Bernard Tapie, el magnate de las mil batallas
El pol¨¦mico empresario, exministro y due?o del Olympique de Marsella se retira de la vida p¨²blica
Lo primero que hizo Bernard Tapie tras anunciar que padece un c¨¢ncer de est¨®mago con met¨¢stasis en el es¨®fago fue lanzar una advertencia a los periodistas: ¡°No es momento todav¨ªa de escribir mi necrol¨®gica¡±, brome¨® el empresario franc¨¦s. Pero lo hizo con una risa contenida. Porque este Berlusconi galo, ese chaval de un barrio humilde de Par¨ªs que fue cantante, piloto de carreras y vendedor antes de consolidarse como millonario empresario, due?o de un club de f¨²tbol y de un diario, este hombre que entr¨® en pol¨ªtica de la mano de Fran?ois Mitterrand, este hombre de sonrisa desafiante que lo ha llegado a tener todo, que ha perdido mucho y que tambi¨¦n se ha enfrentado a lo largo de sus 74 a?os a todo y a todos, incluso al Estado, afronta ahora una batalla contra su propio cuerpo cuyo final es imprevisible. Pero en el guion de la extraordinaria vida de Bernard Tapie, Nanard, la palabra rendirse no est¨¢ escrita en ning¨²n sitio. Y no parece que vaya a empezar a hacerlo ahora. ¡°Voy a luchar como lo he hecho siempre¡±, prometi¨® antes de desaparecer del foco p¨²blico para concentrarse en el mayor combate de su vida.
Su respuesta a este nuevo desaf¨ªo no ha sorprendido a quienes lo conocen. En 1998 presenciaron otra de estas reacciones cl¨¢sicas de Tapie. El hombre que para entonces ya era un empresario de ¨¦xito, un pol¨ªtico apadrinado por el socialista Mitterrand antes de caer en desgracia y pasar incluso seis meses en prisi¨®n por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, se puso una gorra de ch¨®fer y se sent¨® al volante de una limusina para rodar un v¨ªdeo del rapero Doc Gyneco, con el que cant¨® a medias el tema C¡¯est beau la vie. ¡°Nunca olvides de d¨®nde vienes / la calle es mi terreno y cada uno es responsable de sus peleas¡±, canturreaba Tapie con una sonrisa ir¨®nica. Porque de peleas, Tapie sabe un rato.
Este hombre de boca grande ¡ªcon la que puede re¨ªr a mand¨ªbula batiente, pero que tambi¨¦n sabe convertir, como pocos, en un rictus desafiante¡ª naci¨® en 1943 en el popular distrito 20 de Par¨ªs, hijo de un humilde tornero fresador. ¡°Ten¨ªa 17 a?os cuando vi por primera vez un cuarto de ba?o¡±, ha confesado. Pronto decidi¨® que su objetivo era mucho m¨¢s ambicioso que el de lograr una vivienda protegida como so?aban sus padres. No, lo que ¨¦l quer¨ªa, y acabar¨ªa consiguiendo, era hacerse con uno de los palacetes donde vive la clase alta parisiense tan ajena a las estrecheces, econ¨®micas y habitacionales, de otros barrios capitalinos como en el que creci¨®.
Lo intent¨® con la canci¨®n, a mediados de los sesenta, como Bernard Tapy. Pero su ¨¦xito, pese a su buena planta ¡ªllegar¨ªa a ser nominado, en los ochenta, como el hombre m¨¢s seductor despu¨¦s de Alain Delon¡ª, fue tan comedido como el que hab¨ªa cosechado poco antes como piloto de f¨®rmula 3. No se arredr¨®. De vendedor de televisores acab¨®, a finales de los a?os noventa, clasificado como una de las 20 mayores fortunas de Francia y con una popularidad por las nubes despu¨¦s de haber creado un equipo de ciclismo, La Vie Claire, que se hizo con un Tour, y de retomar el deca¨ªdo Olympique de Marsella para devolverle la gloria, Champions League incluida, a uno de los principales equipos de f¨²tbol de Francia.
El 'caso Tapie', sobre la venta de Adidas, salpic¨® a Sarkozy y a la entonces ministra Christine Lagarde
Una influencia que tambi¨¦n extendi¨® a la pol¨ªtica, terreno en el que fue diputado de izquierdas y hasta ministro bajo la protecci¨®n del socialista Mitterrand.
Pero ¡ª?ay!¡ª ambici¨®n, negocios y pol¨ªtica son un c¨®ctel explosivo que tambi¨¦n acab¨® cost¨¢ndole muy caro al hasta entonces imparable Tapie. En 1991, Nanard decidi¨® hacerse con Adidas. La otrora empresa alemana de ropa deportiva puntera, que estaba al borde de la bancarrota, era un negocio redondo una vez deslocalizada su producci¨®n a Asia. Y lo fue. Pero entonces Mitterrand volvi¨® a llamarlo y le propuso ser ministro.
La condici¨®n era deshacerse de sus acciones de la marca alemana para evitar conflictos de intereses. Tapie acept¨® y dej¨® la transacci¨®n en manos del banco semip¨²blico Cr¨¦dit Lyonnais. Comenz¨® ah¨ª un conflicto judicial ¡ªno ha sido el ¨²nico¡ª que ha diezmado su fortuna y que se convirti¨® adem¨¢s en uno de los mayores esc¨¢ndalos pol¨ªtico-econ¨®micos de la historia reciente de Francia, uno que ha manchado a Sarkozy y a su entonces ministra de Econom¨ªa y hoy jefa del FMI, Christine Lagarde.
El banco cerr¨® la venta de Adidas por 318 millones de euros. Pero dos a?os despu¨¦s, Tapie interpuso una multimillonaria demanda contra la entidad, a la que acusaba de haberle ocultado las plusval¨ªas que gener¨® la venta. La batalla judicial continu¨® hasta que, en 2007, Tapie logr¨® que el Gobierno de Sarkozy, al que hab¨ªa apoyado p¨²blicamente durante la campa?a que le enfrent¨® a la candidata socialista S¨¦gol¨¨ne Royal, aceptara que el caso pasara a un tribunal de arbitraje privado. Lagarde acab¨® dando el visto bueno a una indemnizaci¨®n p¨²blica de 403 millones de euros para Tapie a pesar de que le hab¨ªan recomendado que no aprobara ese arbitraje. El a?o pasado, la hoy jefa del FMI fue declarada culpable de negligencia. En junio de este a?o, la corte de casaci¨®n conden¨® a Tapie a reembolsar la millonaria indemnizaci¨®n que recibi¨® en la era Sarkozy.
¡°Voy a luchar como he hecho siempre¡±, prometi¨® tras anunciar que padece c¨¢ncer de est¨®mago
Mientras intentaba negociar los t¨¦rminos de la devoluci¨®n, le lleg¨® el diagn¨®stico del c¨¢ncer de est¨®mago, que anunci¨® p¨²blicamente a finales de septiembre su segunda esposa, Dominique, con la que lleva casado m¨¢s de 40 a?os y ha tenido dos de sus cuatro hijos.
Este verano, un Tapie que ya sab¨ªa, aunque no lo hab¨ªa revelado, su grave estado, aseguraba a Le Monde no lamentar ninguna de las batallas que han marcado su vida. ¡°Cuando has batido el r¨¦cord [de traves¨ªa en barco] del Atl¨¢ntico, cuando has ganado el Tour, la Champions, cuando has sido ministro, cantante, actor¡ ?Qu¨¦ no he hecho yo? En mi lugar, nadie podr¨ªa decir que no ha sido mimado por la vida¡±.
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