El nuevo acuerdo de paz en Colombia incluye reclamos del ¡®no¡¯ sin cambiar los asuntos m¨¢s controvertidos
Las FARC, que deber¨¢n entregar sus bienes, evitan ir a la c¨¢rcel, tendr¨¢n garantizada la participaci¨®n pol¨ªtica y en la jurisdicci¨®n especial no habr¨¢ jueces extranjeros
Colombia vive otra vez en una espiral de dimes y diretes despu¨¦s de la firma del nuevo acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC el s¨¢bado por la tarde. A la espera de conocer el texto ¨ªntegro del pacto ¨Cprevisiblemente este domingo por la noche-, los negociadores y los partidarios del ¡®s¨ª¡¯ en el plebiscito de hace un mes celebraron que se trata de un pacto m¨¢s completo, que incorpora muchas de las objeciones que hab¨ªan hecho los abanderados del ¡®no¡¯, liderados por el expresidente Uribe. En los asuntos m¨¢s controvertidos, como la participaci¨®n pol¨ªtica de las FARC o que los guerrilleros pudiesen pagar c¨¢rcel, no ha habido cambios. Los negociadores asumen que eso hubiese hecho inviable el acuerdo y poner fin a m¨¢s de 50 a?os de guerra.
En poco menos de un mes, y despu¨¦s de decenas de reuniones con distintos sectores del ¡®no¡¯, ambas partes han conseguido sacar adelante un nuevo acuerdo. La premura respond¨ªa sobre todo a la necesidad de apaciguar las tensiones entre la base guerrillerada que se iba a desmovilizar y qued¨® en un limbo. No obstante, como ocurri¨® durante los cuatro a?os de negociaciones, la falta de claridad en los mensajes, el equilibrio con las palabras, ha generado m¨¢s dudas que certezas, una munici¨®n para los cr¨ªticos con el proceso.
Los partidarios de rechazar el acuerdo del 26 de septiembre hicieron al Gobierno unas 400 propuestas, encuadradas en 57 temas o bloques, que despu¨¦s se negociaron con las FARC. El presidente, Juan Manuel Santos, celebr¨® que se hab¨ªan incluido 56 de los temas y que el ¨²nico en el que no se logr¨® una modificaci¨®n fue el de la participaci¨®n pol¨ªtica de las FARC. La guerrilla seguir¨¢ teniendo garantizada la presencia durante los dos pr¨®ximos periodos electorales, pese a que el mandatario asegur¨® que ¡°no tendr¨¢n curules a dedo¡±, un mensaje que gener¨® confusi¨®n. Seg¨²n fuentes conocedoras del texto, a lo que se refer¨ªa es que el nuevo partido pol¨ªtico que surja tendr¨¢ que presentarse a las elecciones para tener los 10 esca?os garantizados, algo que ya figuraba en el texto anterior.
El punto de la justicia, uno de los que m¨¢s cr¨ªticas recibi¨®, ha sufrido varias modificaciones. Para muchos analistas, como Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el An¨¢lisis de Conflictos (Cerac), es lo m¨¢s destacable. El nuevo texto delimita las zonas en donde se cumplir¨¢n las sanciones, uno de los requerimientos de los portavoces del ¡®no¡¯ y estar¨¢ sometida al orden penal que ya existe en el pa¨ªs. ¡°Las decisiones que tome esa justicia especial se pueden llevar ante otras instancias para que sean revisadas¡±, explica Restrepo. Es decir, la jurisdicci¨®n de una corte colombiana ser¨¢ superior a la nueva justicia. Se articular¨¢ as¨ª la justicia transicional con el sistema judicial ordinario. El nuevo texto elimina la presencia la presencia en la JEP de jueces extranjeros, otra de las cr¨ªticas de los partidarios del ¡®no¡¯, aunque acepta la participaci¨®n de expertos de fuera de Colombia. Adem¨¢s, se acot¨® el tiempo de funcionamiento de la nueva jurisdicci¨®n: durante 10 a?os y solo podr¨¢ recibir solicitudes de investigaci¨®n de casos en los dos primeros.
Otra de las novedades que incluye el nuevo documento es que las FARC deber¨¢n informar sobre sus bienes y el dinero que tengan para destinarlo a la reparaci¨®n de v¨ªctimas. En cuanto al tema de la restituci¨®n de tierras, el primer punto del documento inicial y sobre el que el expresidente Uribe manifest¨® su desacuerdo, se insisti¨® en que nada de lo que est¨¦ incluido en la reforma agraria afectar¨¢ la propiedad privada. A nadie se expropiara, como tem¨ªan los partidarios del ¡®no¡¯.
Sobre el enfoque de g¨¦nero, otro de los aspectos que m¨¢s pol¨¦mica gener¨® y que moviliz¨® principalmente a los grupos religiosos en el plebiscito, se trat¨® de aclarar la redacci¨®n. Los sectores ultraconservadores criticaron que el viejo acuerdo privilegiaba a la comunidad LGTBI. En el nuevo texto, este aspecto quedar¨ªa matizado, aunque se insiste en que cualquier persona debe disfrutar de todos los derechos, independientemente de su sexo, edad, creencias religiones o condici¨®n sexual. Adem¨¢s, el nuevo acuerdo reconoce que el conflicto ha impactado de manera diferente a la mujer y que, por lo tanto, se requieren acciones distintas y espec¨ªficas para restablecer sus derechos.
Otra de las dudas que no han sido aclaradas hasta ahora es c¨®mo se va a refrendar el nuevo acuerdo. Personas al tanto de las negociaciones descartan que se vaya a celebrar otro plebiscito. La opci¨®n m¨¢s probable es que se tramite a trav¨¦s del Congreso y se mantenga el ¡®fast track¡¯, un tramite en el Congreso con menos debates de los que normalmente se necesitan para lograr sacar adelante una ley. De lo contrario, todo lo incluido en el acuerdo se podr¨ªa demorar hasta finales del a?o que viene y dificultar su implementaci¨®n, un limbo, otro m¨¢s, que cuenta con el rechazo frontal de las FARC.
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