El fiscal general de EE UU afirma que ya hay cuatro imputados por difundir informaci¨®n clasificada

Adem¨¢s de la imprevisibilidad y la heterodoxia, una de las cosas que m¨¢s est¨¢n caracterizando los primeros meses del mandato de Donald Trump es la cantidad de informaci¨®n sensible que aparece en los medios estadounidenses citando como fuentes funcionarios de la Casa Blanca, de los servicios de inteligencia o del departamento de Justicia. Este ¨²ltimo es que movi¨® ficha este viernes.al enfatizar que se perseguir¨ªa con dureza a todo aquel que difundiera informaci¨®n confidencial y advertir de que en los ¨²ltimos meses ya se han presentado cargos contra cuatro personas por ello.

La gota que ha colmado la paciencia de la Administraci¨®n fue la publicaci¨®n por The Washington Post, el d¨ªa anterior, de la transcripci¨®n de las conversaciones telef¨®nicas que Trump hab¨ªa mantenido este a?o con el presidente de M¨¦xico, Enrique Pe?a Nieto, y el primer ministro australiano, Malcom Turnbull, en las que qued¨® claro el rifirrafe mantenido con ambos. El fiscal general, Jeff Sessions, convoc¨® a la prensa para denunciar el "incre¨ªble n¨²mero" de este tipo de revelaciones, que, a su juicio, "se han convertido en una enorme amenaza" para la seguridad nacional porque"dan a nuestros adversarios informaciones sobre nuestras actividades". "Por decirlo de una forma sencilla, da?an a nuestro pa¨ªs", resumi¨®.

Siempre ha habido filtraciones, pero en estos meses de Gobierno, y al calor de crisis pol¨ªticas como la llamada trama rusa, la informaci¨®n secreta o privada procedente de fuentes de la Administraci¨®n, muchas veces del c¨ªrculo m¨¢s estrecho del propio Trump, han llamado la atenci¨®n m¨¢s all¨¢ de EE UU.? El director nacional de Inteligencia, Dan Coats, compareci¨® junto a Sessions y asegur¨® que desde enero el Departamento de Justicia ha triplicado las investigaciones sobre este asunto.

The New York Times, por ejemplo, public¨® el pasado mayo los detalles del artefacto empleado en el atentado de Manchester gracias a los datos que la inteligencia brit¨¢nica hab¨ªa proporcionado a las agencias estadounidenses, lo que desat¨® las protestas de Reino Unido, que lleg¨® a amenazar con dejar de compartir informaci¨®n con EE UU y provoc¨® una reprimenda de la primera ministra, Theresa May, muy humillante para Trump: ¡°Le dejar¨¦ claro al presidente Trump que la inteligencia que se comparte entre las agencias de seguridad debe permanecer segura¡±, dijo.

Este viernes Coats apunt¨® que este tipo de informaciones no se revelan solo desde la "comunidad de inteligencia", que aparece muchas veces citada como fuentes por los medios, sino que "provienen de un amplio abanico de fuentes que incluye el brazo del poder ejecutivo y tambi¨¦n al Congreso". La divulgaci¨®n de informaci¨®n confidencial y reservada es "un acto criminal", insisti¨®.

La comparecencia de Sessions y Coats busca un efecto disuasorio en el pa¨ªs con m¨¢s protecciones a la prensa, cuyas garant¨ªas quedaron muy claras en los a?os 70, con la publicaci¨®n de los Papeles del Pent¨¢gono sobre la guerra de Vietnam. La cuesti¨®n es en qu¨¦ lugar queda el "filtrador" y en cu¨¢l el inter¨¦s p¨²blico. Muchos de los giros en la investigaci¨®n de la trama rusa, la posible conchabanza entre el equipo de Trump y el Kremlin para interferir en las elecciones presidenciales, se han producido a ra¨ªz de filtraciones a la prensa, como las conversaciones de Michael Flynn, exconsejero de Seguridad Nacional, con el embajador ruso o las presiones que el director cesado del FBI, James Comey, aseguraba recibir por parte del presidente americano.