Ni imprevisto ni incomprensible
Las pol¨ªticas de seguridad no est¨¢n a la altura de las circunstancias
Los nuevos atentados de Londres, como numerosos otros perpetrados en Europa Occidental desde 2014, son consecuencia de la movilizaci¨®n yihadista sin precedentes que viene afectando a nuestras sociedades durante los ¨²ltimos seis a?os. El Reino Unido se encuentra entre los pa¨ªses de ese ¨¢mbito donde dicha movilizaci¨®n ha alcanzado niveles m¨¢s elevados. Tambi¨¦n entre aquellos cuyos servicios policiales y de inteligencia se encuentran literalmente desbordados, incapaces de llevar a cabo un seguimiento preventivo de cada individuo sobre cuyo extremismo hay m¨¢s que fundadas sospechas y de desbaratar con ¨¦xito todos los posibles planes para llevar a cabo actos de terrorismo. Lo ocurrido estremece sin duda una vez m¨¢s, pero no es imprevisto ni incomprensible.
Cierto que el n¨²mero de v¨ªctimas mortales ocasionadas por el terrorismo yihadista en Europa Occidental es una muy peque?a fracci¨®n de cuantas, quienes practican esa violencia de inspiraci¨®n religiosa, producen anualmente en el mundo, sobre todo pero desde luego no s¨®lo entre musulmanes. Como cierto es tambi¨¦n que, durante 2015 y 2016, el total de muertos que los yihadistas han causado en los pa¨ªses de Europa Occidental super¨® las cifras de 2004 y 2005, a?os en que se cometieron los atentados del 11 de marzo en Madrid y del 7 de julio en Londres. Es dif¨ªcil que los relativamente buenos resultados de la lucha antiterrorista con posterioridad a ese bienio se repitan tras los ¨²ltimos dos a?os siendo ahora bastante mayor el potencial de la amenaza.
Las organizaciones yihadistas con base en Oriente Medio o el Norte de ?frica van a seguir sirvi¨¦ndose de este potencial. En el m¨¢s reciente n¨²mero del ¨®rgano de adoctrinamiento que disemina entre sus adeptos de lengua inglesa, Estado Isl¨¢mico los incita a actuar contra ¡°cruzados¡± en las sociedades occidentales, mediante ¡°cuchillos que se hundir¨¢n en sus carnes¡±, ¡°veh¨ªculos que inesperadamente se suban en sus concurridas aceras¡± y ¡°balas que agujereen sus repugnantes cuerpos en medio de su asqueroso disfrute¡±. La ¨²ltima entrega del medio de propaganda que difunde Al Qaeda llama a la comisi¨®n de atentados en ¡°tierra de infieles¡± por musulmanes que, aun actuando en solitario, sean conscientes de la estrategia en que se inscribe su comportamiento.
Mientras tanto, entre los l¨ªderes europeos que culpan a Occidente por las atrocidades yihadistas en nuestros pa¨ªses, los que indeferenciadamente responsabilizan al islam, los que parecen moverse s¨®lo a golpe de matanzas y tantos miembros prescriptivos de las comunidades musulmanas que se refugian en un discurso victimista opuesto a medidas antiterroristas, las pol¨ªticas de seguridad no est¨¢n a la altura de las circunstancias. No s¨®lo en relaci¨®n con la amenaza que suponen hoy cientos de yihadistas dispuestos a aterrorizar. Tambi¨¦n respecto al reto social que plantean las visiones de una observancia religiosa incompatible con las sociedades abiertas que, respaldadas desde los pa¨ªses del Golfo, se propagan en nuestras entidades isl¨¢micas e instrumentalizan los terroristas.
Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano, catedr¨¢tico en la Universidad Rey Juan Carlos y Adjunct Professor en la Universidad de Georgetown.
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