Muere Tot¨° Riina, el ¡®capo de capos¡¯ de la mafia siciliana

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Yo soy Salvatore Riina de Corleone... Tot¨° Riina

La justicia italiana abre la v¨ªa a la excarcelaci¨®n del capo Tot¨° Riina

Tot¨° Riina, su vida en im¨¢genes

A las 3.37 del viernes, recluido en el m¨®dulo de presos del ala penitenciaria del hospital de Parma, Salvatore Tot¨° Riina, el gran jefe de la Cosa Nostra siciliana y el padrino m¨¢s sanguinario de la historia, dej¨® de sonre¨ªr y se llev¨® a la tumba todos los secretos de una carrera criminal tan extensa que permitir¨ªa contar la historia reciente de Italia a trav¨¦s de sus cad¨¢veres. El ¨²ltimo capo dei capi, 87 a?os cumplidos algunas horas antes, condenado a 26 cadenas perpetuas y sospechoso de haber matado a m¨¢s de 150 personas ¡ª40 de ellos con sus propias manos¡ª, muri¨® a causa de un c¨¢ncer que le manten¨ªa postrado en una cama desde hac¨ªa meses. Su vida caus¨® tanto dolor, que los tribunales no le permitieron consumir su ¨²ltimo aliento en Corleone, como siempre hab¨ªa so?ado.

La historia de Tot¨° Riina, un metro y 58 cent¨ªmetros de altura, pero capaz de declarar una guerra al Estado y poner de rodillas a todo un pa¨ªs, estuvo siempre rodeada de muerte. Hijo de una familia humilde de campesinos, perdi¨® a su padre y a su hermano con 13 a?os cuando intentaban extraer la p¨®lvora de una bomba de la Segunda Guerra Mundial que no hab¨ªa explotado. Aquella detonaci¨®n ti?¨® de sangre la infancia de Salvatore y le convirti¨® en el cabeza de familia a los 13 a?os. Con el tiempo, y varias decenas de cad¨¢veres m¨¢s, terminar¨ªa si¨¦ndolo tambi¨¦n de la familia corleonesa, la dinast¨ªa que alcanzar¨ªa el poder absoluto en la Cosa Nostra y a la que tambi¨¦n pertenecieron otros asesinos como Bernardo Provenzano.

Riina y su organizaci¨®n fueron una anomal¨ªa en el la historia de la Cosa Nostra. Leoluca Bagarella, Giuseppe Madonia... Comandaron a un grupo de hombres sin linaje en la aristocracia mafiosa. Pastores y campesinos que pr¨¢cticamente no sab¨ªan leer tomaron el control de la organizaci¨®n y borraron del mapa a la anterior c¨²pula desatando una tormenta de sangre nunca vista. Solo entre la primavera de 1981 y el oto?o de 1983, murieron o desparecieron 1.700 rivales. ¡°Fue un exterminio ¨¦tnico, suprimieron de la faz de la tierra a la aristocracia mafiosa. Y luego fueron a por el Estado: funcionarios, polic¨ªas, militares, magistrados... quer¨ªan mandar en la pol¨ªtica, conquistar Italia. Ese fue su error¡±, recuerda el periodista Attilio Bolzoni. El obejtivo nunca fue el dinero, era el poder. El territorio.

Pocos rostros representan en el imaginario colectivo y de forma tan n¨ªtida la encarnaci¨®n del mal en Italia. Una vez tomado el control, la bestia ¡ªcomo tambi¨¦n se le conoc¨ªa¡ª inici¨® su desaf¨ªo al Estado en 1982 ordenando asesinar al general Carlo Alberto Dalla Chiesa, destinado en Sicilia para plantarle cara. Fue el primer aviso. Lo mat¨® seis meses despu¨¦s de llegar a Palermo, junto a su esposa y a uno de sus guardaespaldas. La escalada culmin¨® en 1992 con los asesinatos de Giovanni Falcone y de Paolo Borsellino, los magistrados que hab¨ªan dedicado los ¨²ltimos a?os de su vida a juzgar a 300 mafiosos en el famoso maxiproceso iniciado en 1986. Nadie deb¨ªa inmiscuirse en los asuntos de la mafia. Y menos en Sicilia.

Tras los atentados, Riina crey¨® que el Estado negociar¨ªa y escribi¨® el famoso Papello, 12 condiciones para certificar el alto el fuego en el que figuraban premisas tan surrealistas como la eliminaci¨®n de las tasas en la gasolina en Sicilia. Pero los asesinatos de Falcone y Borsellino, que provocaron una herida imposible de cicatrizar en Italia, fueron tambi¨¦n el fin de su carrera criminal. En enero de 1993, seis meses despu¨¦s del atentado contra Borsellino, fue capturado en el centro de Palermo a bordo de un autom¨®vil cuando estaba parado en un sem¨¢foro. Iba desarmado y llevaba documentaci¨®n falsa. Cuando le dieron el alto, intent¨® escurrir el bulto: ¡°Se equivocan de hombre¡±.

La Mafia y el Estado

Riina fue tambi¨¦n el responsable de atentados con bomba en Roma, Mil¨¢n y Florencia, en los que murieron 10 personas. Siempre mantuvo en las sombras su posible colaboraci¨®n con las cloacas del Estado, una historia simbolizada en el beso con el entonces primer ministro de Italia, el democristiano Giulio Andreotti. Pietro Grasso, presidente del Senado y magistrado del pool antimafia de Falcone, se refiri¨® a ello. ¡°Sus manos est¨¢n manchadas con la sangre de nuestros mejores hombres de Estado y de la sociedad civil. Nunca ha colaborado, pero no pararemos de buscar hasta hallar el fondo de la verdad¡±.

En su estrategia judicial, Riina siempre opt¨® por alegar que hab¨ªa sido un instrumento de los poteri forti de una Italia que dirim¨ªa sus diferencias pol¨ªticas a base de bombas. En confesiones interceptadas en horas de patio con su compa?ero Alberto Lorusso, no pudo ocultar la satisfacci¨®n por el poder acumulado durante tantos a?os. ¡°Me he convertido en algo inmenso, he llegado a ser un rey. Si me hubieran dicho un d¨ªa que podr¨ªa haber llegado a liderar la historia... he sido importante¡±.

El ¨²ltimo capo del clan en libertad era Matteo Messina Denaro, huido desde hace 24 a?os. Pero la Fiscal¨ªa Antimafia de Italia sigui¨® hasta ayer considerando a Riina el jefe de la Cosa Nostra. La c¨²pula no se hab¨ªa vuelto a reunir desde enero de 1993 y nadie le hab¨ªa sustituido, pese a que arrastraba un estado de salud extremadamente fr¨¢gil. ?l se mantuvo siempre firme. En una conversaci¨®n interceptada meses atr¨¢s, el excapo afirmaba que no se arrepent¨ªa de nada. ¡°Nunca podr¨¢n conmigo, aunque me condenen a 3.000 a?os¡±.

Muri¨® pocas horas despu¨¦s de su cumplea?os. Su mujer y tres de sus cuatro hijos ten¨ªan permiso para poder visitarlo y despedirse. ¡°No eres Tot¨° Riina para m¨ª. Solo eres mi padre. Y te deseo un feliz cumplea?os, pap¨¢, en este d¨ªa triste pero importante¡±, escribi¨® su cuarto v¨¢stago ayer, d¨ªa en que su padre cumpl¨ªa el ¨²ltimo a?o de una vida dedicada al crimen. Su otra familia deber¨¢ pensar ahora en c¨®mo remplazarle.