Adama Barrow: ¡°Nuestro cambio pac¨ªfico puede ser un modelo para ?frica¡±
El presidente electo de Gambia, que ha derrotado en las urnas un r¨¦gimen de 22 a?os, recibe a EL PA?S
Domingo por la ma?ana. Bajo un sol implacable, la casa de Adama Barrow, presidente electo de Gambia (1,8 millones de habitantes) desde el pasado viernes, se parece m¨¢s a un mercadillo que a una residencia privada. En las ¨²ltimas 48 horas, una aut¨¦ntica caravana de miles de personas se ha acercado hasta este barrio capitalino de calles de arena y casas de planta baja de Yarambamba para conocer al hombre que fue capaz de enfrentarse al poder absoluto de Yahya Jammeh y derrotarle en las urnas tras 22 a?os de r¨¦gimen autocr¨¢tico. Le cantan, le saludan, se hacen fotos con ¨¦l. Y Barrow, con gesto cansado pero sonriente, acoge y atiende a todo el mundo y se deja querer. Sacos de arroz, barras de pan, cajas de refrescos y hasta una enorme vaca desfilan por el patio en direcci¨®n a la cocina.
En el peque?o sal¨®n familiar y tras darse un nuevo ba?o de masas en un jard¨ªn lleno hasta la bandera, Barrow recibe a EL PA?S y se da un respiro de tantas multitudes. ¡°El cambio que se ha producido en este pa¨ªs puede ser un modelo no s¨®lo para ?frica, sino para todo el mundo. La peque?a Gambia ha sido capaz de organizar unas elecciones libres y pac¨ªficas; que se produzca un cambio y que todo el mundo aceptara el resultado¡±, asegura orgulloso. Cuando dice ¡°todo el mundo¡± se refiere, sin duda, a Yahya Jammeh, the big man, el militar que dio un golpe de Estado en 1994 y desde entonces se aferr¨® al poder hasta que el viernes, tras unas ajustadas elecciones, telefone¨® a su rival para felicitarle y grab¨® la escena para emitirla luego por televisi¨®n. Todo muy surrealista, a la gambiana.
¡°Jammeh sab¨ªa que su tiempo se hab¨ªa acabado, no pod¨ªa hacer otra cosa. La mayor parte de los ciudadanos estaban cansados de sus 22 a?os de presidencia y era imposible neutralizar el enorme apoyo popular que hemos conseguido, ya hab¨ªa sido demasiado¡±, asegura. Barrow, un pr¨®spero empresario propietario de una agencia inmobiliaria que se present¨® a las elecciones al frente de una coalici¨®n de siete partidos m¨¢s una candidata independiente, asegura que cumplir¨¢ su promesa de dejar el sill¨®n presidencial dentro de tres a?os para organizar unas nuevas elecciones a las que no se presentar¨¢. ¡°Volver¨¦ a mis negocios¡±.
Sin embargo, ahora mismo uno de los retos es superar la divisi¨®n de los gambianos. Ya lo preconizaba el pasado s¨¢bado Mohamed Chambas, representante de Naciones Unidas para ?frica occidental y el Sahel, pidiendo moderaci¨®n en las celebraciones y magnanimidad a los vencedores. ¡°Nadie debe estar asustado o sentir miedo por nuestra victoria. No habr¨¢ persecuci¨®n contra nadie m¨¢s all¨¢ de lo que dicte la ley. En Sud¨¢frica fueron capaces de superar una herida del tama?o del apartheid, nosotros lo haremos tambi¨¦n. Como dec¨ªa Thomas Jefferson, si el Gobierno teme al pueblo tenemos justicia, pero si el pueblo teme al Gobierno tenemos una tiran¨ªa. Y eso se acab¨®¡±.
Como muestra de su talante, una escena de la campa?a. Pocos d¨ªas antes de las elecciones, las dos caravanas electorales se cruzaron. A un lado de la carretera estaban los seguidores de uno y enfrente, los del otro. A medida que pasaba el tiempo empezaron los c¨¢nticos y de ah¨ª se pas¨® a los insultos, a la agresividad. Cuando Barrow lo supo, se asom¨® desde el coche y pidi¨® calma a los suyos. ¡°Al final del d¨ªa, de todo este proceso, lo que importa es Gambia y nuestra gente¡±. A¨²n tres d¨ªas despu¨¦s de las elecciones e incluso habiendo aceptado Jammeh el resultado sigue habiendo gente que duda, que teme, que mira de reojo a los cuarteles.
Gracias a las mujeres
Afuera, la algarab¨ªa crece. Pasa un coche de polic¨ªa por la puerta y la gente aplaude. Los ejecutores de anta?o, convertidos en h¨¦roes. Una decena de j¨®venes, su particular guardia de corps, intenta ordenar el asunto. ¡°Welcome to Freeland¡± (Bienvenido a la tierra libre), dice uno de ellos con una sonrisa. Al menos la mitad de los visitantes son mujeres, siempre presentes en las manifestaciones, en los m¨ªtines, en el trabajo en la sombra. ¡°En buena medida, esto lo han conseguido ellas¡±, asegura Aisha Dabo, una conocida bloguera gambiana que ha pasado las ¨²ltimas horas en este jard¨ªn asistiendo a esta in¨¦dita fiesta de la alternancia pol¨ªtica. La presencia en la candidatura de Barrow de la conocida feminista Isatou Touray, que lleva m¨¢s de 20 a?os luchando contra la ablaci¨®n y la discriminaci¨®n de las mujeres, tambi¨¦n fue clave en la victoria de la oposici¨®n.
"Esta nueva Gambia ser¨¢ diferente en todo. Volveremos a conectarnos con el mundo"
El presidente sale de nuevo a saludar. Alterna el ingl¨¦s con el wolof, el sarakol¨¦, el fulani y el mandinka, todas ellas lenguas nacionales, una ventaja indudable en este pa¨ªs multi¨¦tnico. Su mensaje, al igual que las calles de Banjul y de todo el pa¨ªs estos d¨ªas, rebosa optimismo. ¡°Esta nueva Gambia ser¨¢ diferente en todo. Volveremos a conectarnos con el mundo, con los derechos humanos, pero tenemos una tarea enorme por delante. Lo primero es crear un Gobierno fuerte con todos nuestros socios para empezar a trabajar, infraestructuras, liberar a los presos pol¨ªticos, crear una ley s¨®lida para proteger el derecho de prensa¡ Todo es importante¡±, remata Barrow, ¡°no hay tiempo que perder¡±. Su investidura est¨¢ prevista para el pr¨®ximo mes de enero, pero el trabajo ya ha comenzado para ¨¦l.
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