¡°M¨¦xico es mucho m¨¢s que sus ¨¦lites autoritarias¡±
El autor asegura que hay "una ofensiva fascista" contra los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos
Lleva un tiempo ense?ando en Estados Unidos, ahora en la Universidad de Tulane (Nueva Orleans), por lo que Yuri Herrera (Actopan, M¨¦xico, 1970) tiene una posici¨®n privilegiada para observar lo que est¨¢ pasando a ambos lados de la frontera. Autor, entre otras novelas, de Trabajos del reino ((Fondo Editorial Tierra Adentro), Se?ales que preceder¨¢n al fin del mundo o La transmigraci¨®n de los cuerpos (ambas en Editorial Perif¨¦rica), acaba de publicar una recopilaci¨®n de cuentos Talud (Literal Publishing) y ha encontrado tiempo entre clase y clase para reflexionar en esta entrevista, realizada por correo electr¨®nico, sobre M¨¦xico en la era Trump.
Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ viviendo como mexicano en EE UU el primer mes de la presidencia de Donald Trump?
Respuesta. Con horror, pero sin sorpresa. La situaci¨®n de los migrantes en Estados Unidos ya era mala, y hay que repetirlo a las hordas de gente que sigue celebrando a Obama por sus intenciones, en lugar de evaluarlo por sus acciones concretas, como haber legado a Trump una maquinaria de deportaci¨®n masiva bien aceitada, pero ahora la comunidad hispana debe enfrentar los odios y la persecuci¨®n institucional que se han legitimado con el ascenso de Trump. Redadas ilegales, acoso en las garitas, invasi¨®n de domicilios. Es una ofensiva fascista, pero que ha comenzado ya a ser respondida, los migrantes no se asustan con facilidad, y creo que veremos m¨¢s acciones similares a la de Un d¨ªa sin migrantes.
P. ?C¨®mo valora la posici¨®n del Gobierno de Pe?a Nieto y de la clase pol¨ªtica mexicana ante el reto que supone Trump?
En el mejor de los casos, el Gobierno de Pe?a Nieto confunde la prudencia con la sumisi¨®n, en el peor, ya se decidieron por el colaboracionismo
R. En el mejor de los casos confunden la prudencia con la sumisi¨®n, en el peor, ya se decidieron por el colaboracionismo. Esta actitud nadie la encarna mejor que el canciller Videgaray, que estaba en Washington reuni¨¦ndose con el equipo de Trump, mientras este reafirmaba sus declaraciones racistas y su intenci¨®n de construir un muro que pague M¨¦xico. Quiz¨¢s es que Videgaray est¨¢ aterrorizado, o quiz¨¢ siente genuina admiraci¨®n por Trump y por su manera de lidiar con la oposici¨®n.
P. ?Cree que esta actitud de Estados Unidos conllevar¨¢ cambios en el panorama pol¨ªtico y social de M¨¦xico en los pr¨®ximos a?os?
R. Ya hay cambios sucediendo desde hace rato, no solo como reacci¨®n a Trump, sino como alternativa a las pol¨ªticas y discursos que posibilitaron su ascenso. Pero para advertirlos hay que mirar m¨¢s all¨¢ de los partidos pol¨ªticos. Por ejemplo: los activistas de Mexicali Resiste que han impedido la privatizaci¨®n del agua; la gente que no se resigna a ser v¨ªctima ni a normalizar la impunidad, como Rompiendo el Silencio, que documenta y denuncia casos de tortura, en especial tortura sexual; los municipios aut¨®nomos que han logrado expulsar al crimen organizado, como ha sucedido en Cher¨¢n; la defensa de su comunidad y del medio ambiente que han hecho los pobladores de San Francisco Xochicuautla; entre muchos otros. Son acciones que van m¨¢s all¨¢ de la resistencia, muestran a grupos sociales que est¨¢n imaginando otras formas de intervenci¨®n en la vida p¨²blica, otras formas de relacionarse entre s¨ª y con el Estado.
P. La relaci¨®n de M¨¦xico y EE UU siempre ha sido de amor o admiraci¨®n y odio, ?cree que algo se ha roto ahora?
R. Creo que hay que diferenciar a la poblaci¨®n de un pa¨ªs de las oligarqu¨ªas que lo gobiernan. Y recordar que la mayor¨ªa de los votantes de Estados Unidos no vot¨® por Trump. Yo creo que la mayor¨ªa de los estadounidenses no comparte las visiones racistas de sus actuales gobernantes. Ya hemos visto una muestra en las manifestaciones espont¨¢neas en pro de los migrantes, en la marcha de las mujeres en Washington, en la negativa de autoridades a lo largo de todo el pa¨ªs a que sus oficinas sean utilizadas como agencias de deportaciones, en los cient¨ªficos que se est¨¢n organizando para resistir el culto a la ignorancia de los republicanos y sus c¨®mplices en la devastaci¨®n del medio ambiente, en las universidades que se han declarado santuario de migrantes. Es una lucha dif¨ªcil, pero no son pocos los que la est¨¢n dando tambi¨¦n dentro de Estados Unidos.
