El Che, un argentino inc¨®modo
Su pa¨ªs apenas lo reivindica, hay pocas calles dedicadas, pero ¨¦l naci¨®, creci¨® y muri¨® argentino y so?ando con llevar la revoluci¨®n a su tierra
![Carlos E. Cu¨¦](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F525919bb-8d93-4075-9542-404e8ee7b03f.png?auth=641c8eed44a6bf4026858d14fac9c8c25c3666e77e3cbbad5318dc255818a906&width=100&height=100&smart=true)
![Casa Museo de Ernesto Che Guevara en Alta Gracia, Córdoba.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NIHDIO2L3V2K3CK2HLDIXZ3FEM.jpg?auth=118d526589ff8e28ea710785cea2868ab82f8b2f6e35b87ce888d93f4f47043c&width=414)
Hay pocas cosas m¨¢s alejadas de la revoluci¨®n que el pl¨¢cido barrio de clase alta de la sierra de C¨®rdoba, en el centro de Argentina, donde se cri¨® el Che Guevara. Todav¨ªa hoy, 50 a?os despu¨¦s de su muerte, sigue siendo un distinguido lugar de descanso de familias acomodadas, con enormes casas de estilo ingl¨¦s como Villa Nydia, la que ocuparon los Guevara Lynch-De La Serna en los a?os 30 atra¨ªdos desde Buenos Aires por un clima ideal para luchar contra el asma del peque?o Ernesto.
La propia casa, con su gran jard¨ªn y su anexo para la cocinera, y las fotograf¨ªas de su infancia que se exponen en la mansi¨®n, convertida en museo, muestran una vida de lujos con la familia ba?¨¢ndose en la enorme piscina del famoso hotel Sierras, que est¨¢ a pocas manzanas. El padre del Che, miembro como la madre de una conocida familia de terratenientes, colabor¨® en el dise?o del golf cercano. Nada hac¨ªa presagiar que el mayor de los Guevara acabar¨ªa sus d¨ªas como el guerrillero m¨¢s famoso del planeta.
Hay pocas personas m¨¢s argentinas que el Che, partiendo de su apodo, el que usan en estas tierras para llamar a una persona. En este pa¨ªs naci¨®, creci¨® y pas¨® m¨¢s de la mitad de su corta vida. ¡°Siempre estuvo al tanto de lo que pasaba en Argentina, le¨ªa las noticias, preguntaba. Manten¨ªa una argentinidad permanente, nunca dej¨® de hablar en argentino, tomaba mucho mate, cantaba tangos muy desafinadamente seg¨²n dicen. Los cubanos siempre dicen que era muy argentino, due?o de una iron¨ªa muy filosa¡±, cuenta Pacho O¡¯Donnell, conocido historiador argentino, autor de una respetada biograf¨ªa del Che. La familia Guevara-Lynch acab¨® en C¨®rboba por consejo del padre de O¡¯Donnell, un reconocido pediatra de Buenos Aires que recomend¨® menos medicinas y m¨¢s clima seco.
El historiador recuerda adem¨¢s que el Che naci¨® y muri¨® argentino, porque poco antes de partir a su ¨²ltima aventura en Bolivia, donde lo mataron, renunci¨® a la nacionalidad cubana en una famosa carta a Fidel Castro que se expone en el museo: ¡°Hago formal renuncia de mis cargos en la direcci¨®n del partido, de mi puesto de ministro, de mi grado de comandante, de mi condici¨®n de cubano. Nada legal me ata a Cuba¡±. Y sin embargo, sus restos descansan en Santa Clara, en Cuba, y nadie en Argentina ha pensado en reclamarlos. Es un argentino inc¨®modo.
![El Che Guevara y su madre con el hermano peque?o Juan.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QC3YCJC5QCDWATJ7CD3JCGZ2UA.jpg?auth=02bebc3ac40666146a9f247f9b4a17fe70ae0a4c2bcdcd1f942619cc4b4641e3&width=414)
Argentina apenas recuerda a uno de sus ciudadanos m¨¢s universales, tal vez el m¨¢s famoso con Maradona y el papa Francisco. Adem¨¢s de la casa natal en Rosario, y la de Alta Gracia donde pas¨® su infancia y adolescencia, que se convirti¨® en museo en 2001, apenas hay calles dedicadas. En Alta Gracia, una zona de clase alta muy conservadora, solo una min¨²scula calle de dos manzanas se llama Che Guevara. No hay pr¨¢cticamente homenajes oficiales en ning¨²n lugar del pa¨ªs. El ¨²nico monumento, en su Rosario natal, se construy¨® por suscripci¨®n popular y algunos quieren tirarlo abajo. A las organizadoras del museo les cuesta mucho esfuerzo convencer a los colegios locales para que env¨ªen a sus alumnos a la casa del Che. Apenas se estudia en las escuelas su figura.
