Puerto Rico roza la crisis humanitaria
El gobernador de la isla, Ricardo Rosell¨®, pide al gobierno de EE UU que atienda la tragedia tras el paso del hurac¨¢n Mar¨ªa
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rossell¨®, ha advertido de que el efecto devastador del hurac¨¢n Mar¨ªa tiene a su pa¨ªs "cerca de una crisis humanitaria, aunque se puede evitar". El joven mandatario, de 38 a?os, ha llamado al Gobierno de Estados Unidos ¨Cdel que Puerto Rico es Estado Libre Asociado¨C a tratar la tragedia de los tres millones y medio de puertorrique?os en la isla como una tragedia de "ciudadanos americanos". Su gobierno, heredero de una administraci¨®n en quiebra tras dos d¨¦cadas de negligentes pol¨ªticas de gasto basadas en el endeudamiento, urge al Capitolio a aprobar una partida multimillonaria de rescate para Puerto Rico.
¡°Si nosotros no podemos proveer para que la comida siga llegando de manera apropiada o para que tengamos acceso a energizar ¨¢reas que son infraestructura cr¨ªtica como salud, acueductos, etc¨¦tera, nos vemos m¨¢s cerca de una crisis humanitaria¡±, dijo Rossell¨®. ¡°Lo que estoy haciendo es alertar con tiempo¡±.
Pasados los d¨ªas m¨¢s cr¨ªticos de rescate de gente en peligro ¨Cunos 6.000 boricuas fueron evacuados de inundaciones que amenazaban sus vidas y m¨¢s de 15.000 permanecen en refugios¨C, y si bien contin¨²an riesgos directos como los deslaves o el posible estallido de la presa Guajataca en un ¨¢rea habitada por 70.000 personas, la segunda etapa del desaf¨ªo es llegar a auxiliar a todo un pa¨ªs con la mitad de la poblaci¨®n en la pobreza y en el que han volado por los aires miles de viviendas precarias. Tras la tempestad, se aclara el panorama y alrededor emergen penurias de las que las autoridades, casi sin comunicaci¨®n con varios municipios rurales desde el impacto de Mar¨ªa, van recibiendo noticia como ganchos un boxeador noqueado.
El lunes en rueda de prensa al gobernador Rossell¨® lo pillaba de sorpresa la referencia de un reportero a la macabra e insalubre situaci¨®n que vive el municipio de Lares (centro de la isla), donde una veintena de cad¨¢veres han aflorado en el camposanto. Otro ejemplo cr¨ªtico: la Guardia Nacional trata de abrirse paso hacia el pueblo de monta?a de Orocovis, aislado tras el hurac¨¢n, y los vecinos ponen de su parte a base de machete y palas. Seg¨²n testimonio de una vecina al diario El Nuevo D¨ªa, el principal medio de Puerto Rico, "un se?or del pueblo que estaba solo muri¨® de un infarto y lo encontraron dos d¨ªas despu¨¦s por el mal olor". La carencia de morgues operativas es un problema que afecta a otros municipios de la isla.
Hasta ayer la cifra oficial de v¨ªctimas mortales del cicl¨®n se elevaba a 16 por golpes, deslaves, crecidas de r¨ªo, ahogamientos y otros accidentes. Las p¨¦rdidas econ¨®micas podr¨ªan estar en 34.000 y 72.000 millones de d¨®lares, seg¨²n estima la firma AIR Worldwide; ello viene a sumarse a los 73.000 millones de d¨®lares que debe Puerto Rico a sus acreedores y a un agujero de 50.000 millones en el fondo de pensiones. La tormenta financiera perfecta para una isla que ya estaba en quiebra.
Y cada vez se hace m¨¢s notorio el diferente calibre de la crisis entre la zona metropolitana de la capital, San Juan (390.000 habitantes), y el campo. En San Juan y entorno, si bien hay distintos niveles de carencia y focos de extrema necesidad, se van restableciendo, a¨²n de modo lento, precario e irregular los servicios b¨¢sicos. "Aqu¨ª somos privilegiados", dec¨ªa Juan Conde, empleado de un hotel del casco antiguo, sentado ante un ventilador viejillo cuyo aire le parec¨ªa valioso "como el oro".
"Y tenemos agua", a?adi¨® un cliente. "Cada vez que abro el grifo de la ducha y la veo caer me parece como si estuviese obrando un milagro". Seg¨²n la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados un 40% de los boricuas han vuelto a tener agua en sus casas, un porcentaje compuesto sobre todo de hogares del ¨¢rea metropolitana, donde tambi¨¦n se encuentran ranchos en los que suspiran por unos litros para retirar lodo.
