Los republicanos debaten sin Trump y pelean por el voto conservador de Iowa

El esp¨ªritu de Trump estuvo presente en todo momento. No estaba, pero estaba.

Su propia ausencia era una presencia, virtual para los pol¨ªticos que debat¨ªan y los periodistas que lo cubr¨ªan, pero bien real para millones de televidentes que pod¨ªan ver, en paralelo, el mitin que el magnate organiz¨® con excombatientes. Y las ideas que Trump ha introducido en la campa?a ¡ªla lucha contra la inmigraci¨®n, la ret¨®rica contra los musulmanes¡ª provocaron los choques m¨¢s intensos entre los candidatos.

Sin Trump en el escenario, la atenci¨®n se fij¨® en dos senadores de origen cubano que aspiran a disputarle la nominaci¨®n republicana: Ted Cruz, un conservador ortodoxo de Texas con posibilidades de imponerse en los caucus (asambleas electivas) de Iowa el lunes, y Marco Rubio, el pol¨ªtico de Florida que hoy es la esperanza del establishment republicano para frenar al imprevisible Trump y al intransigente Cruz.

Al abordar las pol¨ªticas migratorias, Rubio y Cruz, hijos de inmigrantes, compitieron por demostrar que son los m¨¢s severos con la entrada a EE UU de inmigrantes indocumentados y se esforzaron por desmentir pasados cambios de posici¨®n. Estos cambios son m¨¢s flagrantes en el caso de Rubio, que en 2013 promovi¨® en el Senado una reforma migratoria pactada con el Partido Dem¨®crata. Ahora se arrepiente.

En los caucus del Partido Republicano en Iowa, el voto de los evang¨¦licos ¡ªlos cristianos que creen en una interpretaci¨®n literal de las escrituras¡ª es decisivo. Es un voto muy religioso y con frecuencia ultraconservador.

Rubio tiene pocas posibilidades de ganar en Iowa: aspira a un digno tercer lugar, por detr¨¢s de Trump y Cruz, los favoritos. El debate fue para ¨¦l un esfuerzo continuo por subrayar sus credenciales conservadoras: en la pol¨ªtica exterior, en la inmigraci¨®n y en la exhibici¨®n de su fe.

La dureza de candidatos como Rubio y Cruz, que cortejan al votante trumpiano (los trumpetistas, como les llaman), contrasto con la moderaci¨®n de otros, como Jeb Bush, exgobernador de Florida, y hermano e hijo de presidentes, favorable a una pol¨ªtica migratoria m¨¢s abierta.

Trump ha dinamitado la campa?a con insultos a los rivales y ret¨®rica xen¨®foba. El martes, Trump anunci¨® que se ausentar¨ªa porque estaba en desacuerdo con el trato que le hab¨ªa dispensado la cadena Fox News, coorganizadora del acto.

El debate de Iowa, el s¨¦ptimo de los republicanos y ¨²ltimo antes de los caucus del 1 de febrero, fue uno de los m¨¢s extra?os en las ¨²ltimas d¨¦cadas.

Estaban todos, menos el favorito. La discusi¨®n fue intensa, pero faltaba el espect¨¢culo. Parec¨ªa un debate de los de siempre: contrastes marcados en cuestiones como la inmigraci¨®n o la pol¨ªtica exterior, pero cortes¨ªa y respeto mutuo.

Fue una noche de doble pantalla: mientras los otros siete candidatos expon¨ªan sus diferencias en un centro de convenciones de Des Moines, la capital, a unos kil¨®metros de all¨ª contraprogram¨® el debate con un acto de recaudaci¨®n de fondos para veteranos de las fuerzas armadas.

Durante el d¨ªa Trump negoci¨® con Roger Ailes, el poderoso presidente y consejero delegado de Fox News, propiedad de Rupert Murdoch. Seg¨²n fuentes de Fox News, citadas por la agencia Reuters, Trump ofreci¨® asistir al debate si Fox donaba 5 millones de d¨®lres a las causas filantr¨®picas de Trump. Fox se neg¨®.

En los pr¨®ximos d¨ªas las cifras de audiencias ser¨¢n munici¨®n electoral. Las cadenas CNN y MSNBC cubrieron generosamente el acto de Trump.

La apuesta era arriesgada, como todas las de Trump. Si gana en Iowa, su ausencia en el debate parecer¨¢ un golpe de genio: ?para qu¨¦ desgastarse con sus rivales si puede desplegar por su cuenta su talento para el show? Un mal resultado alimentar¨¢ las dudas: ?interpretar¨¢n los votantes de Iowa el gesto como un desaire?

Los candidatos se dedicaron a Trump durante los diez primeros minutos. Cruz ironiz¨® con su estilo insultante y dijo que, por respeto a los votantes de Iowa, este ser¨ªa un debate serio. Rubio dijo que el objetivo de esta campa?a no deb¨ªa ser Trump sino derrotar a Hillary Clinton, la favorita del Partido Dem¨®crata, y recuperar el car¨¢cter excepcional de EE UU, al que el presidente Barack Obama supuestamente ha renunciado.

Aliviado, Bush, uno de los rivales que m¨¢s insultos ha recibido de Trump, brome¨®: ¡°Casi le echo de menos¡±.