M¨¢s all¨¢ de la justicia internacional, la responsabilidad de proteger
Este principio fue invocado para la intervenci¨®n en Libia de 2011, pero en Siria se hace esperar tras cinco a?os de guerra
La sentencia a 40 a?os de c¨¢rcel por genocidio, cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad dictada por la Haya contra Radovan Karadzic ha sido una de las m¨¢s esperadas desde que se constituyera elTribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), sin duda para las v¨ªctimas pero tambi¨¦n para la comunidad internacional que, en estas fechas tan se?aladas, puede regocijarse de los instrumentos puestos en marcha para juzgar a los criminales de guerra. Esta sentencia, que llega 21 a?os despu¨¦s de la masacre de Srebrenica, est¨¢ recibiendo adem¨¢s particular atenci¨®n por los acontecimientos que estamos viviendo en estos momentos, particularmente en Siria. Se impone, una reflexi¨®n sobre hasta qu¨¦ grado la comunidad internacional ha avanzado en eso que se llama gesti¨®n de crisis.
1. Responsabilidad de proteger. La guerra de los Balcanes - igual que le ocurri¨® a Espa?a con la guerra civil, que sucedi¨® tan inoportunamente (!) antes de que hubiera legislaci¨®n internacional que pudiera juzgar los cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos- se desarroll¨® en los a?os 90 antes de que Naciones Unidas desarrollara el principio conocido como ¡°responsabilidad de proteger¡±. Lo m¨¢s interesante de este principio -adem¨¢s de recordar a los Estados que detentar la soberan¨ªa no es tener carta blanca para hacer lo que les d¨¦ la gana con su poblaci¨®n, sino que significa proteger y respetar a sus ciudadanos- es que otorga a otros Estados, eso que llamamos comunidad internacional, la responsabilidad de proteger a ciudadanos de cualquier Estado que est¨¦n sometidos a una violaci¨®n grave de los derechos humanos. Para ello se prev¨¦n no solo medios militares, sino tambi¨¦n y esto es muy importante, humanitarios y diplom¨¢ticos. Desarrollado para que los sucesos de la guerra de los Balcanes no volvieran a repetirse, este principio ha sido aplicado aleatoriamente. Fue invocado para la intervenci¨®n en Libia de 2011, pero en Siria todav¨ªa se hace esperar tras cinco a?os de conflicto y a pesar de que supuestamente en 2013 Al Assad se sirviese de lo marcado por Estados Unidos como una ¡°l¨ªnea roja¡±, la utilizaci¨®n de armas qu¨ªmicas contra la poblaci¨®n civil. Las im¨¢genes recientes de ni?os y adultos esquel¨¦ticos en Madaya donde la poblaci¨®n asediada est¨¢ sometida a la hambruna que ha llevado a algunos a la muerte, nos dejan entrever el infierno que est¨¢ viviendo Siria, al que s¨®lo tendremos acceso con todo lujo de detalles una vez la guerra est¨¦ terminada, como en Srebrenica, ?o ya lo conocemos?. Seguramente se crear¨¢ un Tribunal para juzgar los cr¨ªmenes de guerra pero entonces ya ser¨¢ demasiado tarde, entonces ya no ser¨¢ posible evitar ninguna muerte.
2. Desorden internacional. Al igual que en la guerra de los Balcanes, donde cada actor llev¨® a cabo una pol¨ªtica desorganizada de persecuci¨®n de sus propios objetivos ¨C Alemania reconoci¨® unilateralmente la independencia de Croacia y Eslovenia, Rusia se obstin¨® en respaldar a las autoridades yugoslavas hasta el ¨²ltimo momento para despu¨¦s dejar a Milosevic ante la intervenci¨®n de la OTAN en Serbia y Kosovo que, por cierto, se llev¨® a cabo sin mandato de Naciones Unidas, lo que estableci¨® un precedente nefasto haciendo de Estados Unidos y la OTAN los justicieros de un orden internacional maltrecho- el conflicto de Siria que ya se ha cobrado la vida de 250.000 personas y ha obligado a m¨¢s de 4 millones a pedir refugio, es imparable por la incapacidad de la comunidad internacional a encontrar un punto de encuentro en esta guerra por procuraci¨®n. El especial made in Europe es que tanto en uno como en otro conflicto ha mantenido un perfil bajo, excepto por una de sus preocupaciones: los refugiados. En uno de esos giros de la Historia casi perfectos, la pol¨ªtica europea de asilo recibi¨® un notable impulso tras la guerra de los Balcanes y parece que ahora se dispone a ejecutar otro.
3. El futuro. Tras veinte a?os de los acuerdos de Dayton en los Balcanes ya no hay bombardeos, ni matanzas pero la situaci¨®n de esta especie de ¡°patio trasero¡± de la UE, desde que ¨¦sta decidiera hacerse cargo de su suerte, deja mucho que desear. Bosnia sigue en estado de stand-by siempre al borde de la implosi¨®n; Macedonia sumergida en una especie de retorno a un pasado glorioso e imaginario tras a?os y a?os de intentos infructuosos de encontrar una soluci¨®n a los conflictos con Grecia sobre el nombre y aspiraciones territoriales ¨C en eso los refugiados parecen haberle echado un cable a Grecia, pues Macedonia se ha aprestado, desde su aflujo masivo, a demarcar las fronteras con su alambre de espinos y todo; Serbia, el ¨²nico pa¨ªs que tiene la clave de la paz de los Balcanes, abandonado en su particular traves¨ªa por el desierto hacia la entrada de una UE que nunca llega; Kosovo es una entelequia estatal; Montenegro parece el m¨¢s avanzado en sus intentos de integraci¨®n en la UE y la OTAN (quiz¨¢s tenga algo que ver el inter¨¦s que ha manifestado Rusia de buscar una base estrat¨¦gica alternativa a Siria en Montenegro). Si los Balcanes ya no son una fuente de problemas, tampoco constituyen una fuente de estabilidad y muestran que una intervenci¨®n internacional no se detiene con la firma de un acuerdo de paz. Para resolver los conflictos ¨¦tnico-territoriales la justicia internacional ha sido importante, pero es casi una an¨¦cdota al lado de todo el trabajo y esfuerzo que hay que realizar diario, durante a?os, para revertir las din¨¢micas de fragmentaci¨®n. En los Balcanes, tras m¨¢s de quince a?os desde el ¨²ltimo conflicto en Kosovo, esto todav¨ªa no se ha logrado.
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