San Juan funciona mal que bien con generadores el¨¦ctricos. Restaurantes, hoteles y cualquier otro servicio abierto dependen de su energ¨ªa. Tambi¨¦n los fabricantes de hielo, un elemento que adquiere tanto valor en este purgatorio tropical que resulta evidente por qu¨¦ Garc¨ªa M¨¢rquez dedic¨® la primera l¨ªnea de Cien a?os de soledad, obra cumbre de la prosa caribe?a, al primer encuentro de un ni?o con el hielo. Ayer ya se estaban formando colas a las puertas de las hieleras.
Aunque con sus vientos de 250 kil¨®metros por hora Mar¨ªa tumb¨® multitud de torres de telecomunicaci¨®n, en esta zona urbana la se?al de tel¨¦fono va asomando harto defectuosa. "No s¨¦ c¨®mo, he podido recibir dos llamadas de unos segundos de mis hijas de California y sin embargo no he podido hablar con otras hijas m¨ªas que viven aqu¨ª cerca en un pueblo a un rato de San Juan", se extra?aba Conde. Seg¨²n datos oficiales un 27% del servicio celular de la isla est¨¢ (es un decir) "funcionando".
Vuelven a estar h¨¢biles algunos cajeros autom¨¢ticos. La gente se est¨¢ quedando sin dinero en efectivo y las terminales de tarjeta no funcionan. Tomando un caf¨¦ y unos huevos fritos con papas en el abarrotado caf¨¦ Manol¨ªn de San Juan, Lidy 'Paoli' L¨®pez, documentalista y acr¨®bata de 27 a?os, contaba que se le hab¨ªan acabado los billetes y estaba echando mano de la caja donde ten¨ªa monedas acumuladas.
Las colas en las gasolineras de San Juan son interminables. Se vende solo 20 d¨®lares por coche. Con cientos de clientes encerrados en sus coches a m¨¢s de treinta grados cent¨ªgrados y con un bochorno que ahoga, la tensi¨®n se palpa en el aire y cada gasolinera est¨¢ vigilada por polic¨ªas armados. "Esta situaci¨®n es bien dif¨ªcil, bien apretada", dec¨ªa Radam¨¦s Calaf, de 27 a?os, justo en el momento de alivio en que enchufaba en su tanque la pistola del combustible despu¨¦s de seis horas de fila. Siguen vigentes la ley seca y el toque de queda de siete de la tarde a cinco de la ma?ana.
La prioridad del Gobierno, aparte de las operaciones de rescate, ha sido mantener en funcionamiento los principales hospitales comarcales. Los aeropuertos van recibiendo m¨¢s vuelos con carga comercial y militar; los vuelos internacionales de pasajeros no se reanudar¨¢n hasta el fin de semana. La red de carretera est¨¢ plagada de tramos da?ados o intransitables. Los puertos est¨¢n abiertos y est¨¢n llegando cada vez m¨¢s barcos de Estados Unidos con provisiones. El gobernador Rossell¨® ha dicho que desde ayer empezar¨ªan a llegar a la isla 250.000 comidas al d¨ªa.
El cicl¨®n ha dejado la econom¨ªa agr¨ªcola en coma. Ha arrasado un 80% de los cultivos de pl¨¢tano, caf¨¦ y hortalizas, seg¨²n el Departamento de Agricultura.
El mayor apoyo para el gabinete de Rossell¨® est¨¢ siendo la Agencia Federal para la Gesti¨®n de Emergencias (FEMA por sus siglas en ingl¨¦s), que pese a estar desbordada por los da?os catastr¨®ficos de los ciclones Harvey en Texas e Irma en Florida ha desplegado en la isla 250 rescatistas, 300 m¨¦dicos especializados en desastres, 15 helic¨®pteros, cinco buques de transporte, una unidad militar dedicada a levantar torres de telecomunicaci¨®n y cien ingenieros del Ej¨¦rcito. Una de los objetivos inmediatos es cubrir con lonas las casas que perdieron techos.
Rossell¨® calcula que Puerto Rico necesitar¨¢ "decenas de miles de millones de d¨®lares" para recuperarse de Mar¨ªa, un cicl¨®n de destrucci¨®n solo comparable a los ciclones Katrina y Sandy en toda la historia de Estados Unidos. El presidente Donald Trump, que visitar¨¢ pronto Puerto Rico, escribi¨® en Twitter el lunes por la noche que Puerto Rico "est¨¢ en una grave problema". Mencion¨® su "sistema de electricidad devastado" y sus deudas con Wall Street y los bancos: "Tristemente, deben cumplir con ello", dijo, y subray¨® que EE UU est¨¢ mandando "comida, agua y medicinas". El jefe de la Casa Blanca ofrece a Puerto Rico en el caos el palo y la zanahoria.
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