Bruselas rebaja la ambici¨®n de su plan para que la banca comparta riesgos
La Comisi¨®n Europea presenta este mi¨¦rcoles una versi¨®n descafeinada de la uni¨®n bancaria ante la presi¨®n alemana
Superado con alivio el triple envite populista del superciclo electoral europeo, Bruselas se sacude la par¨¢lisis para retornar a las propuestas. En medio de un contexto propicio, con el crecimiento recuperando el vigor y el Brexit como catalizador de una mayor integraci¨®n, la Comisi¨®n presentar¨¢ este mi¨¦rcoles su en¨¦simo intento de impulsar la uni¨®n bancaria entre los pa¨ªses del euro. Y lo har¨¢ rebajando el nivel de ambici¨®n para acomodarse a las tesis alemanas.
Cuatro a?os despu¨¦s del inicio de la uni¨®n bancaria, la ¨²ltima pata, el fondo de garant¨ªa com¨²n ¡ªque asegurar¨ªa los dep¨®sitos de hasta 100.000 euros¡ª, permanece atascada en la sempiterna negativa germana a la mutualizaci¨®n de riesgos. La ¨²ltima propuesta de Bruselas, a la que ha tenido acceso EL PA?S, modifica el calendario inicial para hacerlo m¨¢s digerible a Berl¨ªn: contempla avanzar hacia el fondo de forma gradual previa reducci¨®n de los riesgos en las entidades financieras, y elimina el horizonte temporal de 2024, que hasta ahora manejaba como objetivo para la mutualizaci¨®n completa.
El cambio, que ser¨¢ presentado este mi¨¦rcoles, supone un retroceso respecto a las ¨²ltimas propuestas. La Comisi¨®n plantea una primera fase en la que si un banco quiebra, el fondo de garant¨ªa nacional es el que reembolsa a los ahorradores, y solo en caso de que se agote, la cantidad puede completarse con dinero europeo mediante un cr¨¦dito que los Estados miembros deber¨¢n devolver, por lo que no se absorber¨ªan p¨¦rdidas.
La segunda etapa, donde el fondo com¨²n europeo puede intervenir antes de que se agote el sistema nacional e ir¨ªa asumiendo progresivamente un mayor porcentaje de p¨¦rdidas, tambi¨¦n sufre modificaciones: su puesta en marcha se aplaza hasta que todos los bancos de la UE superen el examen de las autoridades europeas para garantizar que est¨¢n saneados. ¡°Es una propuesta decepcionante y malas noticias para la uni¨®n bancaria. Supone una vuelta atr¨¢s significativa en la posici¨®n de la Comisi¨®n sobre la mutualizaci¨®n de riesgos¡±, resume Nicolas Veron, del think tank Bruegel.
Mientras tanto, como quer¨ªa Alemania, ser¨¢n los Estados miembros quienes paguen los desperfectos en su sistema financiero. El fondo de garant¨ªa pretende ser una suerte de seguro anticrisis financiado con aportaciones de los propios bancos que debe actuar como cortafuegos tan pronto como asome el pr¨®ximo p¨¢nico financiero. Sin embargo, Berl¨ªn insiste en negarse a aprobar que los clientes disfruten de las mismas garant¨ªas en una entidad griega o italiana que en una alemana arguyendo el temor a que sus ahorradores acaben pagando los excesos de entidades for¨¢neas, m¨¢s a¨²n con las entidades italianas en el candelero por el elevado volumen de cr¨¦ditos morosos en sus cuentas.
Bruselas tambi¨¦n quiere acabar con la estrecha interdependencia entre Estados y bancos sacando al mercado t¨ªtulos de paquetes de deuda soberana. La Comisi¨®n percibe como un riesgo la elevada exposici¨®n de las entidades a la deuda p¨²blica de sus pa¨ªses de origen. Y pretende romper el c¨ªrculo vicioso iniciado con la Gran Recesi¨®n: bancos insolventes a los que los Estados deben rescatar, lo que agrava la situaci¨®n de las haciendas p¨²blicas provocando as¨ª la devaluaci¨®n de la deuda soberana y penalizando los balances de las entidades.
Adem¨¢s, Bruselas propone poner a las grandes firmas de inversi¨®n bajo la lupa del Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n. La Comisi¨®n quiere igualar el terreno de juego con la banca tradicional dado que si bien las compa?¨ªas de inversi¨®n representan un riesgo similar para la estabilidad financiera, por ahora eluden la vigilancia gracias a sus complejas estructuras.
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