Martin Schulz, el espejismo roto del l¨ªder que lleg¨® de Europa
Schulz revolucion¨® la pol¨ªtica alemana al llegar del Parlamento Europeo pero no logr¨® consolidar una propuesta alternativa
Solo han transcurrido seis meses desde el 19 de marzo, pero para Martin Schulz ha sido una eternidad. Ese d¨ªa, el futbolista frustrado, exalcoh¨®lico, mal estudiante, librero y pol¨ªtico europeo de altos vuelos fue coronado con un inaudito 100% de los votos como presidente del centenario Partido Socialdem¨®crata (SPD) alem¨¢n. En ese momento, la euforia reinaba en su partido y las encuestas anticipaban una lucha en igualdad de condiciones contra Angela Merkel. Era la ¨¦poca en la que la l¨ªder de la CDU anticipaba que esta campa?a iba a ser la m¨¢s complicada de su vida.
En el recinto donde fue elegido en marzo, el merchandising en torno al nuevo l¨ªder lo inundaba todo. El pasado viernes, en su ¨²ltimo acto de campa?a de Berl¨ªn, se ve¨ªan banderas rojas con las siglas del SPD, pero casi nadie llevaba carteles con su nombre. La martinman¨ªa hab¨ªa muerto. Seis meses despu¨¦s, el espejismo se ha disuelto. Schulz no ha logrado remontar un barco que ya cogi¨® a punto de hundirse y ha obtenido el peor resultado de la historia del SPD.
Nadie podr¨¢ acusarlo de no haberlo intentado. El en¨¦rgico expresidente del Parlamento Europeo se ha recorrido Alemania repitiendo que este era su momento y que el pa¨ªs necesitaba un cambio para reducir la desigualdad social. Incluso se atrevi¨® al tab¨² de criticar el programa de reformas que redujo el Estado de bienestar impulsado por el ¨²ltimo canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der. Schulz se ha esforzado. Pero Alemania no le ha escuchado.
Es cierto que la empresa de devolver la Canciller¨ªa al SPD parec¨ªa tarea imposible. Pero tambi¨¦n que ¨¦l ha cometido errores de bulto en esta campa?a.
Para empezar, ha renunciado a atacar con fuerza a su rival principal. De Merkel ha dicho que evita el debate y que su Gobierno no se ocupa de la gente de a pie. Pero Schulz no ha sido capaz de poner en pie una pol¨ªtica alternativa real, m¨¢s all¨¢ de un pu?ado de medidas sociales y un rechazo expl¨ªcito a aumentar el gasto en Defensa.
A la hora de atacar en asuntos cruciales, ha flaqueado. Un ejemplo es la pol¨ªtica europea de Merkel. Consciente de que ten¨ªa m¨¢s que perder si aparec¨ªa ante el votante como un manirroto dispuesto a gastar el dinero de los ahorradores alemanes, Schulz no iba m¨¢s all¨¢ en los mitines de reclamar generalidades como ¡°una Europa m¨¢s fuerte¡±. Tampoco ha podido atacar la gesti¨®n de la canciller en el asunto que ha monopolizado los dos ¨²ltimos a?os de legislatura, la inmigraci¨®n y los refugiados. El experimentado parlamentario europeo era consciente de que, en esa batalla, solo pod¨ªan salir ganando los xen¨®fobos antiislam de AfD.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.