La comunidad hispana debe enfrentar los odios y la persecuci¨®n institucional que se han legitimado con el ascenso de Trump
P. ?Cu¨¢l cree que debe ser la actitud de M¨¦xico a partir de ahora? ?Cu¨¢les son sus armas?
R. Para empezar, dejar de ser complaciente con alguien que no respeta acuerdos y que ha decidido s¨®lo aceptar la versi¨®n de la realidad que le preparan sus asesores o que mejor conviene a sus negocios. Frente a la agresi¨®n y los caprichos, valdr¨ªa la pena mostrar algo de congruencia entre lo que se hace y lo que se critica: darle a los migrantes que pasan por M¨¦xico el mismo trato que se pide para los mexicanos en Estados Unidos, garantizar los derechos de las mujeres, detener el acoso a la prensa. Poner el ejemplo servir¨ªa como contraste mejor que cualquier comunicado de la canciller¨ªa.
P. ?C¨®mo ve la situaci¨®n pol¨ªtica en M¨¦xico? ?Es optimista o pesimista?
R. Si la situaci¨®n pol¨ªtica se refiere solo a las ¨¦lites, pesimista, por supuesto. A pesar de que el fundamentalismo neoliberal ya es un fracaso evidente, siguen aferr¨¢ndose a sus dogmas y culpando a la oposici¨®n del desastre que han instrumentado. Pero el pa¨ªs es mucho m¨¢s que las ¨¦lites autoritarias.
P. ?Hay algo que el mundo de la cultura mexicana pueda hacer ante la actitud de la Casa Blanca hacia lo hispano y el espa?ol?
R. Quiz¨¢ habr¨ªa que comenzar por lo m¨¢s obvio: defender el di¨¢logo y la diversidad ling¨¹¨ªstica. No se puede pedir que cese el acoso a los hispanohablantes cuando en M¨¦xico se ponen tantas dificultades, por ejemplo, a las radios comunitarias en lenguas originarias. Si Trump y los suyos han llegado al poder promoviendo la ficci¨®n de un pa¨ªs monol¨ªtico, hay que insistir en el respeto a la diferencia. Tambi¨¦n, es urgente reactivar las relaciones con Am¨¦rica Latina, que desde los a?os de Salinas de Gortari los sucesivos presidentes las han tratado como algo opcional. Es incre¨ªble que, justo en medio, de esta crisis Pe?a Nieto haya decidido cancelar su asistencia a la Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribe?os. Pareciera que le incomoda m¨¢s hacer alianzas en Am¨¦rica Latina que el vasallaje frente a los Estados Unidos.
Hay que hablar sin miedo. Ser ciudadano es m¨¢s que ir a votar cada que se lo indican, implica participar en la esfera p¨²blica. Quien dice ¡°yo no me meto en pol¨ªtica¡± no solo est¨¢ asumiendo una posici¨®n pol¨ªtica conservadora y conformista, sino que est¨¢ asumiendo sin m¨¢s un privilegio, el de esperar que otros le resuelvan sus problemas, defiendan el medio ambiente, la libertad de expresi¨®n, el Estado de Derecho. No se trata de afiliarse a nada, sino de comenzar por reconocer a los que s¨ª est¨¢n luchando.
P. ?Cree que habr¨¢ una primavera mexicana? ?Qu¨¦ le parecieron las marchas de Vibra M¨¦xico contra Trump?
R.?Ha habido muchas marchas importantes en los ¨²ltimos a?os, es curioso que solo me pregunte por la que fue convocada por los sectores m¨¢s conservadores del calderonismo, por el PRI, y por un grupo de intelectuales que, despu¨¦s de a?os de descalificar la protesta social, s¨²bitamente esperaban que la gente se sumara a su convocatoria para marchar por la ¡°unidad nacional¡±. ¡°Unidad nacional¡± definida por unos pol¨ªticos y unos intelectuales que desprecian los movimientos sociales, ¡°unidad nacional¡± en torno a un gobernante que, como su antecesor Felipe Calder¨®n, ha puesto en pr¨¢ctica pol¨ªticas migratorias inhumanas y no ha protegido el derecho a la informaci¨®n. S¨²bitamente est¨¢n asustados por lo que podr¨ªa hacer el fascista neoyorquino como si los gobiernos que una y otra vez han apoyado no fueran ejemplos de intolerancia hacia la prensa y desprecio por los derechos humanos de los migrantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.