El gobierno empresarial
Las corporaciones que construyeron a Trump crean una nueva forma de estar en el poder
En las ¨²ltimas semanas Donald Trump anunci¨® un conjunto de medidas de diverso tipo y mediante distintos medios jur¨ªdicos. Con ellas quiere disminuir la tasa del impuesto sobre la renta a un nivel particularmente bajo; permitir la construcci¨®n de dos grandes oleoductos duramente cuestionados en los a?os pasados (Keystone y Dakota); revocar las decisiones sobre la emisi¨®n de gases y el efecto invernadero que Barack Obama hab¨ªa establecido; crear un comit¨¦ de renovaci¨®n gubernamental dirigido por su yerno e integrado por conspicuos empresarios a fin de hacer m¨¢s peque?a y ¨¢gil la Administraci¨®n p¨²blica federal; modificar las bases de la pol¨ªtica energ¨¦tica nacional y revisar las normas (Dodd-Frank) que desde 2010 tratan de ordenar los mercados financieros, por ejemplo.
Estamos ante el apoderamiento empresarial de las instituciones p¨²blicas
?Qu¨¦ hay detr¨¢s de estas medidas? ?La toma de posici¨®n sobre el modo de ser del Gobierno y sus maneras de estar en la sociedad, o simplemente la decisi¨®n de facilitar negocios y acumulaci¨®n de riqueza? A comienzos de los a?os ochenta del siglo pasado, Margaret Thatcher y Ronald Reagan establecieron un cambio fundamental en el modo de concebir al Estado y a la sociedad. Partiendo de la idea primaria de la imposibilidad de conocer y planear el futuro de todas las personas, desestimaron las amplias posibilidades intervencionistas de los gobiernos. Asum¨ªan que cada cual deb¨ªa tomar sus decisiones con la mayor libertad posible, ya que la suma de todas ellas generar¨ªa la mejor forma de convivencia posible.
M¨¢s all¨¢ de la validez de sus argumentos y de las consecuencias sociales que sus pol¨ªticas tuvieron, esa forma de ver el mundo part¨ªa de un fundamento epistemol¨®gico, postulaba una ¨¦tica y pretend¨ªa alcanzar una forma espec¨ªfica de organizaci¨®n social. Lo que Trump est¨¢ diciendo y haciendo, no tiene nada que ver con ese modo de entender las cosas. No estamos ante una revoluci¨®n pol¨ªtica, ni ante un cambio ideol¨®gico, ni ante la postulaci¨®n de un ideario nuevo. Estamos, simplemente, ante el apoderamiento empresarial de las instituciones p¨²blicas para la generaci¨®n de riquezas prontas y aprovechables. Que todo eso se quiera disfrazar en el discurso que rememora las glorias conservadoras del pasado no implica que no seamos capaces de observar lo que de hecho est¨¢ ocurriendo en los Estados Unidos y, en un futuro no lejano, pudiera quererse replicar en otros pa¨ªses.
Una cosa es plantear que el Estado debe ser reducido para permitir que la iniciativa individual prospere, y otra es tomar a las instituciones p¨²blicas gubernamentales que lo conforman para generar oportunidades de negocio. En el primer caso e, insisto, m¨¢s all¨¢ de la opini¨®n personal que el asunto me merezca, hay una reflexi¨®n acerca de lo que impide la realizaci¨®n de los deseos individuales, un modo de concebir al derecho y su aplicaci¨®n para ordenar las libertades de todos, una manera de permitir la acumulaci¨®n de riqueza y de esperar su derrama social. En el caso de Trump y su gente, no veo nada de ello. Veo un aprovechamiento de las palancas gubernamentales para abrir espacios o derribar los l¨ªmites de aquello que, simplemente, permite hacer negocios durante el tiempo que se tenga el poder.
El problema es que un empresariado voraz est¨¢ ocupando directamente los cargos para su personal provecho
En su importante estudio de Freud, Paul Ricoeur dec¨ªa que en toda discusi¨®n sem¨¢ntica se oponen las interpretaciones concebidas para establecer el sentido de las cosas, y aquellas que se conciben para desenmascarar o desmitificar el sentido de las cosas. El problema que nos plantea el modo Trump de gobernar es que su cotidiana construcci¨®n del mundo nos mete en la discusi¨®n del sentido mismo del mundo y nos distrae de las tareas de desenmascaramiento de lo que est¨¢ aconteciendo. La empresocracia que construy¨® a Trump y que hoy ¨¦l comanda, est¨¢ generando una nueva manera de estar en el poder. Negocios y poder pol¨ªtico han estado muchas veces asociados. ?ste no es el problema de hoy. Lo es el modo en que un empresariado voraz est¨¢ ocupando directamente los cargos para su personal provecho.
Jos¨¦ Ram¨®n Coss¨ªo D¨ªaz es ministro de la Suprema Corte de Justicia de M¨¦xico. @JRCossio
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