Los 18 mercaderes
C¨®mo el Congreso brasile?o se ha convertido en el mejor lugar para los hombres que odian a las mujeres, especialmente las negras
La imagen de un grupo de 18 hombres ri¨¦ndose, aplaudiendo y gritando porque hab¨ªan sido lo suficientemente astutos como para putear a las mujeres (y tambi¨¦n a los hombres serios del pa¨ªs) debe pasar a la posteridad como uno de los momentos m¨¢s rastreros de Brasil. Hay escenas as¨ª, que cuentan una historia entera. Y esta es una de ellas.
Lo habitual ser¨ªa que estuvieran en la mesa de un bar, narrando con todo lujo de detalles alguna ¡°haza?a¡± sexual que contuviera alg¨²n tipo de humillaci¨®n con relaci¨®n a una mujer, pero en el Brasil actual eso se puede hacer en el Congreso. No solo se puede, sino que el Congreso es hoy el mejor lugar para que un hombre putee a las mujeres. Y para que le paguen con dinero p¨²blico por ello.
Estos son los 18 que, con su voto, permitieron la celebraci¨®n: Gilberto Nascimento, del Partido Social Cristiano (PSC), Leonardo Quint?o, del Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (PMDB), Givaldo Carimb?o, del Partido Humanista de la Solidaridad (PHS), Mauro Pereira (PMDB), Alan Rick, del partido Dem¨®cratas (DEM), S¨®stenes Cavalcante (DEM), Jorge Tadeu Mudalen (DEM), Marcos Soares (DEM), Pastor Eurico (PHS), Ant?nio J¨¢come, de Podemos (PODE), Jo?o Campos, del Partido Republicano Brasile?o (PRB), Paulo Freire, del Partido de la Rep¨²blica, (PR), Jefferson Campos, del Partido Social Democr¨¢tico (PSD), Joaquim Passarinho (PSD), Eros Biondini, del Partido Republicano del Orden Social (PROS), Flavinho, del Partido Socialista Brasile?o (PSB), Evandro Gussi, del Partido Verde (PV) y Diego Garcia (PHS).
1) ?Por qu¨¦ lo celebraban tanto?
El d¨ªa 8 de noviembre, los 18 y su grupo estaban euf¨®ricos porque no solo hab¨ªan puteado una vez a las mujeres. Lo hab¨ªan hecho dos veces. Esa Comisi¨®n Especial de la C¨¢mara de los Diputados analizaba la Propuesta de Enmienda Constitucional 181 (PEC 181), que ten¨ªa como objetivo aumentar la baja maternal de las mujeres que dan a luz a beb¨¦s prematuros: de los actuales 120 d¨ªas a 240.
Los 18 estaban euf¨®ricos porque no solo hab¨ªan puteado una vez a las mujeres: lo hab¨ªan hecho dos veces
Quien es madre o padre de un beb¨¦ prematuro, o conoce a alguien en esa situaci¨®n, sabe que ese tiempo para cuidar a un ni?o que es todav¨ªa m¨¢s fr¨¢gil, que muchas veces pasa largos per¨ªodos en una UCI antes de ir a casa, es muy necesario y que ese avance ser¨ªa muy importante. Especialmente para aquellos padres que no pueden permitirse ayuda profesional, que son la mayor¨ªa.
Pero ampliar un derecho que beneficiar¨ªa a las mujeres que se encuentran en esta posici¨®n de madres de beb¨¦s prematuros contrar¨ªa a hombres que disfrutan infligiendo dolor a las mujeres. Las madres, al fin y al cabo, son aquellas que ¡°padecen en el para¨ªso¡±. Que ning¨²n sufrimiento deber¨ªa ser poco para una madre es lo que dicen tantos refranes populares creados posiblemente por hombres.
Los 18 aprobaron la ampliaci¨®n de la baja por maternidad en caso de beb¨¦s prematuros. Pero introdujeron en el texto original del proyecto lo que se ha denominado un ¡°caballo de Troya¡±. La expresi¨®n revela el truco de parecer que se ofrece un ¡°regalo¡±, como el del gigantesco caballo de madera que los griegos ofrecieron a Troya en el relato m¨ªtico, pero que en realidad es una trampa, ya que el caballo estaba lleno de soldados griegos que, con esa artima?a, traspasaron las murallas de Troya y vencieron la guerra.
