Mugabe elude su dimisi¨®n en un discurso a la naci¨®n rodeado de los generales
El ZANU-PF destituye al nonagenario presidente y le da un ultim¨¢tum para que abandone el cargo
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se ha dirigido este domingo por televisi¨®n a la naci¨®n, cuatro d¨ªas despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito interviniese el gobierno y efectuase su arresto domiciliario. Pese a las presiones desde todos los frentes para que abandonara el cargo, Mugabe ha eludido durante su discurso presentar formalmente la dimisi¨®n. Junto a ¨¦l durante la comparecencia se encontraban altos cargos de las Fuerzas Armadas, con los que se hab¨ªa visto previamente, y el sacerdote Fidelis Mukonori, principal mediador en la crisis. ¡°Nuestra gente necesita paz, seguridad, ley y orden¡±, ha manifestado Mugabe, de 93 a?os, en una lectura trastabillada en la que ha se?alado que en las negociaciones mantenidas con los generales, la deficiente econom¨ªa, de nuevo abocada a la hiperinflaci¨®n, ha sido uno de los temas principales. Mugabe, seg¨²n se desprende de su intervenci¨®n, mantendr¨¢ la presidencia y presidir¨¢ el pr¨®ximo congreso del partido gubernamental ZANU-PF (la Uni¨®n Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patri¨®tico), previsto para diciembre.
Horas antes el monstruo que ¨¦l cre¨® ha acabado d¨¢ndole la espalda. Ha sido destituido este domingo como l¨ªder del partido que ¨¦l mismo fund¨® y con el que ha gobernado desde la Independencia, hace 37 a?os. El Comit¨¦ Central del ZANU-PF ha decidido expulsarle de su puesto de n¨²mero uno y para sustituirle ha nombrado a Emmerson Mnangagwa, alias el cocodrilo, el hombre fuerte de los veteranos y candidato a suceder a Mugabe en la presidencia del pa¨ªs. El exvicepresidente Mnagagwa, destituido hace 10 d¨ªas por Mugabe, ha vuelto as¨ª, triunfante, a la arena pol¨ªtica, imponi¨¦ndose a la voluntad del incombustible Mugabe y posicion¨¢ndose como favorito a la deseada sucesi¨®n.
Hasta el momento, sin embargo, Robert Gabriel Mugabe sigue siendo el presidente del pa¨ªs. El ZANU-PF le ha dado un ultim¨¢tum, tiene de l¨ªmite hasta este lunes a las doce del mediod¨ªa para dimitir. Si no se iniciar¨ªa el proceso de destituci¨®n en el Parlamento, donde el partido tiene mayor¨ªa. El mandatario se ha reunido en las ¨²ltimas horas de nuevo con los militares.
La destituci¨®n de Mugabe al frente del partido se ha celebrado con bailes y cantos en la sede del partido, en una capital, Harare, en estado de euforia tras la masiva manifestaci¨®n del s¨¢bado, en la que miles de personas salieron a la calle para pedir la dimisi¨®n del viejo Mugabe. Con 93 a?os, el presidente zimbabuense no planeaba retirarse, pero la peculiar intervenci¨®n militar del pasado mi¨¦rcoles ¨Cque el Ej¨¦rcito se niega a definir como golpe- ha disparado la fiebre anti-Mugabe.
Junto a la hist¨®rica y humillante expulsi¨®n de Mugabe, el ZANU-PF ha llevado a cabo otra a¨²n m¨¢s efectiva: la de su esposa Grace Mugabe, que ha sido asimismo retirada del liderazgo de la Liga de Mujeres del partido ¡°por promover divisionismo y discursos de odio¡±. Ella es, en realidad, la verdadera rival de?Mnangagwa en la carrera para la presidencia. Apoyada por la nueva generaci¨®n del partido, la llamada Generaci¨®n 40 (G40), Grace Mugabe, de 52 a?os m¨¢s, se estaba abriendo paso con el apoyo de su marido.
La facci¨®n veterana del?ZANU-PF ha barrido este domingo a los competidores. Junto al matrimonio Mugabe, otros miembros del partido, nombres fuertes del G40, han sido neutralizados por el Comit¨¦ Central. Grace Mugabe y otros miembros podr¨ªan ser procesados por la justicia, seg¨²n ha declarado un delegado del partido a Reuters.
Es una cuenta atr¨¢s ag¨®nica para el presidente m¨¢s anciano del mundo, aunque blindada por un respeto evidente. Si Mugabe lleva cinco d¨ªas aguantando es que el Ej¨¦rcito se lo ha permitido. El ministro del Interior, Obert Mpofu, defin¨ªa hoy los acontecimientos como ¡°revolucionarios¡±, pero el levantamiento actual en Zimbabue est¨¢ lejos de ser una revoluci¨®n. Tanto la c¨²pula del Ej¨¦rcito que el mi¨¦rcoles pasado tom¨® el control del pa¨ªs, con Constantino Chiwenga a la cabeza, como el n¨²cleo duro del partido, liderado por Mnangagwa, son los viejos camaradas de Mugabe y los mismos pilares del r¨¦gimen bajo el que Zimbabue ha vivido los 37 a?os de Independencia. Es el statu quo luchando para mantener sus privilegios. La ca¨ªda humillante, pero sin magulladuras por ahora de Robert Mugabe est¨¢ abonando el terreno para la continuidad.
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