A mayor gloria de Putin

Una vez que Alepo ha ca¨ªdo, Rusia se dispone a recomponer su estrategia en Siria, que no es otra que el control del pa¨ªs. El pueblo sirio ser¨¢ de nuevo el m¨¢s perjudicado, pero Bachar el Asad tampoco va a salir bien parado, v¨ªctima de su propio maquiavelismo. El alto el fuego total promovido por Rusia y Turqu¨ªa a partir de la medianoche del 29-30 de diciembre lo respalda el Consejo Nacional Sirio, la principal coalici¨®n de fuerzas opositoras, pero nada se sabe de la opini¨®n de Ir¨¢n, que con sus milicias controla de facto el territorio y ha sido el puntal del r¨¦gimen de El Asad hasta la implicaci¨®n directa de Rusia en la guerra desde septiembre de 2015.

El conflicto de intereses entre Rusia e Ir¨¢n ya ha aflorado por el control de provincias como Hama o Homs, en donde Rusia ha purgado los cuerpos de seguridad del r¨¦gimen por considerarlos demasiado seguidores de las consignas de Damasco y, por tanto, dependientes de Ir¨¢n. El siguiente choque ser¨¢ por Damasco, donde el general iran¨ª Qasem Soleimani, comandante en jefe del cuerpo de Guardianes de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica, ha tejido su propia red de intereses, de la que depende lo que queda de los cuerpos de defensa del r¨¦gimen de El Asad. Cuando visit¨® Alepo en v¨ªsperas de la toma de la ciudad, los medios rusos lo silenciaron, conscientes de su poder como hombre fuerte en Siria, y en buena medida en Irak.

La intenci¨®n de Mosc¨² de que Egipto, Jordania, Qatar y Arabia Saud¨ª se sumen a las conversaciones de paz en Astan¨¢ (Kazajist¨¢n) no augura ning¨²n entendimiento que lleve a la paz. Mientras Mosc¨² sigue adelante con sus intereses en la regi¨®n, la posici¨®n de Ir¨¢n se debilita. En los ¨²ltimos meses la diplomacia rusa ha mantenido estrechos contactos con los reg¨ªmenes ¨¢rabes enemigos de Ir¨¢n, por no hablar de las buenas relaciones entre Putin y Netanyahu. Ir¨¢n percibe esta estrategia de acorralamiento, que coincide con la incertidumbre de su acuerdo nuclear con EE UU ante la llegada de Trump a la Casa Blanca. Y de ninguna manera permitir¨¢ que tantos a?os de estrategia en Irak y Siria se vengan abajo sin m¨¢s. Aunque para ello haya de prolongar y mutar la guerra como ha hecho en Irak: m¨¢s milicias sectarias, m¨¢s divisi¨®n territorial y una sucesi¨®n de t¨ªteres.

El alto el fuego no incluye, por supuesto, al Estado Isl¨¢mico ni al Frente de la Conquista del Levante, brazo de Al Qaeda en Siria, los dos grupos armados m¨¢s activos y mejor pertrechados. Es un ba?o de legalidad internacional al que Putin recurre recordando que Rusia no trata con terroristas internacionales. Nada se sabe tampoco de lo que piensan las Unidades de Protecci¨®n Popular, el principal grupo opositor sirio-kurdo que controla buena parte de la frontera Norte y que, sin duda, est¨¢ en el punto de mira de Erdogan, a su vez embarcado en su propia guerra contra los insurgentes turco-kurdos. En resumen, un alto el fuego a mayor gloria de Putin y con pocos visos de paz verdadera.

Luz G¨®mez es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.