La expresi¨®n se entiende f¨¢cilmente, pero me parece ofensivo que se pueda comparar a los griegos cl¨¢sicos con los que putean a las mujeres en los d¨ªas actuales. De la misma forma, es ofensivo dar la connotaci¨®n de ¡°regalo¡± a un derecho ¨Cla ampliaci¨®n de la baja maternal en el caso de beb¨¦s prematuros¨C que deber¨ªa haberse aprobado hace mucho tiempo y extendido tambi¨¦n a los que ocupan la posici¨®n de padres.
Los 18 y su grupo hicieron lo siguiente: infiltraron en el proyecto de cambio del texto constitucional la expresi¨®n ¡°desde la concepci¨®n¡± en dos momentos. En el inciso 3 del art¨ªculo 1? de la Constituci¨®n, que trata de los principios fundamentales de la Rep¨²blica, la frase quedar¨ªa as¨ª: ¡°dignidad de la persona humana desde la concepci¨®n¡±. Y en el art¨ªculo 5?, que garantiza la igualdad de todos ante la ley: ¡°la inviolabilidad del derecho a la vida desde la concepci¨®n¡±.
Si el texto se aprueba, las mujeres ya no tendr¨¢n derecho a abortar en caso de violaci¨®n, riesgo de muerte para la mujer y anencefalia del feto
De este modo, supuestamente aprobaron la ampliaci¨®n de un derecho, pero derribando la legislaci¨®n del aborto, que se permite en Brasil en tres casos: embarazo producto de una violaci¨®n, riesgo de muerte para la mujer y anencefalia del feto. Si el texto no se rechaza y sigue su curso, y se aprueba en el plenario de la C¨¢mara de los Diputados y del Senado, ya no se podr¨¢ abortar en ning¨²n caso, ya que la Constituci¨®n est¨¢ por encima de todas las leyes. Eso har¨ªa que la legislaci¨®n brasile?a retrocediera casi un siglo: el C¨®digo Penal de 1940 ya permit¨ªa el aborto en caso de violaci¨®n y para salvar la vida de la mujer.
F¨ªjense en el doble ardid: 1) introdujeron en el texto algo que no ten¨ªa nada que ver con el tema: el entendimiento filos¨®fico de que la vida empieza en el momento en que un ¨®vulo se encuentra con un espermatozoide durante la relaci¨®n sexual, consentida o no, y que esta fusi¨®n, que ni siquiera es un embri¨®n todav¨ªa, ya es una persona con los mismos derechos que ustedes y yo; 2) como claramente la inclusi¨®n es un ardid, porque no tiene nada que ver con el tema del proyecto, y resulta en una reacci¨®n negativa de gran parte de la sociedad, existe una posibilidad significativa de que este texto no pueda ser votado en un per¨ªodo preelectoral.
De un plumazo, los 18 han aplazado la ampliaci¨®n de la baja maternal en caso de beb¨¦s prematuros y han amenazado conquistas de la sociedad del tiempo de nuestras abuelas
Esta es la raz¨®n para la euforia de los 18 y su grupo. De un plumazo, han aplazado la ampliaci¨®n de la baja maternal en caso de beb¨¦s prematuros y han amenazado conquistas de la sociedad con relaci¨®n al aborto que son de hace casi un siglo. Con la excusa de ampliar un derecho, han amenazado un conjunto mayor de derechos.
?Qu¨¦ puede darles m¨¢s placer a unos hombres que disfrutan infligiendo dolor a las mujeres? Entonces gritan, r¨ªen, aplauden, convierten el Poder Legislativo en un estadio de f¨²tbol. Porque, adem¨¢s de jorobar a las mujeres (y a los hombres serios), todav¨ªa tratan al conjunto de la poblaci¨®n brasile?a como si fueran idiotas al gritar que lo hacen en nombre de la ¡°vida¡±. No es totalmente mentira, hay que admitirlo, ya que lo hacen en nombre de su vida, de sus disfrutes y de sus chanchullos.
2) ?Qu¨¦ tiene que ver la religi¨®n con esto?
Si se fijan en qui¨¦nes son los 18, ver¨¢n que todos est¨¢n vinculados a alguna religi¨®n. En general, en el caso de la cat¨®lica, al movimiento de Renovaci¨®n Carism¨¢tica; en el caso de las evang¨¦licas, a las pentecostales y neopentecostales. Est¨¢n vinculados tambi¨¦n a comportamientos y declaraciones que vale la pena analizar.