¡°Es un personaje pol¨¦mico. Algunos lo ven solo como un asesino. En el museo explicamos su figura como personaje hist¨®rico. Pero mucha de la gente que viene pregunta, ?Y qu¨¦ hizo el Che por Argentina? Ven que luch¨® en Cuba, en ?frica, en Bolivia, pero no ac¨¢¡±, cuenta Carolina Isola, una de las responsables del museo.
Ernesto Guevara, el ni?o asm¨¢tico que no era muy buen estudiante pero s¨ª le¨ªa de todo desde los cuatro a?os y hablaba varios idiomas, como era habitual en la clase alta argentina, no destacaba ni mucho menos por esa dureza que le hizo famoso y le llev¨® a matar sin piedad con su propio arma a cualquiera que fuera considerado un traidor. ¡°El Che no es violento por personalidad. Estudi¨¦ mucho su infancia para la biograf¨ªa. Era conciliador. La violencia aparece en Guatemala. Llega como un aventurero que pensaba en ser m¨¦dico en leprosarios. Pero ve c¨®mo derrocan a Jacobo Arbenz con apoyo de la CIA. Conoce a su primera mujer, Hilda Gadea, entra en contacto con el marxismo y conoce a los primeros castristas. Ah¨ª decide que solo se puede combatir al imperialismo con la violencia¡±, explica O¡¯Donnell.
¡°Siempre estuvo obsesionado por la pureza. Muri¨® y mat¨® por sus ideas. Pero fue cambiando. En ?frica y Bolivia ya no se encona con los desertores. Estaba condicionado para un destino tr¨¢gico. Por eso tiene todas las caracter¨ªsticas del mito. Por eso sus contempor¨¢neos, De Gaulle, Kennedy, Mao, est¨¢n en los libros o documentales, pero el Che est¨¢ en las calles, en las manifestaciones, en las protestas. La sociedad que lo mat¨® lo mantiene vivo¡±, remata.
![El interior de la Casa Museo del Che Guevara.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VATYUHUAF7IVA3RM7JBTHMWJCM.jpg?auth=240e606d523cb6ef6380eb864a2d33a41d08bb555204ac252852e3eacc230b89&width=414)
Lo m¨¢s parecido a la violencia que vivi¨® en su infancia fueron los juegos de guerra que hac¨ªan los Guevara en el jard¨ªn emulando la guerra civil espa?ola, que segu¨ªa toda la familia con pasi¨®n a favor del lado republicano porque uno de sus t¨ªos era corresponsal de un diario argentino en el conflicto. Despu¨¦s conocieron a varios exiliados republicanos que acabaron en las sierras de C¨®rdoba, incluido el maestro Manuel de Falla.
El Che sale pues de Argentina como un aventurero con una mochila y acaba siendo revolucionario. Ni siquiera fue un militante pol¨ªtico en la convulsa universidad de Buenos Aires donde estudi¨® medicina. Su amigo Alberto Granados, con el que hizo su primer gran viaje latinoamericano en la famosa moto, s¨ª estaba metido en pol¨ªtica y fue encarcelado, y le recriminaba siempre que no se implicara m¨¢s. Los restos de Guevara descansan en Cuba pero una parte de los de Granados s¨ª est¨¢n en Argentina, en la casa de Alta Gracia. Tambi¨¦n era de esta zona Calica Ferrer, un amigo de la infancia con el que hizo el segundo y ¨²ltimo viaje latinoamericano. Calica a¨²n vive y est¨¢ estos d¨ªas en Bolivia para acudir al gran homenaje organizado por Evo Morales. Desde all¨ª cuenta por tel¨¦fono que est¨¢ ¡°muy emocionado¡± por el aniversario.
En Argentina apenas hay una vigilia en la casa museo de Alta Gracia. La pol¨ªtica argentina siempre huy¨® del Che. Tanto es as¨ª que el museo lo visitaron en 2006 Fidel Castro y Hugo Ch¨¢vez, pero nunca N¨¦stor ni Cristina Kirchner. Y sin embargo ¨¦l siempre so?¨® con exportar la revoluci¨®n a su pa¨ªs. De hecho hubo un intento, protagonizado por el periodista argentino Jorge Masetti, muy cercano al Che, que dirigi¨® la agencia Prensa Latina. Intent¨® hacer base en Salta, en el noroeste argentino, el que descoloc¨® al Che por su pobreza en su primer viaje en una bicicleta con un peque?o motor acoplado. Masetti se hizo llamar comandante segundo a la espera de la llegada del Che. Pero todo el grupo fue eliminado por la Gendarmer¨ªa argentina, nunca se encontr¨® su cuerpo. La operaci¨®n en Bolivia tambi¨¦n fue un ¨²ltimo intento de acercar la revoluci¨®n a su tierra si triunfaba all¨ª su proyecto suicida. La muerte del argentino m¨¢s famoso fuera de su tierra le convirti¨® en una leyenda. Pero mucho m¨¢s fuera que dentro su propio pa¨ªs.
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