M¨¦xico, EE UU y Canad¨¢ aplazan los puntos clave de la renegociaci¨®n del TLC para finales de septiembre

No hubo impasse, como lleg¨® a sugerir M¨¦xico ante los ataques de Trump. Tampoco, como lleg¨® a temerse la semana pasada, ning¨²n pa¨ªs se levant¨® de la mesa. Las tres potencias norteamericanas cerraron este martes la segunda ronda de renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLC) con preacuerdos en los puntos en los que las fricciones son menores ¨Cpymes, facilitaci¨®n comercial y obst¨¢culos t¨¦cnicos al comercio¨C y dejaron para la siguiente ronda de conversaciones, dentro de dos semanas en Ottawa, los asuntos en los que las posiciones son m¨¢s encontradas: el d¨¦ficit comercial, el cap¨ªtulo 19 de resoluci¨®n de controversias, las reglas de origen ¨Cel contenido regional obligatorio de cada producto¨C y la asimetr¨ªa de derechos laborales y salarios a ambas orillas del r¨ªo Bravo.

"Hay que cerrar lo que podamos en el corto plazo", subray¨® el secretario (ministro) de Econom¨ªa mexicano, Ildefonso Guajardo, como colof¨®n a cinco d¨ªas de conversaciones en la Ciudad de M¨¦xico. "Tambi¨¦n plasmar las diferencias y empezar a cerrar esos puntos para ver si podemos encontrar una cuadratura a este c¨ªrculo". En ese sentido, el jefe de la delegaci¨®n mexicana dej¨® caer un cierto reproche a sus pares estadounidenses: no haber clarificado todav¨ªa su posici¨®n sobre el contenido regional ni haber aportado una hoja de ruta para rebajar el d¨¦ficit estadounidense con M¨¦xico y Canad¨¢, el punto que ha llevado a los tres pa¨ªses a actualizar el tratado por insistencia de la Casa Blanca. "Tenemos que hacer un esfuerzo por plasmar en blanco y negro nuestras diferencias para poder encontrar un punto intermedio que no ocasione da?os para ninguna de las tres econom¨ªas". No obstante, Guajardo s¨ª clarific¨® que "cualquier esfuerzo para rebalancear el comercio" se tendr¨¢ que hacer "sobre la base de la expansi¨®n del mismo, no de su restricci¨®n".

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Las diferencias, en el fondo y en la forma, volvieron a quedar de relieve en la conferencia de prensa conjunta de los m¨¢ximos responsables de la negociaci¨®n. Mientras Guajardo y la ministra de Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, exhibieron su buena sinton¨ªa, mostraron su "satisfacci¨®n" con la marcha de las conversaciones e incidieron en los puntos de entendimiento y en los "progresos" logrados, el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, insisti¨® en la necesidad de que el nuevo tratado beneficie a los trabajadores manufactureros de su pa¨ªs, uno de los colectivos que llevaron a Donald Trump a la presidencia. Aunque con un tono m¨¢s moderado que en la primera ronda, celebrada a finales de agosto en Washington, Lighthizer subray¨® la necesidad de que el futuro acuerdo "beneficie a todos y no solo a algunos": la misma consigna que su jefe, Trump, repite cada vez que se refiere al TLC. "Espero que cuando termine este acuerdo, el presidente lo apoye, porque yo no aprobar¨¦ nada que ¨¦l no avale".

En el plano laboral, uno de los que m¨¢s controversia ha generado ¨CEE UU y los sindicatos canadienses sostienen que M¨¦xico incurre en competencia desleal mediante el mantenimiento artificial de salarios bajos¨C, el titular de Econom¨ªa mexicano destac¨® que el "objetivo" de toda negociaci¨®n comercial es "tener un impacto favorable en la calidad de los empleos y fortalecer los salarios de los trabajadores dedicados al sector exportador". "La duda", reconoci¨®, es "a trav¨¦s de qu¨¦ mecanismos lograrlo": si reforzando los derechos laborales o interviniendo directamente en los mercados. "Claramente habr¨¢ una discusi¨®n adicional en este punto, pero las posturas todav¨ªa no han sido claramente expresadas en la mesa". Guajardo tambi¨¦n neg¨® que la decisi¨®n de Trump de poner fin al programa que impide la deportaci¨®n de 800.000 dreamers ¨Cmigrantes mexicanos sin papeles que llegaron al pa¨ªs cuando todav¨ªa eran menores de edad¨C vaya a interferir directamente en las conversaciones comerciales: "Es un tema muy importante para nosotros, que puede afectar al proyecto de vida de una cantidad muy importante de mexicanos, pero no est¨¢ t¨¦cnicamente ligado a la negociaci¨®n".