Los odiadores de mujeres utilizan la religi¨®n para legitimarse mientras traicionan los valores cristianos
Pero sobre lo que me parece m¨¢s importante alertar es que estos odiadores de mujeres ¨Cy en este caso son 18, pero en el Congreso hay decenas¨C utilizan la religi¨®n para legitimarse. Por eso, decir que pertenecen a la ¡°bancada religiosa¡± o ¡°bancada evang¨¦lica¡± o incluso ¡°bancada de la Biblia¡± puede beneficiar m¨¢s a sus intereses obscuros que reflejar un real compromiso con valores de hecho cristianos.
Una equivocaci¨®n frecuente es creer que estos diputados representan el pensamiento de millones de fieles en Brasil. Ellos reflejan sus propios intereses y creencias, as¨ª como los de los l¨ªderes o movimientos dentro de sus iglesias. No representan el pensamiento mayoritario de los fieles, son solo la parte m¨¢s ruidosa del cada vez m¨¢s complejo panorama religioso de Brasil.
Es necesario distinguir entre lo que piensan los l¨ªderes y lo que piensan los fieles, que no est¨¢n al servicio de los chanchullos del que es posiblemente el Congreso m¨¢s corrupto de la historia reciente y que viven el d¨ªa a d¨ªa de un trabajador y de una trabajadora cada vez m¨¢s ahogados.
Pero cuando se denuncian los actos oportunistas de la ¡°bancada religiosa¡± o de la ¡°bancada evang¨¦lica¡± o de la ¡°bancada de la Biblia¡±, por m¨¢s verdades que contengan estas denuncias, los brasile?os que son religiosos, especialmente los evang¨¦licos y aquellos que gu¨ªan sus acciones por los preceptos b¨ªblicos, se sienten inmediatamente ofendidos. En este caso, el reflejo es aliarse a esos diputados, en la l¨®gica del ¡°nosotros contra ellos¡±, a pesar de que, si vieran de cerca los actos de esos personajes, se horrorizar¨ªan.
Esa es otra astucia pol¨ªtica de estos representantes que se legitiman con el nombre de aquello que sus actos desmienten que practican. Y pretenden travestir su inter¨¦s por beneficios privados con el aura de una ¡°guerra santa¡±, o de una ¡°guerra moral¡±.
Es sorprendente que denominaciones religiosas y fieles que atestiguan que se putea tanto en nombre de Dios no tengan una respuesta responsable ante los mercaderes
En este sentido, es sorprendente que denominaciones religiosas y fieles que atestiguan que se usurpa la religi¨®n y se putea tanto en nombre de Dios no tengan una respuesta m¨¢s fuerte y responsable ante estos mercaderes. Es sorprendente este silencio especialmente con relaci¨®n a las denominaciones evang¨¦licas serias, que tienen una actuaci¨®n consistente, y que han presenciado c¨®mo se ensucia el nombre de los evang¨¦licos en el Congreso. Hasta ahora las reacciones son demasiado t¨ªmidas comparado con lo que se ha hecho en su nombre.
Quien hace lo que han hecho estos 18 est¨¢ claramente muy poco preocupado con los valores cristianos o con la vida real de la poblaci¨®n. Pero, al vincularse a la religi¨®n, se cubren de un aura que los legitima en un Brasil con una poblaci¨®n masivamente religiosa.
Decir y vivir lo que se dice son categor¨ªas distintas, como se sabe. Las elecciones de 2018 pueden ser un momento importante para, utilizando una expresi¨®n de la Biblia, separar el trigo de la ciza?a. Para los que es crucial votar a una persona religiosa, no basta saber a qu¨¦ religi¨®n el candidato dice que pertenece, hay que prestar atenci¨®n a sus actos concretos.
3) ?Por qu¨¦ los 18 pueden ser considerados perversos?
