Un gesto saud¨ª para dejar atr¨¢s la involuci¨®n religiosa

"Estamos volviendo a lo que sol¨ªamos ser, para moderar el islam, abierto al mundo y a todas las religiones, no perderemos 30 a?os de nuestras vidas lidiando con ninguna idea extremista. Vamos a erradicar el extremismo ". Estas palabras fueron dichas por el joven Mohammed Bin Salm¨¢n, pr¨ªncipe heredero y actual hombre fuerte de Arabia Saud¨ª, hace un par de semanas en el marco de una conferencia en Riad ante inversores internacionales y periodistas extranjeros.

Estas palabras son un buen punto de partida para entender todo lo que est¨¢ aconteciendo en los ¨²ltimos d¨ªas en el Reino wahab¨ª. En concreto hay dos aspectos interesantes.

El primero es el contexto en el que se enmarcan estas palabras, un evento denominado Future investment iniciative (Iniciativa de Inversi¨®n Futura), donde el propio pr¨ªncipe heredero de 32 a?os habl¨®, con un estilo m¨¢s propio de un CEO de una empresa occidental, de los planes de apertura econ¨®mica y anunci¨® el desarrollo de algunos proyectos millonarios, que implican, entre otras cuestiones, una mayor apertura del reino en t¨¦rminos econ¨®micos.

Y en segundo lugar el mensaje, toda una declaraci¨®n de intenciones y un aviso a navegantes. Y es que todos los ¨²ltimos movimientos parecen seguir una clara direcci¨®n, alejarse de la tradicional involuci¨®n religiosa y acercarse en este aspecto a la situaci¨®n de las otras monarqu¨ªas del Golfo, mucho m¨¢s abiertas y tolerantes. En esta l¨ªnea se pueden leer los movimientos de los ¨²ltimos meses restando poder a la Mutawa, la polic¨ªa religiosa, ya casi desaparecida de las calles o las conocidas concesiones a las mujeres.

Las detenciones de 11 pr¨ªncipes, 4 ministros y 10 exministros este fin de semana solo pueden entenderse en este contexto. Un mensaje claro de liderazgo y de golpe de fuerza que en el contexto ¨¢rabe se lee muy claro. Una clara determinaci¨®n a la continuaci¨®n de su programa de reformas, que englobadas bajo la Vision 2030 pretenden transformar el modelo econ¨®mico de una sociedad tradicionalmente subsidiada y dependiente de las rentas petroleras, y que est¨¢n generando evidentes tensiones sociales por la rapidez y determinaci¨®n de su implementaci¨®n.

Las detenciones se han producido bajo la acusaci¨®n gen¨¦rica de corrupci¨®n, a la saz¨®n una de las mayores preocupaciones de la poblaci¨®n en un contexto de recorte de subsidios, aumento de precios y de impuestos, y en concreto por soborno, malversaci¨®n, lavado de dinero y abuso de poder.

Sin duda se trata de un movimiento arriesgado, que probablemente cuente con el apoyo de la parte m¨¢s joven de la poblaci¨®n en un pa¨ªs donde el 70% de los ciudadanos son menores de 30 a?os, pero tradicionalmente dirigido por una gerontocracia. Con lo cual es de esperar que las tensiones de poder se acent¨²en, m¨¢xime cuando los detenidos representan una poderosa parte del establishment saud¨ª cuentan con recursos casi ilimitados y algunos de ellos con una gran legitimidad tanto social como dentro de la familia Saud.

Las claves por tanto son la toma clara de control de cualquier disidencia, un gui?o a la juventud en contra de la corrupci¨®n, y un intento de toma de control del sector de la familia real que a¨²n no se hab¨ªa adherido al nuevo orden.

Sin embargo, los riesgos son evidentes, en una regi¨®n extraordinariamente compleja, con m¨¢s diversidad de lo que se percibe, con dos conflictos abiertos, Yemen y Qatar, y bajo la intimidatoria mirada de Ir¨¢n, hace asegurar que los siguientes meses pueden suceder a¨²n muchos nuevos e interesantes movimientos.

Gonzalo Rodr¨ªguez Mar¨ªn es coordinador general del?Centro Hispano-Saud¨ª de econom¨ªa y finanzas isl¨¢micas en el IE Business School.