El islamista m¨¢s popular de Marruecos se niega a desaparecer
Abdelil¨¢ Benkir¨¢n lucha por seguir al mando del Partido Justicia y Desarrollo, aunque fue depuesto por el rey de la jefatura de Gobierno
La estrella del pol¨ªtico con mayor carisma de Marruecos, el ¨²nico capaz de convocar a 20.000 personas en un mitin, parec¨ªa haberse apagado en marzo. Ese mes, el rey Mohamed VI destituy¨® al islamista Abdelil¨¢ Benkir¨¢n como jefe del Gobierno en funciones y nombr¨® en su lugar a Saaded¨ªn el Otmani, otro islamista del Partido Justicia y Desarrollo. Tras su cese, Benkir¨¢n no pronunci¨® jam¨¢s ninguna cr¨ªtica hacia el monarca. Entreg¨® su acta de diputado, declar¨® que no renovar¨ªa su mandato como secretario general del partido y atenu¨® en gran medida sus comparecencias en p¨²blico. El discreto El Otmani acept¨® formar un Gobierno de coalici¨®n con otros cinco partidos -exigencia que Benkir¨¢n hab¨ªa rechazado durante medio a?o, tras ganar las elecciones- y la figura de Benkir¨¢n pareci¨® diluirse en el olvido. Pero se trataba solo de un espejismo.
En realidad, Benkir¨¢n nunca perdi¨® el contacto con las bases del partido. Y ahora, la principal formaci¨®n islamista del pa¨ªs debe decidir si quiere que Benkir¨¢n siga al frente de ella, para lo cual es necesario una reforma de los estatutos internos. En este pulso interno del PJD Benkir¨¢n cuenta con las juventudes de partido, muy activos en las redes sociales, y con muchos miembros de la direcci¨®n. En su contra tiene al actual jefe de Gobierno, Saaded¨ªn el Otmani, y a los cinco ministros islamistas que integran el Gobierno de coalici¨®n junto a otros cinco partidos.
Esos cinco titulares de carteras acudieron el domingo 15 de octubre a la reuni¨®n de la comisi¨®n de r¨¦gimen interno del PJD que deb¨ªa decidir sobre la posible reforma del reglamento. Los ministros no ten¨ªan voto en esa comisi¨®n, aunque s¨ª voz. Y se expresaron en contra de que Benkir¨¢n contin¨²e al mando del partido. Esgrimieron, entre otras razones, que la permanencia de Benkir¨¢n a la cabeza del PJD env¨ªa un mensaje de confrontaci¨®n hacia el Estado y el Palacio Real.
El debate, al que asistieron 60 personas de las cuales intervinieron 50, tuvo momentos muy ¨¢lgidos. Finalmente, los partidarios de Benkir¨¢n ganaron por 22 votos contra 10. D¨ªas despu¨¦s, el ministro islamista de Derechos Humanos, Mustaf¨¢ Ramid, un peso pesado del partido que no oculta sus opiniones hom¨®fobas, public¨® una larga entrada en su p¨¢gina Facebook en donde acusaba a Benkir¨¢n de egocentrismo, de monopolizar la toma de decisiones y de criticar el trabajo de otros dirigentes.
Benkir¨¢n es para muchos militantes islamistas una v¨ªctima del poder asociado al Palacio Real
Ahora, un congreso nacional del PJD, que se celebrar¨¢ entre el 9 y el 10 de diciembre, deber¨¢ confirmar la propuesta de reformar los estatutos para permitir que Benkir¨¢n opte a un tercer mandato en el partido. Algunos analistas consideran que el PJD se enfrenta al periodo m¨¢s dif¨ªcil de su existencia y que puede quedar letalmente fracturado. Otros creen, simplemente, que Benkir¨¢n arrasar¨¢. El anterior jefe de Gobierno es para muchos militantes la gran v¨ªctima del tahakoum [un concepto del ¨¢rabe marroqu¨ª que designa a un poder paralelo en la sombra, un poder que no emana de las urnas]. Benkir¨¢n hab¨ªa denunciado la existencia del tahakoum durante la campa?a con la que gan¨® las elecciones legislativas de hace un a?o. En realidad, cada vez que mencionaba la palabra tahakoum estaba apuntando hacia el Palacio Real.
Abdelali Hamedine, miembro del secretariado general del PJD, cree que son varias las razones que impulsan a los militantes ¡°y al pueblo¡± a apoyar a Benkir¨¢n. ¡°Son los propios militantes los que han conseguido que Benkir¨¢n cambie de opini¨®n y decida seguir al frente del PJD. La gente lo ve como la voz del pueblo, el hombre que se neg¨® a pactar con partidos que apenas hab¨ªan sido votados. Adem¨¢s, el Gobierno de coalici¨®n ha cometido errores muy importantes respecto a las protestas de Alhucemas, ha salido debilitado de esa crisis. Y eso ha hecho que Marruecos necesite un personaje como Benkir¨¢n¡±.
Hamedine cree que si Benkir¨¢n contin¨²a al frente del partido ser¨¢ el primer defensor del Gobierno. ¡°Benkir¨¢n puede darle estabilidad al pa¨ªs y a la monarqu¨ªa, porque ¨¦l siempre ha sido leal al rey. ?l consigui¨® que mucha gente se interesase en la pol¨ªtica y siguiera los debates del Congreso por televisi¨®n. Si se transforma en un electr¨®n libre eso no ser¨¢ bueno ni para el Gobierno, ni para el pa¨ªs. Hay gente que podr¨ªa caer en el extremismo¡±.
Desde fuera del PJD, no todo el mundo cree en las divisiones internas de los islamistas. David Goeury, polit¨®logo franc¨¦s residente en Marruecos y asociado al centro de an¨¢lisis marroqu¨ª Tafra, cree que Benkir¨¢n trata de convertirse en jefe de la oposici¨®n aunque su partido presida el Gobierno. ¡°Es una estrategia que el PJD tiene muy clara y se demostr¨® el mismo d¨ªa en que ganaron las legislativas, el 7 de octubre de 2016. Horas antes de que se conocieran los resultados oficiales que le dieron finalmente como vencedor, Benkir¨¢n ya hizo grav¨ªsimas acusaciones contra el entonces ministro del Interior [Mohamed Hassad, quien hab¨ªa sido propuesto en el cargo por el rey Mohamed VI]. Benkir¨¢n alert¨® sobre una posible manipulaci¨®n del resultado de las elecciones por parte del ministro del Interior. Y tanto el primer ministro actual del PJD, Saaded¨ªn el Otmani, como los cinco ministros del PJD que est¨¢n ahora en el Gobierno, estaban junto a Benkir¨¢n cuando hizo esas grav¨ªsimas acusaciones contra el ministro del Interior¡±.
Goeury afirma todos los dirigentes del PJD est¨¢n unidos respecto a la estrategia a seguir en el largo plazo, desde Benkir¨¢n a Otmani, pasando por los cinco ministros islamistas. ¡°Todos ellos¡±, concluye Goeury, ¡°vienen a decir: ¡®Nosotros hemos ganado las elecciones y estamos obligados a gobernar junto a otros cinco partidos. Pero, en realidad, somos la ¨²nica oposici¨®n que existe en este pa¨ªs respecto al Majkz¨¦n [el poder del Palacio Real]".
A partir de ahora, la pelota est¨¢ en el tejado del PJD y de Abdelil¨¢ Benkir¨¢n.
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