La astucia pol¨ªtica fue incluir la inviolabilidad de la vida ¡°desde la concepci¨®n¡± en un proyecto que ten¨ªa que ver con la baja maternal para madres de beb¨¦s prematuros. Si esta parte del texto no se rechaza y sigue adelante para que se vote en el plenario de la C¨¢mara de los Diputados y del Senado, en el caso de que se apruebe, el aborto se prohibir¨¢ en cualquier circunstancia. As¨ª, los 18 no solo hicieron una putada con la que se rieron, aplaudieron y gritaron de euforia: cometieron simult¨¢neamente un acto de perversi¨®n.
Hay que disfrutar con el sufrimiento de las mujeres para creer que es posible obligar a alguien a tener el hijo de un violador
Para estos hombres, tanto una ni?a como una mujer adulta pueden ser violadas dentro o fuera de casa, pueden estar rotas f¨ªsica y mentalmente por una violaci¨®n, pueden tener el cuerpo y el alma despedazados y, si se quedan embarazadas por esta violencia, ni siquiera tienen el derecho de escoger si seguir adelante o no con el embarazo del que se convertir¨¢ en el hijo de un violador, que no pocas veces es el propio padre de la mujer, el padrastro o el t¨ªo. Quitarles el derecho de escoger en estos casos es un acto de extrema perversidad realizado por 18 hombres. La ¨²nica mujer que vot¨®, la diputada Erica Kokay, del Partido de los Trabajadores (PT), vot¨® en contra. Resultado: 18 a 1.
F¨ªjense que, para creer que es posible quitarle a una mujer el derecho de escoger en estas circunstancias, hay que disfrutar con el sufrimiento de las mujeres. Para estos hombres, no basta que la mujer, ni?a o adulta, sea violada, que le queden marcas psicol¨®gicas y, a veces, tambi¨¦n f¨ªsicas que cargar¨¢ durante el resto de su vida. No. Para ellos, la mujer tambi¨¦n tiene que ser castigada, hay que obligarla a seguir adelante con el embarazo de un violador.
Si esta mujer, ni?a o adulta, al ser violada, es la v¨ªctima, ?por qu¨¦ habr¨ªa que castigarla? La respuesta m¨¢s evidente es: por ser mujer. Son hombres que odian a las mujeres.
Otro caso en que se puede abortar seg¨²n la ley brasile?a es cuando el embarazo presenta complicaciones que posiblemente conducir¨¢n a la muerte de la mujer. Quien ha perdido a un hijo deseado durante la gestaci¨®n sabe el dolor que se siente. Y c¨®mo este hecho marca a una mujer, y tambi¨¦n a quien ocupa la posici¨®n de padre, aunque de formas diferentes. Porque, cuando una persona desea a un hijo, este empieza a existir primero como un sue?o, incluso antes de que se geste. El hijo ni siquiera existe concretamente, pero ya existe en la cabeza de los padres.
Para cualquier persona dotada de un m¨ªnimo de empat¨ªa es f¨¢cil entender lo doloroso que es para una mujer decidir interrumpir un embarazo deseado para que ella no muera. Qu¨¦ terrible es escoger entre la vida que existe efectivamente, la suya, y la del embri¨®n de un sue?o, pero un embri¨®n que ella ha deseado tanto que se convirtiera en una persona que ella criar¨ªa, educar¨ªa y amar¨ªa.
?C¨®mo, ¡°en nombre de la vida¡± los 18 pueden quitarle a la mujer el derecho a no morir?
Pero no. Para los 18, el dolor de esa elecci¨®n es poco. Para los 18, a esa mujer hay que quitarle el derecho a escoger. Hay que quitarle el derecho a escoger seguir viva, cuidando a los hijos que ya tiene o intentando tener un hijo de un embarazo sin complicaciones fatales para ella, de forma que pueda estar viva para cuidar a ese ni?o, y tambi¨¦n realizando un trabajo que le da sentido, amando y siendo amada, construyendo historias y memorias, buscando como cualquier ser humano. En ¡°nombre de la vida¡±, los 18 defienden que esa mujer no pueda escoger vivir. Y, as¨ª, la condenan a muerte.
?C¨®mo alguien puede ser tan perverso con otra persona? ?Estos hombres actuar¨ªan de la misma forma si quien pudiera morir durante un embarazo fuera uno de ellos? La respuesta es bastante obvia. ?Cu¨¢l es la explicaci¨®n, entonces? Estos hombres odian a las mujeres. Para ellos, el dolor de esa elecci¨®n no es suficiente, esas mujeres tienen que morir.
