Perseo gan¨®, pero Medusa no ha muerto

La victoria de Macron contra Le Pen recuerda de alguna manera el mitol¨®gico combate entre Perseo y la medusa Gorgona. El h¨¦roe hijo de la princesa D¨¢nae fue quien logr¨® descabezar la monstruosa medusa que inquietaba el mundo petrificando a todo aquel que la miraba a los ojos. En sus magn¨ªficas Lecciones americanas ¨C seis propuestas para el nuevo milenio, Italo Calvino identificaba a Perseo como el s¨ªmbolo de la levedad, uno de los seis valores alrededor de los cuales se articula el ciclo de conferencias que iba a ofrecer en Harvard. La muerte le impidi¨® pronunciarlas. Pero dej¨® preparados los textos y, en el cap¨ªtulo ¡®Levedad¡¯, Calvino habla de su percepci¨®n de un mundo en v¨ªas de petrificaci¨®n (?quiz¨¢ bajo el peso de las ideolog¨ªas?) y de la inspiraci¨®n que le produce Perseo, el h¨¦roe ¨¢gil, leve, con sandalias aladas, que mata a la medusa petrificadora mir¨¢ndola solo a trav¨¦s del reflejo en su escudo.

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En un mundo en v¨ªas de petrificaci¨®n bajo la acci¨®n de las fuerzas populistas que abogan por izar los puentes levadizos (Brexit, Trump, Le Pen y compa?¨ªa), tuvo que ser un hombre joven y sin el peso de un fuerte pasado pol¨ªtico en los hombros quien gan¨® la simb¨®lica batalla. Los partidos tradicionalmente hegem¨®nicos en Francia cosecharon brutales derrotas, y cabe dudar de si Macron ¨Cque fue durante dos a?os ministro con Hollande- habr¨ªa ganado en la primera vuelta si hubiese competido bajo el manto del desgastad¨ªsimo PS franc¨¦s. Macron es obviamente un hombre del establishment, pero es percibido como un outsider de la pol¨ªtica. Ir¨®nicamente, en ello recuerda a Trump, aunque desde una plataforma ideol¨®gica en las ant¨ªpodas.

En el mito griego, de la sangre de la Medusa degollada nace el caballo alado Pegaso. ?Puede que despu¨¦s de esta victoria francesa el proyecto europeo y los partidarios de las sociedades abiertas vuelvan a volar? Quiz¨¢. Queda sorteado al obst¨¢culo Wilders en Holanda, y el de Le Pen en Francia. Y la econom¨ªa europea muestra claros s¨ªntomas de mejora.

Pero si para los europe¨ªstas es justificado el alivio, no parece que lo sea la euforia.

En Francia, el Frente Nacional ha sufrido una clara derrota, con un resultado inferior a sus expectativas. Su l¨ªder ha declarado que buscar¨¢ cambios profundos. Pero est¨¢ normalizado. Al margen del resultado de Marine Le Pen (10,5 millones de votos, frente a los 5,5 de su padre en 2002), un 24,6% de los ciudadanos con derecho a voto no la consider¨® un peligro como para inducirles a votar (la abstenci¨®n m¨¢s alta desde 1969); y otro 8,7% vot¨® blanco o nulo (r¨¦cord en la V Rep¨²blica). Adem¨¢s, no hay que olvidar que en la primera vuelta, la mitad del electorado eligi¨® una papeleta antisistema: 21,3% para Le Pen; 19,5% para M¨¦lenchon; 4,7% para el nacionalista euroesc¨¦ptico Dupont-Aignan. Y Macron afrontar¨¢ grav¨ªsimas dificultades para gobernar, con la real perspectiva de no contar con una mayor¨ªa parlamentaria.

Y en perspectiva general, los problemas permanecen. En Italia el Movimiento 5 Estrellas encabeza los sondeos. Est¨¢ por ver que Renzi pueda. Grecia ha vuelto a entrar en recesi¨®n y es un asunto que seguir¨¢ produciendo dolores de cabeza. Y, sobre todo, la recuperaci¨®n econ¨®mica no es garant¨ªa de vacuna contra el populismo. Preg¨²ntenle a Obama y Clinton. Muchos a?os de crecimiento del PIB y fuerte creaci¨®n de empleo no fueron suficientes para desactivar la bomba Trump. La victoria de Macron es una ventana de oportunidad para Europa, no el paseo bajo el arco de Triunfo. La Medusa no est¨¢ muerta.