M¨¢s all¨¢ de los detalles t¨¦cnicos, las negociaciones siguen estando marcadas por los exabruptos de Trump. Nadie sabe c¨®mo se levantar¨¢ ma?ana el l¨ªder de la primera potencia mundial, c¨®mo reaccionar¨¢ ante las novedades que lleve Lighthizer de vuelta a Washington o contra qui¨¦n cargar¨¢ en su pr¨®ximo tuit. Sus ideas comerciales y las de parte de su equipo, advierte una alta representante de un importante organismo internacional, "se han quedado en el siglo XX mientras la econom¨ªa de su pa¨ªs est¨¢ en el XXI". Ese sigue siendo el mayor riesgo para la actualizaci¨®n del TLC.

La parte del equipo negociador que no comparte la visi¨®n proteccionista y reduccionista del magnate republicano ya ha empezado a dar signos de impotencia. "No me tienen que convencer", respond¨ªa recientemente un miembro de la delegaci¨®n estadounidense a los intentos de persuasi¨®n de sus pares mexicanos y canadienses. "Solo denme victorias pol¨ªticas para el presidente", subrayaba, seg¨²n el parafraseo de una persona cercana a la conversaci¨®n. Tras varias derrotas internas, tanto en el frente pol¨ªtico como en el judicial, Trump ambiciona un acuerdo que pueda vender a su electorado como un gran logro. Un golpe encima de la mesa. Ante esa tesitura, los Gobiernos canadiense y mexicano echan c¨¢lculos para hacer compatibles los anhelos de la Casa Blanca con una posici¨®n aceptable para ellos mismos en sus respectivos pa¨ªses.

Ese reparto de victorias pol¨ªticas ser¨¢ clave de la ronda de Ottawa. Despu¨¦s de "dos tomas de contacto" ¨Cla de Washington hace dos semanas y la de la Ciudad de M¨¦xico en los cinco ¨²ltimos d¨ªas¨C el encuentro de la capital canadiense ser¨¢, seg¨²n tres fuentes consultadas, el que empezar¨¢ a marcar el devenir de la negociaci¨®n. Todo, claro est¨¢, siempre y cuando Trump no haga descarrilar el proceso.

Escasa transparencia en las negociaciones

Si por algo se est¨¢ caracterizando la negociaci¨®n hasta ahora es por la opacidad. Varios centenares de negociadores, desde los ministros hasta el ¨²ltimo t¨¦cnico, han pasado casi una semana reunidos en un hotel de la capital mexicana con decenas de periodistas a solo unos metros. Pero la barrera de silencio se ha impuesto: pocos, muy pocos, cuentan detalles de unas conversaciones que marcar¨¢n el devenir de la econom¨ªa regional. Hasta el comunicado de este mi¨¦rcoles, los Gobiernos ni siquiera han hecho p¨²blica la agenda diaria de negociaciones.

"Todo est¨¢ siendo muy secreto", apunta Manuel Molano, director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), a quien estas dos primeras rondas le recuerdan mucho a la negociaci¨®n del tratado comercial transpac¨ªfico (TPP, por sus siglas en ingl¨¦s), del que la Administraci¨®n Trump ya ha sacado a Estados Unidos. "Entonces, la primera versi¨®n del texto definitivo la hizo p¨²blica Wikileaks", lamenta Molano. "Hab¨ªa m¨¢s discusi¨®n en prensa en los a?os noventa [cuando se negoci¨® la actual versi¨®n del TLC] que ahora".