El primer d¨ªa del cese al fuego entre el Gobierno de Colombia y el ELN

Los ¨²ltimos d¨ªas de septiembre se sintieron eternos. Con violencia, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) le recordaba al pa¨ªs que la promesa del cese al fuego anunciada en los primeros d¨ªas del mes solo se empezar¨ªa a cumplir a partir del 1 de octubre. Parec¨ªa que hubieran querido hacer todo el da?o posible antes de que llegara esa fecha. ¡°Creer¨ªa que el ELN quiere entrar al cese con el mayor repudio y descr¨¦dito posible ante la opini¨®n p¨²blica colombiana", dijo el jefe de la delegaci¨®n del Gobierno en los di¨¢logos con esa guerrilla, Juan Camilo Restrepo. El ELN se somete por primera vez a un cese bilateral desde que se levant¨® en armas en julio de 1964. Hasta ahora, se hab¨ªan decretado treguas unilaterales y de corta duraci¨®n. Lo que empieza este domingo es hist¨®rico.

El presidente Juan Manuel Santos ha reiterado lo que significa este paso y en la noche del viernes en una alocuci¨®n presidencial detall¨® lo que la guerrilla debe cumplir. No podr¨¢ secuestrar, tendr¨¢ que avanzar en el programa piloto de desminado humanitario, dejar de vincular a menores a sus filas y suspender las acciones violentas hacia la infraestructura del pa¨ªs, sobre todo a los oleoductos, el blanco favorito del ELN, que en las ¨²ltimas semanas fue responsable de una seguidilla de ataques contra el oleoducto Ca?o Lim¨®n ¨C Cove?as en Norte de Santander y Arauca.

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Santos anuncia que la ONU verificar¨¢ el cese el fuego del ELN

El objetivo del alto el fuego, seg¨²n el texto suscrito por Juan Camilo Restrepo, negociador del Ejecutivo, y Pablo Beltr¨¢n, m¨¢ximo l¨ªder del ELN, consiste en ¡°mejorar la situaci¨®n humanitaria de la poblaci¨®n¡±. Santos espera que este cese bilateral que termina el 9 de enero, pueda ser renovado y que sea el primer paso para lograr la paz con este grupo guerrillero, de m¨¢s de 2.000 hombres armados.

Nicol¨¢s Rodr¨ªguez, alias Gabino, con las banderas de Colombia y de la guerrilla como fondo, hizo el anuncio en una zona monta?osa, sentado frente a una mesa donde reposaban un fusil, una computadora port¨¢til y un radiotel¨¦fono. ¡°No tengo ninguna duda de su lealtad para cumplir este compromiso hasta las ¨²ltimas consecuencias¡±, le dijo a sus tropas.

El cese supone el mayor avance en las dif¨ªciles negociaciones que se adelantan desde febrero en Quito y con las que el gobierno de Santos busca terminar de extinguir un conflicto de 53 a?os que deja unos 7,5 millones de v¨ªctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados. Con las FARC desarmadas, para lograr la paz total de la que tanto ha hablado el Gobierno se necesita llegar a un acuerdo con el ELN. La prueba para medir la voluntad de las partes ser¨¢ este alto en las hostilidades, un desaf¨ªo mayor si se tiene en cuenta que a diferencia de las FARC, la organizaci¨®n guevarista tiene una estructura federada que ha generado divisi¨®n sobre los di¨¢logos.

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La compleja negociaci¨®n del fin de una guerra que no cesa en Colombia

Un mecanismo conformado por representantes del gobierno, del ELN, la ONU y la Iglesia cat¨®lica verificar¨¢ sobre el terreno el cumplimiento de la tregua bilateral. Naciones Unidas tendr¨¢ observadores en 33 lugares del pa¨ªs y adelantar¨¢ sus actividades t¨¦cnicas de verificaci¨®n desde 13 municipios hacia los sectores definidos como de mayor ¨¦nfasis que en la pr¨¢ctica han sido tradicionalmente los m¨¢s afectados por la presencia de esta guerrilla.

El gobierno deber¨¢, por su parte, fortalecer la eficiencia de los sistemas de alertas tempranas para proteger a los l¨ªderes sociales y defensores de derechos humanos, mejorar las condiciones humanitarias para los reclusos militantes del ELN en las c¨¢rceles colombianas y aplicar las normas relacionadas con la despenalizaci¨®n de la protesta social. Si las dos partes cumplen, Colombia dar¨¢ un paso definitivo hacia la paz.