Clinton aprieta el acelerador para ganar esca?os en el Congreso que le permitan gobernar
La campa?a dedica las ¨²ltimas dos semanas a luchar por recuperar el Senado y acorralar a la extrema derecha en la C¨¢mara de Representantes
La campa?a electoral de Hillary Clinton empieza a dar por ganada la presidencia. Con las encuestas que la sit¨²an por delante en todos los estados clave, la ¨²nica sombra de duda que planea sobre su victoria es una sorpresa catastr¨®fica. Dado que su oponente es Donald Trump, que fue en s¨ª mismo una sorpresa catastr¨®fica para el Partido Republicano, nadie se atreve a descartarlo. Pero varios elementos indican que la carrera de Clinton apunta ya m¨¢s all¨¢ de la Presidencia. El objetivo es ganar el m¨¢ximo poder posible en el Legislativo para poder gobernar.
Durante el tercer debate presidencial, el pasado mi¨¦rcoles en Las Vegas, fuentes de la campa?a de Clinton explicaban que tener las encuestas tan a favor no ha provocado el m¨¢s m¨ªnimo relajo. Clinton podr¨ªa pisar sobre seguro las pr¨®ximas dos semanas y llegar al 8 de noviembre en velocidad de crucero. Todo lo contrario. La estrategia es pisar el acelerador al m¨¢ximo y aprovechar el hundimiento de Trump para pelear cada esca?o en disputa, especialmente los de aquellos que apoyan al magnate. La campa?a ha empezado a desviar hacia esas batallas recursos humanos y econ¨®micos de Clinton.
Un ejemplo se vio este domingo. El presidente Barack Obama en persona viaj¨® a Las Vegas para apoyar a la candidata dem¨®crata al Senado, Catherine Cortez Mastro, y despedaz¨® en un discurso a su rival republicano, Joe Heck, por haber apoyado temporalmente a Trump. Por la noche, durante un evento de recaudaci¨®n de fondos en San Diego, el presidente se dedic¨® a machacar al congresista republicano local, Darrell Issa, en apoyo de su rival dem¨®crata, tambi¨¦n con Trump como argumento. ¡°Issa fue Trump antes que Trump¡±, dijo Obama. Lo mismo ocurre en los eventos de Clinton. Los discursos est¨¢n llenos de referencias a la batalla local.
La mayor¨ªa republicana se est¨¢ desvaneciendo d¨ªa a d¨ªa en lugares que parec¨ªan imposibles hasta hace pocos meses, y la figura de Donald Trump es citada como el factor principal. Que lugares como Utah o Georgia puedan estar en peligro para los republicanos, que Clinton est¨¦ por delante en Florida, que incluso Texas aparezca ahora en algunos mapas de encuestas como ¡°en disputa¡±, da una idea de lo t¨®xico que se ha vuelto Trump para los republicanos que se presentan a algo este noviembre, ya sea a senador o a supervisor de su condado. Para los candidatos dem¨®cratas, la principal arma contra sus rivales es relacionarlos con el hombre que ha insultado a latinos, mujeres, musulmanes o discapacitados y adem¨¢s ha puesto en duda la limpieza del sistema democr¨¢tico.
Ninguna batalla es peque?a. Hay seis esca?os del Senado, cinco de ellos en manos de los republicanos, con las encuestas empatadas. Los dem¨®cratas necesitan ganar cuatro esca?os para recuperar la mayor¨ªa. Esto es cr¨ªtico para Clinton como eventual presidenta. El Senado es el ¨®rgano que confirma los nombramientos, principalmente los del Tribunal Supremo. El nominado por Obama para cubrir la vacante actual ha sido bloqueado por los republicanos en espera de las elecciones a ver si ganaban la Casa Blanca y pod¨ªan poner a alguien ideol¨®gicamente af¨ªn a ellos. Lo mismo ha pasado con el nombramiento del primer embajador en Cuba en medio siglo, tambi¨¦n bloqueado.
Pero adem¨¢s, los dem¨®cratas necesitan avanzar lo m¨¢s posible en la C¨¢mara de Representantes. Ganar los 30 esca?os que necesitar¨ªan para la mayor¨ªa es imposible seg¨²n los expertos en encuestas. Pero se pueden ganar los suficientes como para lograr ¡°un mandato¡±, dicen en la campa?a, un mensaje claro de que el extremismo lleva a los republicanos a perder sus esca?os.
Avanzar claramente en la C¨¢mara es la ¨²nica forma de desactivar el poder que tienen los extremistas del llamado Freedom Caucus sobre los republicanos de la C¨¢mara baja, y especialmente sobre su presidente, Paul Ryan. Si una Clinton presidenta no puede sentarse con Ryan a negociar nada por la presi¨®n de la amalgama libertaria-trumpista-teaparty, su presidencia ser¨¢ un suplicio. Promesas clave, como la reforma migratoria o los programas de educaci¨®n y sanidad, estar¨¢n en el aire. La Presidencia de Barack Obama ha sido un ejemplo de lo que pasa cuando un Partido Republicano con vocaci¨®n de boicot tiene mayor¨ªa en las C¨¢maras.
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