Corrupci¨®n a la medida del sistema
No creo que una consulta popular sea el camino para evitar que se pierdan por la v¨ªa del robo 4 puntos del PIB en Colombia
Kiko G¨®mez, 55 a?os de prisi¨®n por homicidio. Exgobernador de La Guajira, el departamento donde mueren de hambre los ni?os, asesin¨® a su contradictor y a otras dos personas. Samuel Moreno, 24 a?os de c¨¢rcel. Seis m¨¢s de los que le hab¨ªan impuesto. Se rob¨® uno tras otro los contratos de la administraci¨®n de Bogot¨¢ siendo alcalde y enarbolando desde la izquierda la bandera de la transparencia.
En las ¨²ltimas horas en Colombia la Fiscal¨ªa orden¨® capturar a otro alcalde de la misma tierra de Kiko y se anuncian tantas imputaciones que es posible que haya una buena limpieza de corruptos por cuenta las ¨²ltimas decisiones judiciales. Por fin un quiebre a tantos a?os de impunidad y de complicidad.
Y sin embargo el delito continuado y avalado desde los funcionarios p¨²blicos y elegidos y los privados como Odebrecht y tantas otras empresas recientemente con origen en Brasil, seguir¨¢ porque la culebra se mata por la cabeza y no por la cola.
Las leyes, muchas, los estatutos anticorrupci¨®n que penalizan el tr¨¢fico de influencias, que exigen hacer p¨²blicas las declaraciones de renta, entre tantas otras medidas son el marco normativo adecuado y se le pueden colgar varias adicionales pero no es el fondo del tema en la lucha contra la corrupci¨®n.
Bandera pol¨ªtica de Marta Lucia Ram¨ªrez, de Jorge Robledo y m¨¢s recientemente la candidata presidencial Claudia L¨®pez y en los d¨ªas subsiguientes de Iv¨¢n Duque, la cruzada contra la corrupci¨®n reconoce una problem¨¢tica ahora transnacional pero escasamente sus propuestas se aproximan acertadamente a la ra¨ªz del problema.
No creo que una consulta popular sea el camino para evitar que se pierdan por la v¨ªa del robo 4 puntos del PIB en Colombia, seg¨²n las cifras m¨¢s moderadas. O 189 billones de pesos en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. En cambio s¨ª ha sido probado con ¨¦xito en los pa¨ªses n¨®rdicos el financiamiento estatal de las campa?as pol¨ªticas. La contrataci¨®n p¨²blica no puede estar para adjudicar a un solo proponente. No es transparente y menos cuando los que se retiran recibe pagos para garantizarle al que queda, el bot¨ªn mayor.
Mientras la gobernabilidad est¨¦ fundada en las prebendas en todos los gobiernos sin excepci¨®n, y a los partidos pol¨ªticos se les garanticen los cargos repartidos con milim¨¦trica en las entidades que concentran la mayor capacidad de contrataci¨®n en lo nacional y lo local, no es posible recuperar la confianza de los ciudadanos y mucho menos avanzar hacia un pa¨ªs donde pagar sobornos para tramitar y asegurarse contratos p¨²blicos sea el pan de cada d¨ªa. El robo de los alimentos escolares en las regiones en Colombia es el ejemplo cl¨¢sico de modus operandi de los ladrones de la patria.
¡°La corrupci¨®n no es una caracter¨ªstica desagradable del sistema pol¨ªtico, la corrupci¨®n es el sistema¡±, frase de un libro de Octavio Paz. Tenemos que partir de ah¨ª para luego s¨ª pensar en medidas efectivas que no est¨¦n basadas en la confianza en la comprobadamente vulnerable condici¨®n humana sino en las que imposibiliten la presi¨®n a las empresas o entidades que contratan. Existen ideas por estudiar como que los periodos ejercidos por los funcionarios de esas entidades no coincidan con la de los mandatarios, crear juntas de vigilantes externos en los procesos, entregar la interventor¨ªa a grupos ciudadanos, proscribir el carrusel de abogados y ¨¢rbitros al servicio de contratistas y pol¨ªticos para primero ganarse las adjudicaciones por debajo del precio y luego compensar en los tribunales de arbitramento.
Si el caso Odebrecht no es un tema de corrupci¨®n transnacional atado al sistema pol¨ªtico del que se alimentan mutuamente, no estar¨ªamos investigando a la junta directiva del Banco Agrario que le prest¨® dinero a la concesionaria Navelena cuando el presidente de Odebrecht ya estaba preso, ni el Centro Democr¨¢tico por m¨¢s rencores en su coraz¨®n, habr¨ªa demandado a las ministras Cecilia ?lvarez y Gina Parodi, que si no estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, ser¨¢ mejor que dejen el Twitter quieto y den respuestas contundentes en honor a sus carreras y a sus familias y amigos.
Tampoco estar¨ªan bajo la lupa cinco congresistas y otro n¨²mero similar de funcionarios por haberse relacionado con lobistas de poca monta y bolsillos llenos para hacer una carretera que como todas en Colombia terminan en un precipicio. Es por eso que la llave que cierra la fuga del dinero p¨²blico la tienen quienes se eligen a partir de ese sistema que luego vuelven a engrasar para el que viene.
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