La guerra en Colombia contin¨²a, pese a los esfuerzos de paz con el ELN
El Ej¨¦rcito intensifica sus operativos en respuesta a los atentados de la segunda guerrilla del pa¨ªs mientras contin¨²a la mesa de negociaciones
¡°Hemos dado un golpe estrat¨¦gico. Estamos en la ofensiva¡±. Son las palabras de Luis Carlos Villegas, ministro de Defensa de Colombia, tras el operativo militar que el pasado fin de semana acab¨® con la vida de 10 combatientes del ELN, la segunda guerrilla del pa¨ªs. La explicaci¨®n se acompa?¨® con el v¨ªdeo de la mirilla de una aeronave apuntando a un frondoso bosque cerca de la frontera con Venezuela. Im¨¢genes y declaraciones de la otra guerra de Colombia, la que aun impide que la paz sea una realidad.
Esta operaci¨®n del Ej¨¦rcito de Colombia, denominada Corsario 3, se desarroll¨® pocos d¨ªas antes de que el Gobierno y el ELN celebraran este jueves que llevan 45 d¨ªas sentados en una mesa de negociaciones en Ecuador en busca de la paz. Tras m¨¢s de un mes de di¨¢logo, ambas partes han pactado "proteger a las personas no combatientes y a la poblaci¨®n civil de los efectos del conflicto armado mediante acciones o acuerdos de car¨¢cter humanitario". Adem¨¢s de un programa piloto de desminado humanitario. "Estamos consiguiendo resultados medibles", ha asegurado Juan Camilo Restrepo, jefe de la delegaci¨®n del Gobierno. "Hay que recordar que el proceso con las FARC dur¨® casi cinco a?os".
El ELN ha retomado protagonismo en el conflicto de Colombia a falta del otro enemigo, la guerrilla de las FARC concentrada en las zonas veredales y en pleno proceso de desarme. El Ej¨¦rcito ha virado su estrategia militar hacia una insurgencia de unos 2.000 combatientes. Y la opini¨®n p¨²blica ha recordado que son capaces de operar tambi¨¦n en las ciudades, no solo en las zonas m¨¢s aisladas del pa¨ªs. La bomba en el centro de Bogot¨¢ que acab¨® con la vida de un polic¨ªa el pasado febrero fue la demostraci¨®n. "Vamos a ver m¨¢s bombardeos y m¨¢s petardos", dice Carlos Velandia, exdirigente del ELN, ahora gestor de paz en las conversaciones entre el Gobierno y la guerrilla. "Son las reglas del juego: di¨¢logo en mitad de la confrontaci¨®n".
Aunque parezca una paradoja, esta misma l¨®gica beligerante marc¨® los primeros a?os del proceso con las FARC. ¡°El ¨²nico camino es el cese al fuego¡±, dice Velandia. El mismo mensaje ha enviado Restrepo la ma?ana del jueves: "Es un tema que trataremos a partir del 3 de mayo, en el pr¨®ximo ciclo de negociaciones. Queremos llegar m¨¢s r¨¢pido que las FARC, pero es un punto de llegada no de salida". En el anterior proceso de paz, se alcanz¨® este acuerdo al final de casi cuatro a?os de conversaciones. Antes, la guerrilla decret¨®, de manera unilateral, el final de las hostilidades que forzaron a la otra parte a reaccionar. ¡°El ELN no est¨¢ en esa disposici¨®n¡±, asegura Velandia, ¡°pero no tienen otra alternativa¡±.
El experto apunta al final de los secuestros como la primera medida para desescalar el conflicto. ¡°Acumulan odios sociales si siguen con esta pr¨¢ctica¡±, explica, ¡°quitan ox¨ªgeno a la mesa de negociaciones¡±. Si tomaran esta decisi¨®n, seg¨²n el analista, el Gobierno podr¨ªa responder acercando presos o mejorando sus p¨¦simas condiciones de vida en las c¨¢rceles de Colombia. La llegada de Carlos Antonio Lozada y Pastor Alape, dirigentes de las FARC a Ecuador, adelanta esta direcci¨®n. "Esperamos tener conversaciones fruct¨ªferas", ha dicho Pablo Beltr¨¢n, jefe de la delegaci¨®n del ELN.
En lo que va de 2017, la segunda guerrilla de Colombia ha realizado menos de 50 acciones, por debajo de las 60 del a?o anterior, seg¨²n informaci¨®n de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n. ¡°No han desatado una ofensiva, pero s¨ª han conseguido mayor visibilidad¡±, asegura Ariel ?vila, polit¨®logo y analista de esta instituci¨®n. Velandia suena m¨¢s pesimista al otro lado del tel¨¦fono. ¡°Aqu¨ª hay una guerra de aniquilamiento, no hay miramientos con el enemigo¡±, dice. ¡°Cada golpe es dif¨ªcil de resistir por una fuerza irregular que tiene delante a un Estado con el potencial de mover 500.000 unidades¡±.
En este ¨²ltimo bombardeo, entre los fallecidos, el Ej¨¦rcito mat¨® a un comandante que lideraba las acciones en parte del Norte de Santander. ¡°No es tan f¨¢cil volver a formar a un alto mando, el descalabro es de orden estrat¨¦gico¡±, opina Velandia. En esta zona de Colombia, se concentran la mayor parte de la fuerza del ELN y se cree que su m¨¢xima autoridad, el COCE, se resguarda en esta regi¨®n por la seguridad que otorga la frontera con Venezuela. Por estas razones, ?vila no considera que sean ataques tan importantes como los que los militares han asestado a esta guerrilla en el sur del Tolima, otra de las ¨¢reas tradicionales de los helenos, de donde ya casi est¨¢n desaparecidos. "Se pueden recomponer m¨¢s f¨¢cilmente".
Las consecuencias inmediatas vuelven a afectar a los m¨¢s d¨¦biles: a los ciudadanos de estas regiones, las m¨¢s pobres de Colombia. En el Choc¨®, en la costa del Pac¨ªfico, donde las FARC mandaban, el ELN ya ha comenzado a ocupar territorios y la poblaci¨®n ha vuelto a su condici¨®n de desplazados. En la frontera con Venezuela, en la regi¨®n que se conoce como Catatumbo, como en la vecina Arauca, la ¨²nica forma de Estado sigue encerrada en trincheras.
¡°La mesa de negociaciones es como un avi¨®n, est¨¢ con los tanques llenos de combustible, en la pista, pero a¨²n no despega. Hay que acabar con esta estrategia de guerra¡±, concluye Velandia.
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