Fetul¨¢ G¨¹len, el im¨¢n de un culto secreto de poder
Demonizado por el AKP, el patriarca del g¨¹lenismo teji¨® durante d¨¦cadas una red religiosa de influencias
Primero fueron los sectores laicos del kemalismo quienes le persiguieron a finales de los a?os noventa ¡ªtras el golpe militar blando que ape¨® del cargo a Necmettin Erbakan, el primer jefe de Gobierno islamista de la Turqu¨ªa moderna¡ª y le forzaron a emprender el extra?amiento en Estados Unidos. Ahora son sus antiguos aliados islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), a los que aup¨® al poder en las urnas, quienes reclaman al Departamento de Estado de EE UU la entrega de Fetul¨¢ G¨¹len como inductor de la sangrienta intentona militar del 15 de julio.
Incluso desde su autoimpuesto exilio en Pensilvania, el fundador del tarikat (cofrad¨ªa) Hizmet acumul¨® tanto poder medi¨¢tico y cultural en Turqu¨ªa que sus rivales pol¨ªticos hac¨ªan bien en temer sus maniobras. Es m¨¢s que evidente que entre los oficiales que dispararon contra la poblaci¨®n en los puentes de Estambul y bombardearon el Parlamento el pasado julio hab¨ªa seguidores de G¨¹len. Como ha descrito con rigor Andr¨¦s Mourenza en EL PA?S, en el reportaje "El c¨®digo secreto del enemigo de Erdogan", su cofrad¨ªa se hab¨ªa infiltrado con secretismo en todo el aparato del Estado despu¨¦s de haber captado durante d¨¦cadas como adeptos a los mejores universitarios del pa¨ªs.Marcados por la excelencia educativa ¡ªy tambi¨¦n por un proceso de adoctrinamiento rayano en el lavado de cerebro¡ª, sus afiliados ¡ªque entregan religiosamente parte de su salario a las arcas del tarikat¡ª ascendieron hasta la c¨²pula de la Administraci¨®n, la polic¨ªa, la judicatura o las Fuerzas Armadas.
Resulta, no obstante, exagerado atribuir toda la responsabilidad de la intentona al g¨¹lenismo. Entre los militares que se alzaron hab¨ªa mandos de perfil religioso, pero tambi¨¦n laicos que tem¨ªan ser igualmente excluidos de la carrera militar por una inminente decisi¨®n del Gobierno del AKP. La pugna por el poder entre Erdogan y G¨¹len se asemeja m¨¢s a la que protagonizaron en Espa?a a finales de los a?os sesenta los sectores franquistas encabezados por Manuel Fraga frente a los ministros del Opus Dei, la organizaci¨®n cat¨®lica con la que a menudo se equipara la cofrad¨ªa por su influencia econ¨®mica.
La alianza entre los dos antiguos aliados pareci¨® romperse tras la violenta represi¨®n policial de las protestas juveniles turcas en la primavera de 2013, cuando el actual presidente inici¨® su deriva autoritaria. Al igual que el caso Matesa en la Espa?a de 1969, las acusaciones de corrupci¨®n promovidas por los g¨¹lenistas contra Erdogan y sus ministros estuvieron a punto de acabar al final de ese mismo a?o con una estructura de poder erigida durante una d¨¦cada en Ankara.
Desde entonces las dos corrientes del islamismo turco ¡ªla mayoritaria nacionalista del AKP y la elitista religiosa de Hizmet¡ª libran una pugna fratricida. El presidente Erdogan busca perpetuarse al frente de un Estado que ha modelado a su imagen y semejanza. El anciano cl¨¦rigo isl¨¢mico Fetul¨¢ G¨¹len ya solo espera que le sobreviva el culto secreto de poder que ha sido la obra de su vida.
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