El tercer caso en que se puede interrumpir un embarazo en Brasil es cuando el feto presenta anencefalia. En esta situaci¨®n, el dolor de la mujer ¨Cy tambi¨¦n de quien ocupa la posici¨®n paterna, aunque de forma diferente¨C suele ser terrible. Lo segu¨ª muy de cerca en el documental Uma hist¨®ria severina (Una historia severina), realizado durante el per¨ªodo en que este tema se vot¨® en el Supremo Tribunal Federal, que aprob¨® la interrupci¨®n del embarazo en caso de anencefalia solo en 2012. (Quien quiera dedicar 23 minutos de su vida a entender esa experiencia, puede ver la pel¨ªcula aqu¨ª.)
De nuevo, basta un nivel m¨ªnimo de empat¨ªa para entender que, si deseas un embarazo, has so?ado con este hijo antes incluso de que se anunciara la posibilidad, has celebrado el test positivo, y entonces descubres que este hijo no existir¨¢, el dolor es inmenso. Conocida popularmente como ¡°feto sin cerebro¡±, esta malformaci¨®n es incompatible con la vida. Una parte de los fetos mueren antes del parto; la otra, minutos, horas o d¨ªas despu¨¦s del parto. No es una deficiencia, como algunos oportunistas quieren hacer parecer, sino comprobadamente una malformaci¨®n incompatible con la vida. No hay personas anenc¨¦falas viviendo en este mundo porque no se puede vivir con esta malformaci¨®n.
?C¨®mo un ser humano puede condenar a una mujer a vivir un embarazo en el que al final habr¨¢ un ata¨²d y no una cuna?
Al final de este embarazo, en los casos en que llega al final, no hay una cuna, sino un ata¨²d. Pero, para los 18, no basta el dolor de descubrir que el hijo so?ado no vivir¨¢. No. La mujer tiene que sufrir m¨¢s, mucho m¨¢s. Al quitarle su derecho a elegir si interrumpir o no el embarazo, seg¨²n lo que tenga m¨¢s sentido para ella, obligan a todas las mujeres que est¨¢n en esta situaci¨®n a seguir adelante con un embarazo condenado. Y eso sucede dentro del cuerpo de estas mujeres, d¨ªa tras d¨ªa. Es una tortura. No como met¨¢fora, literalmente es una de las peores torturas que un ser humano puede sufrir.
?Por qu¨¦ los 18 quieren ver a las mujeres torturadas durante meses, d¨ªa tras d¨ªa? La ¨²nica explicaci¨®n que se vislumbra es que disfrutan con su sufrimiento. Son hombres que odian a las mujeres.
Y hay que dejar muy claro tambi¨¦n que las mujeres que ven sentido en tener el hijo de su violador, en morir en el parto para permitir que la gestaci¨®n se complete, en llevar hasta el final una gestaci¨®n condenada a muerte ya tienen ese derecho. Nadie puede o debe obligarlas a abortar. Lo que la legislaci¨®n garantiza hoy, en estos tres casos, es que las mujeres que no soportan la idea de tener el hijo de un violador, que no quieren morir en el parto y que se sienten torturadas al ver que crece su barriga debido a un feto sin cerebro, que al final ser¨¢ enterrado, tengan el mismo derecho a elegir. Solo la mujer que vive tal dolor puede tomar esa decisi¨®n que, en cualquier caso, es extremamente dif¨ªcil.
Pero los 18 quieren quitarle incluso este derecho a elegir tan restringido porque disfrutan subyugando mujeres a su voluntad. Quieren que no tengan ninguna elecci¨®n. Solo que sufran.
4) ?Esto es nuevo en la pol¨ªtica?
La pol¨ªtica y el control del cuerpo de las mujeres est¨¢n ¨ªntimamente relacionados y tienen una larga historia. Cada vez m¨¢s, los tiempos exigen que cada uno se dedique a entender esa relaci¨®n en profundidad. Si observamos solo el momento reciente de Brasil, el cuerpo de las mujeres se convirti¨® en moneda electoral en las elecciones presidenciales de 2010. En aquel entonces, surgi¨® una campa?a an¨®nima que llamaba a Dilma Rousseff (PT), que podr¨ªa convertirse en la primera mujer presidente, como sucedi¨®, ¡°abortista¡± y ¡°asesina de fetos¡±.
