Seis meses en busca de tres j¨®venes que desaparecieron en Bogot¨¢

¡°Ac¨¢ entran cuatro y salen tres¡±, le advirtieron a Germ¨¢n Monta?a cuando pregunt¨® por la seguridad de la zona en donde le hab¨ªan dicho que su hijo y otros dos j¨®venes desaparecidos en Bogot¨¢, el pasado 22 de febrero, hab¨ªan sido enterrados. Lleg¨® hasta el punto de los cerros en el norte de Bogot¨¢ en donde el mapa se?alaba una cruz. Seg¨²n las indicaciones, si excavaban encontrar¨ªan los cuerpos de los tres muchachos. Alcanzaron a hacer ocho hoyos y no hallaron nada. Monta?a baj¨® la cuesta con una sola certeza. En ese lugar hab¨ªa miedo. Algunos de los que viven ah¨ª, en urbanizaciones construidas de manera irregular, se atrevieron a hablar y contaron que el que entraba all¨ª podr¨ªa no salir, que era frecuente que se encontraran muertos. Tres familias del barrio San Crist¨®bal en el norte de Bogot¨¢ buscan desde hace seis meses a Brayan Andr¨¦s Monta?a, Mauricio Castillo y Juan Sebasti¨¢n Moreno. Lo hacen solos porque -dicen ellos- aunque han insistido las autoridades no los ha acompa?ado.

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Desaparecieron el pasado 22 de febrero. Los tres salieron de sus casas sobre las cuatro de la tarde rumbo a un supermercado en donde trabajaban ayudando a llevar las compras puerta a puerta. ¡°Se llegaron las nueve de la noche y no aparec¨ªa. Pasaron las horas y nunca lleg¨®¡±, cuenta German Monta?a, que lleva la cara de su hijo estampada en la camiseta blanca que se pone para ver si alguien lo reconoce en la calle. La ¨²ltima imagen que se tiene de los j¨®venes de 17, 16 y 14 a?os es de una c¨¢mara de seguridad de la cuadra del supermercado. En las im¨¢genes se ve a los dos mayores llegando en la camioneta en la que repart¨ªan los mercados y recogiendo al menor. ¡°No se alcanza a ver si en el interior del veh¨ªculo hab¨ªa m¨¢s gente. El coche llega a la esquina y se le pierde el rastro¡±, cuenta.

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Hasta ahora las autoridades no han logrado conseguir ninguna otra pista diferente a ese registro, a pesar de que diez d¨ªas despu¨¦s la camioneta fue encontrada al otro extremo de la ciudad. No hab¨ªa en ella rastro alguno de los tres menores. Los familiares de los j¨®venes en medio de su desespero decidieron creerle a un an¨®nimo que dej¨® en la puerta de la vivienda de uno de los muchachos una carta con un mapa pintado que indicaba el lugar en donde supuestamente hab¨ªan sido enterrados. ¡°Pedimos a la Polic¨ªa que nos acompa?ara en esa b¨²squeda, pero dijeron que un an¨®nimo no era suficiente para hacerlo¡±, relata el pap¨¢ de Bryan Andr¨¦s, el menor de los dos hijos que cuida como padre soltero.

M¨¢s de mil desaparecidos

La historia fue recordada esta semana por segunda vez en el Congreso de la Rep¨²blica. Esta vez, en medio de un debate sobre la desaparici¨®n de menores en Colombia, en el que el senador Jimmy Chamorro revel¨® que en solo en cinco meses, se le ha perdido el rastro a 1.042 j¨®venes y que de los 2.901 que desaparecieron en el a?o 2016, 1.530 fueron bajo la causal de ¡°sin informaci¨®n¡±. Las familias reclaman mayor atenci¨®n. ¡°Estos casos son asumidos por el Estado como una estad¨ªstica m¨¢s. No les importa saber por qu¨¦ ocurri¨® ni mucho menos buscarlos¡±, reclama uno de los padres, que cuenta que solo siete d¨ªas despu¨¦s de no saber nada de su hijo pudo entablar una denuncia formal. La burocracia por encima de una desaparici¨®n.

Carlos Vald¨¦s, director del Instituto de Medicina Legal, habla con preocupaci¨®n de las desapariciones en Colombia. Asegura que la indiferencia ha hecho que las cifras permanezcan elevadas sin una reacci¨®n contundente. Desde su despacho se han establecido patrones similares. Se les pierde la pista entre las cuatro de la tarde y las ocho de la noche, sobre todo en lugares cercanos a sus casas. De cada diez desaparecidos en Colombia cuatro son menores de edad. Las familias terminan investigando por sus propios medios las desapariciones y haciendo plantones para pedir ayuda del Estado. En el caso de Brayan, Mauricio y Juan Sebasti¨¢n llevan seis meses haci¨¦ndolo. ¡°Sentimos que hasta en esto hay discriminaci¨®n. No entendemos por qu¨¦ con algunos apellidos la justicia s¨ª es eficiente y cuando son personas humildes como nosotros es poca la ayuda¡±, se?ala Monta?o.

De las 6.855 personas reportadas como desaparecidas en 2016, las autoridades lograron obtener informaci¨®n de 2.898, pero en 3.957 de los casos se perdi¨® el rastro. Las familias siguen esperando.