Colombia firma un acuerdo con la ONU con la esperanza de consolidar la paz en el campo

Las regiones en Colombia se siguen desangrando por culpa de los cultivos il¨ªcitos. Solo en el Catatumbo (Norte de Santander) de 2015 a 2016 la extensi¨®n pas¨® de 11.527 a 24.831 hect¨¢reas. El pa¨ªs sigue siendo el mayor productor de coca del mundo. El a?o pasado, las superficies cultivadas aumentaron un 52%, hasta 146.000 hect¨¢reas. Todos saben que buena parte de las econom¨ªas regionales dependen de la coca y que los campesinos est¨¢n en medio de la violencia, sin saber qu¨¦ hacer, entre las labores de limpieza de las zonas y con la incertidumbre de si funcionar¨¢n los programas de sustituci¨®n voluntaria. Por eso, el acuerdo firmado este viernes entre Colombia y la ONU aparece como un b¨¢lsamo para la dif¨ªcil situaci¨®n que se vive en los 118 municipios que tienen estos cultivos en sus tierras.

¡°Este acuerdo es una oportunidad ¨²nica para cambiar la tendencia contra los cultivos de coca en Colombia y ayudar a los agricultores a adoptar un desarrollo alternativo", asegur¨® en Viena el director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Yury Fedotov. Ser¨¢n invertidos 315 millones de d¨®lares (unos 270 millones de euros) en erradicaci¨®n, pero tambi¨¦n en el desarrollo de cosechas alternativas, uno de los puntos que m¨¢s reclaman los campesinos tras la firma del acuerdo de paz con las FARC.

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La iniciativa, que tendr¨¢ una vigencia de cuatro a?os, fue suscrita del lado colombiano por el Alto consejero para el posconflicto, Rafael Pardo y la directora de la Agencia para la Renovaci¨®n del Territorio de Colombia, Mariana Escobar Arango. ¡°Es mucho m¨¢s que un programa para erradicar cultivos, se trata de monitorear, de renovar el territorio, de entrar tambi¨¦n en el tema de titulaci¨®n de tierras¡±, ha dicho Pardo. El funcionario explica que el plan de sustituci¨®n se concentrar¨¢ en el cacao y el caf¨¦, en 170 de los pueblos m¨¢s afectados por el conflicto y que al menos 120.000 familias ser¨¢n beneficiadas con la labor en al menos 50.000 hect¨¢reas. "Estamos trabajando con optimismo y esperanza en la construcci¨®n de oportunidades y justicia social", reiter¨® el alto consejero para el posconflicto.

Los habitantes de los pueblos cocaleros sufren las amenazas de disidentes armados que siguen cultivando y protestan por las promesas gubernamentales que siguen sin cumplirse. El Estado ha reconocido que la reducci¨®n de las ¨¢reas de cultivo de coca no es una tarea f¨¢cil en t¨¦rminos log¨ªsticos y tampoco lo es porque se trata de reducir los ingresos de grupos armados. ¡°Este acuerdo permite ver una estabilidad al programa de sustituci¨®n por cuatro a?os, consolida lo establecido en el acuerdo de paz con las FARC. Debe ser un alivio para las regiones¡±, afirm¨® Pardo.

La UNODC apoya programas de desarrollo alternativo en Afganist¨¢n, Bolivia, Laos, Myanmar, Per¨² y Colombia. En este ¨²ltimo, el 65% del trabajo est¨¢ relacionado con esta estrategia con comunidades locales para que abandonen voluntariamente el cultivo de coca que durante m¨¢s de cinco d¨¦cadas fue una de las principales fuentes de financiaci¨®n del conflicto armado en Colombia. El m¨¢s reciente estudio sobre territorios afectados en el pa¨ªs adelantado por UNODC encontr¨® que actualmente existen 146.000 hect¨¢reas con cultivos il¨ªcitos.