La tribu de los casinos y el atractivo del ¡°Cuervo Trump¡±
El ¨²ltimo descendiente de los pequot dispuesto a traicionar a Hillary: "Los negocios son los negocios"
El "Cuervo naranja" no conseguir¨¢ nunca mi cabellera: o quiz¨¢s s¨ª. Qui¨¦n lo hubiera dicho que Donald Trump, con esos pelos de color zanahoria, se habr¨ªa colado incluso entre aquellos a quien en un momento muy pol¨ªticamente incorrecto se les llam¨® indios. "A mi me gustan los dos candidatos: Hillary pero tambi¨¦n Trump. Y todav¨ªa no he decidido a qui¨¦n votar¨¦", confiesa Robert Hayward paseando por el parque con vistas a las cataratas del Ni¨¢gara. "Los conozco bien a los dos. Mi familia ha tratado muchas veces con ellos".
S¨ª, porque Hayward no es un ind¨ªgena cualquiera. Nieto de Elizabeth George, quien en los 70 era la ¨²ltima descendiente de la tribu de los pequot, Robert es el hermano de Richard Hayward, el hombre que demand¨® al estado de Connecticut y obtuvo la restituci¨®n de la tierra de sus antepasados a la tribu. Una poblaci¨®n que estaba pr¨¢cticamente extinguida y que as¨ª, en cambio, fue repoblada por todo el clan Hayward ¡ªunas 70 personas entre hermanos, t¨ªos, primos...¡ª y por todos aquellos que pudieron demostrar que descend¨ªan de cualquier indio pequot registrado en el censo de 1910.
Con la tribu reconstituida (ahora ya con m¨¢s de 800 miembros), abrieron hace unos treinta a?os varios casinos que se convirtieron r¨¢pidamente en el imperio Foxwoods que Robert administra hoy en d¨ªa. "Precisamente estoy aqu¨ª porque el otro d¨ªa tuvo lugar en el casino de las cataratas del Ni¨¢gara ¡ªque pertenece a la tribu de los seneca¡ª una reuni¨®n de todos los representantes de la naci¨®n india". Que, en realidad, deber¨ªan estar desde hace alg¨²n tiempo en pie de guerra contra Donald Trump. Sobre todo despu¨¦s de que el magnate ¡ªque los considera peligrosos competidores de su no-tan-pr¨®spero negocio del juego de azar¡ª les atac¨® en el pasado ("?Mafiosos! ?Tengo yo m¨¢s sangre india que ellos!") y gast¨® un mill¨®n de d¨®lares en un anuncio donde los llamaba 'criminales y traficantes de coca¨ªna': el primer ejemplo del lenguaje que despu¨¦s ha venido utilizando hacia otras minor¨ªas durante toda la campa?a presidencial.
Por no hablar de los insultos a la senadora dem¨®crata Elizabeth Warren, a quien por su sangre cherokee llam¨® "pocahontas". "Lo s¨¦: Trump no hace nada para caer bien", dice riendo Hayward. "Pero yo no hago caso de lo que dice. Al final, lo que quiere es hacer negocios: y si llegamos a un buen acuerdo, ni ¨¦l ni nosotros nos echaremos para atr¨¢s", comenta y confirma as¨ª los rumores del Washington Post seg¨²n los cuales, Trump "lengua viperina", est¨¢ negociando en secreto acuerdos econ¨®micos con algunas tribus para hacerse cargo de la gesti¨®n de los casinos.
En resumen, ?votar¨¢ al final el pequot por el exenemigo? "Lo decidir¨¦ estas pr¨®ximas semanas. Sobre muchas cosas, me siento m¨¢s cercano a Hillary. Pero la idea de Trump de restituir a Am¨¦rica su grandeza, me gusta. Hay demasiada gente pidiendo subsidios sin trabajar: Am¨¦rica, sin embargo, es el pa¨ªs de los que trabajan duro". El eslogan es trumpiano, sin lugar a dudas. "En cualquier caso, estamos dispuestos a colaborar con quien sea que termine en la Casa Blanca". El "Cuervo naranja" no conseguir¨¢ nunca mi cabellera: o quiz¨¢s s¨ª.
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