La ultraderecha austriaca influye en otros partidos y aspira a entrar en el Gobierno

La ultraderecha austriaca toca a la puerta del Gobierno. El a?o pasado demostr¨® su fuerza al perder por poco la presidencia del pa¨ªs y mantuvo intacta la aspiraci¨®n de dirigir un futuro Ejecutivo. Esa perspectiva se ha enfriado de cara a las legislativas de este domingo, pero el FP? ya se puede apuntar un triunfo: ha situado su dec¨¢logo antimigratorio en el centro del debate y ha forzado un giro a la derecha de sus oponentes. Con este escenario, acaricia la entrada en el Ejecutivo e incluso la posibilidad de decidir al pr¨®ximo canciller.

La crisis de los refugiados que arranc¨® en 2015 ha permitido a los populistas de Heinz-Christian Strache (48 a?os) desplegar con toda su fuerza la doctrina de ¡°los austriacos primero¡± y las diatribas contra la supuesta ¡°islamizaci¨®n de Austria¡±. Azuzando los miedos de la poblaci¨®n ante la llegada de casi 150.000 migrantes en tres a?os, el FP? ha colocado su programa antimigratorio en la agenda de los principales partidos y los ha empujado hacia posiciones m¨¢s duras. Vallas en la frontera con Eslovenia, planes para cerrar el paso desde Italia y topes anuales de personas acogidas son algunas de las medidas que ha aprobado el Ejecutivo formado por socialdem¨®cratas (SP?) y conservadores (?VP) para intentar frenar la ola populista.

Con este viraje hacia su terreno, el FP? ve¨ªa en el adelanto de las elecciones ¡ªtras romperse en mayo la alianza de Gobierno¡ª la hora de alcanzar por primera vez la canciller¨ªa. El ascenso fulgurante del candidato conservador, el ministro de Exteriores, Sebastian Kurz, le corta el paso de momento, seg¨²n los sondeos, pero la tercera (o segunda) plaza coloca a la ultraderecha en posici¨®n de ser socio de Gobierno.

El aspirante conservador (31 a?os) mantiene los postulados tradicionales del ?VP, pero ¡°ha puesto nuevos acentos al asumir posiciones del FP?¡±, se?ala Anton Pelinka, polit¨®logo de la Universidad Central Europea de Budapest (Hungr¨ªa). Strache y los suyos asisten entre satisfechos y resignados a la apropiaci¨®n de sus temas estrella. ¡°Kurz se va a convertir en mi fan¡±, ha dicho el l¨ªder radical ante el empuje de su contrincante, que pesca en su caladero de votos con un programa duro contra la migraci¨®n ilegal.

Mientras los socialdem¨®cratas del canciller Christian Kern han asumido con titubeos una l¨ªnea m¨¢s restrictiva, Kurz ha desinflado la vela mayor del FP? sin mudar de piel. ¡°En el tema del asilo, se posicion¨® estrat¨¦gicamente muy pronto¡±, constata Laurenz Ennser-Jedenastik, polit¨®logo de la Universidad de Viena. Hace tiempo que el ministro de Exteriores tilda de ¡°fallida¡± la pol¨ªtica de puertas abiertas de la canciller alemana, Angela Merkel, y presume de haber orquestado el cierre a los refugiados de la ruta de los Balcanes. Las diferencias con el FP? en este campo son cada vez menores. Strache quiere un cierre total de fronteras y que los refugiados solo reciban ayuda material; Kurz prev¨¦ recortes sustanciales ¡°para cortar la migraci¨®n hacia el sistema social¡± y cerrar la ruta el Mediterr¨¢neo con campos de refugiados en ?frica; el primero ve todos los peligros en el islam, el segundo reclama controles estrictos de las mezquitas.

Strache critica que Kurz ¡°se adorna con plumas ajenas¡±, pero lo hace con la boca peque?a. ¡°Si hablamos de los contenidos que ha logrado colocar y de sus opciones de cogobernar, el FP? puede ser el gran vencedor de estas elecciones¡±, afirma Ennser-Jedenastik.

Las grietas entre socialdem¨®cratas y democristianos son profundas tras una d¨¦cada de coalici¨®n y aunque nada es seguro en el carrusel de los pactos postelectorales ¡ªel ?VP ronda el 33%, y el FP? y los socialistas pelean por el segundo puesto en torno al 25%¡ª, Strache est¨¢ en una posici¨®n estrat¨¦gica para salir de la oposici¨®n e incluso decidir qui¨¦n ser¨¢ canciller si los votos le acompa?an. Kurz no descarta coaligarse con ¨¦l y los medios austriacos apuntan a esa alianza como la m¨¢s probable. El canciller Kern afirma estar ¡°a a?os luz¡± de los radicales, pero el SP? gobierna con ellos en el Estado de Burgenland. Y los conservadores, en Alta Austria. Las barreras contra los extremistas ya han ca¨ªdo.

Consciente de la perspectiva que se abre ante ¨¦l, Strache se ha enfundado el traje de hombre de Estado y ha moderado su discurso. ¡°Sabe que despu¨¦s de las elecciones habr¨¢ que cooperar. Lo importante para el FP? no es ganar, sino posicionarse de cara a una coalici¨®n, ofrecerse para decidir al canciller, y mejorar su imagen a nivel externo¡±, explica el polit¨®logo de la Universidad de Viena. Una imagen que regresa al pasado nazi cada vez que el FP? expulsa a alg¨²n miembro por excesos antisemitas. Casos que no dejan de resurgir; el ¨²ltimo hace solo unos d¨ªas, cuando un dirigente local hizo el saludo nazi en p¨²blico.

Pero nada de eso era importante en el mitin de cierre de campa?a del FP? en una plaza de Viena. Sus fieles a¨²n creen posible una victoria el domingo. "Yo pienso que puede conseguirlo, se lo merece. Mirar¨¢ por los austriacos e intentar¨¢ echar a los ilegales", confiaba Elfi B., jubilada de 66 a?os. No lo ve tan f¨¢cil Sebastian S., de 29 a?os, que cree que la ultraderecha debe tener una oportunidad de demostrar si es capaz de cumplir sus promesas. "Para m¨ª, la primera es que me baje los impuestos", a?ade.