s por los inmigrantes¡±¡ª que los siga acogiendo sin miedo; y, por la tarde, canoniz¨® a Fray Jun¨ªpero Serra, un mallorqu¨ªn que evangeliz¨® los territorios pr¨¢cticamente inexplorados de California en la segunda mitad del siglo XVIII.
Para Jorge Mario Bergoglio, el fraile re¨²ne dos cualidades suficientes para ascender a los altares. Por un lado, ¡°busc¨® defender la dignidad de la comunidad nativa protegi¨¦ndola de cuantos la hab¨ªan abusado¡± y, por otra, divulg¨® la fe en Cristo sin conocer el desaliento: ¡°Su lema era siempre adelante¡±. Se podr¨ªa decir que hay otra causa ¨C¨¦sta s¨ª ajena a la vida y milagros del fraile mallorqu¨ªn¡ªque convierte en muy oportuna su canonizaci¨®n, a pesar de las protestas de grupos indigenistas. El que algunos ya consideran ¡°el primer inmigrante mexicano¡± ¨Cporque vivi¨® m¨¢s de una d¨¦cada en M¨¦xico antes de llegar a California¡ª, ser¨¢ tambi¨¦n a partir de ahora el primer santo de la comunidad hispana de EE UU. Y eso, a Francisco en particular y a la Iglesia en general, le viene de perlas para intentar frenar el avance de las iglesias evang¨¦licas.
Durante la ceremonia de canonizaci¨®n, y refiri¨¦ndose al fraile mallorqu¨ªn, el Papa volvi¨® a decir que quiere ¡°una Iglesia en salida, una Iglesia que sepa salir e ir por los caminos, para compartir la ternura reconciliadora de Jesucristo¡±. Esto es importante por cuanto, ante Obama, ante los obispos y durante la misa de canonizaci¨®n, Bergoglio aprovech¨® sus minutos de oro en todas las televisiones ¨Cla visita ha despertado en EE UU una expectaci¨®n enorme¨C para suavizar la imagen de una Iglesia que, en comparaci¨®n con las evangelistas, se percibe como m¨¢s r¨ªgida y m¨¢s lejana.
Aunque les dijo expresamente que no ven¨ªa a darles lecciones, Francisco dej¨® claro que no quiere obispos repantigados en el sof¨¢, atados a convicciones inamovibles, lejanos de los que son distintos. ¡°Es muy importante que la Iglesia en los Estados Unidos sea tambie?n un hogar humilde que atraiga a los hombres por el encanto de la luz y el calor del amor¡±, y a?adi¨®: ¡°No caigan en la tentacio?n de convertirse en notarios y buro?cratas. Este?n atentos, no se cansen de levantarse para responder a quien llama de noche, aun cuando ya crean tener derecho al descanso. Solamente una Iglesia que sepa reunir en torno al ?fuego? es capaz de atraer. Vayan al cruce de los caminos, vayan¡ a anunciar sin miedo, sin prejuicios, sin superioridad, sin purismos a todo aquel que ha perdido la alegr¨ªa de vivir, vayan a anunciar el abrazo misericordioso del Padre¡±.
Para facilitarles el camino, el Papa aprovech¨® su primera jornada en Estados Unidos ¨Cpor la ma?ana, a mediod¨ªa, por la tarde¡ª para enarbolar la bandera de los derechos de los inmigrantes. No solo se present¨® ante Obama como ¡°hijo de inmigrantes¡± y reconoci¨® por tanto que sus palabras eran casi ¡°en causa propia¡±, sino que su servicio de seguridad permiti¨® que una ni?a ind¨ªgena de origen mexicano, Sophie Cruz, de cinco a?os, alcanzara el papam¨®vil y le entregara una carta en defensa de los inmigrantes.
Tango y g¨®spel en Washington
La misa de canonizaci¨®n se prolong¨® dos horas con una puesta en escena imponente en una explanada frente a la bas¨ªlica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepci¨®n en el campus de la Universidad Cat¨®lica de Washington. Bajo un intenso calor, cerca de 25.000 personas, muchas de ellas latinas, siguieron la misa con un silencio casi absoluto que impregn¨® el ambiente de un aire reflexivo.
El ¨¦xtasis lleg¨® antes de empezar la misa. Sonaba m¨²sica de gladiadores romanos mientras Francisco llegaba a la explanada a bordo de su veh¨ªculo descubierto. Tambi¨¦n sonaron acordes de tango y de g¨®spel antes de que se iniciara la ceremonia de canonizaci¨®n. Francisco habl¨® en espa?ol durante la mayor parte de la misa. En grandes pantallas de televisi¨®n hab¨ªa subt¨ªtulos en ingl¨¦s. Y se hab¨ªan repartido programas de la misa en ingl¨¦s.
El p¨²blico apenas reaccion¨® a las palabras del Papa, ya fuera por respeto o tambi¨¦n por no entender del todo lo que dec¨ªa. Antes de iniciarse el servicio, se pidi¨® que se siguiera ¡°con fe y recogimiento¡± y que no se ondear¨¢n carteles ni banderas. Se quer¨ªa evitar cualquier reivindicaci¨®n, pero hacia el final de la misa no pudo evitarse que una persona en las filas delanteras mostrara un buen rato una bandera mexicana.
El p¨²blico era heterog¨¦neo. Se ve¨ªa a muchos curas con su vestimenta tradicional. Familias blancas vestidas elegantemente. Y otras latinas con aspecto m¨¢s humilde. La mayor¨ªa hizo largas colas para acceder al recinto dadas las robustas medidas de seguridad. Pero el esfuerzo les parec¨ªa haber valido de largo la pena.
¡°Fue muy bonito y adem¨¢s en espa?ol. Estoy muy contenta¡±, dec¨ªa Mar¨ªa Molina, una inmigrante salvadore?a de 39 a?os que vive a las afueras de la capital estadounidense. Consigui¨® entradas para la misa a trav¨¦s de la parroquia en la que su hijo de 11 a?os es monaguillo.
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