Fue un presagio de lo que hoy vive Brasil con la acci¨®n de las milicias del odio y sus ataques contra el arte, los artistas y los museos, as¨ª como episodios como el de la mu?eca de la fil¨®sofa Judith Butler, una de las pensadoras m¨¢s respetadas del mundo, quemada como una ¡°bruja¡±. Al analizar su recepci¨®n en Brasil, en un art¨ªculo publicado por el peri¨®dico Folha de S. Paulo, la fil¨®sofa afirm¨®: ¡°Cuando la violencia y el odio se transforman en instrumentos de la pol¨ªtica y de la moral religiosa, es que la democracia est¨¢ amenazada por aquellos que pretenden rasgar el tejido social, castigar las diferencias y sabotear los v¨ªnculos sociales necesarios para sustentar nuestra convivencia aqu¨ª en la Tierra. Recordar¨¦ Brasil por todas las personas generosas y amables, religiosas o no, que actuaron para bloquear los ataques y obstaculizar el odio¡±.
No existen pruebas para afirmar (por lo menos en este momento) que la campa?a que llamaba a Dilma Rousseff ¡°asesina de fetos¡± tiene el ADN de Jos¨¦ Serra, del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), en aquel entonces su principal oponente en la disputa por la presidencia. Pero se puede afirmar que Serra abraz¨® esa campa?a y la hizo efectiva.
Al hacerlo, en 2010, la pol¨ªtica en Brasil se rebaj¨®, y los hombres que odian a las mujeres sintieron el olor a sangre y la posibilidad de obtener beneficios haciendo chantaje en el Congreso con los derechos reproductivos. Ya lo hab¨ªan presentido mucho antes, obviamente, pero ni siquiera ellos so?aban que pudiese funcionar tan bien ni que consiguieran llegar tan lejos.
Quien llam¨® a la puerta de las iglesias evang¨¦licas garantizando que Rousseff estaba ¡°contra el aborto¡± fue su nuevo ¡°aliado¡±, Eduardo Cunha (PMDB), que m¨¢s tarde se convertir¨ªa en su principal enemigo al liderar el impeachment de la primera mujer presidente. Despu¨¦s de hacer el trabajo sucio de arrancar del poder a una presidenta mala pero elegida por el pueblo, Cunha fue detenido. Y todav¨ªa sigue en la c¨¢rcel.
Al abrazar la campa?a de odio en 2010, Jos¨¦ Serra marc¨® el descenso de la pol¨ªtica en Brasil y el momento en que el PSDB dej¨® de ser un partido progresista
Ese momento de la campa?a de 2010, en mi opini¨®n, es el punto de referencia del actual escenario pol¨ªtico brasile?o. Dilma Rousseff capitul¨® ante lo peor. Pero el responsable de lo sucedido fue Jos¨¦ Serra, personaje hoy parcialmente escondido, esperando que olviden su participaci¨®n en el actual estado de las cosas mientras decide hacia d¨®nde se dirigir¨¢ en 2018.
Esa escena tambi¨¦n determina la ruina ¨¦tica del PSDB, como tambi¨¦n marca el punto, aparentemente sin vuelta, en el que el partido se desvincula de lo que exist¨ªa de progresista en su historia. Me parece que se ha minimizado el impacto que tiene en la historia reciente el momento en que el cuerpo de las mujeres se convirti¨® en moneda electoral en Brasil, incluso porque la mayor¨ªa de los analistas son hombres.
La trampa es obvia: la lucha de las mujeres ha dejado de ser para ampliar derechos y ha pasado a ser para no perder derechos
Desde entonces, la l¨®gica que determina el Congreso ha sido la de bloquear cualquier avance en los derechos de las mujeres sobre su propio cuerpo, como tambi¨¦n en temas relacionados a g¨¦nero y raza. Uno de los trucos m¨¢s eficientes es justamente aterrorizar con proyectos que significan retrocesos, haciendo que la lucha ya no sea para ampliar derechos, sino para no perder derechos. Esta operaci¨®n pol¨ªtica se ha acelerado de forma in¨¦dita en el gobierno Temer y su proyecto no elegido, donde los derechos se subastan a cambio de apoyo a un presidente, a ministros y a parlamentarios acorralados por la operaci¨®n Lava Jato.
Hoy, el descenso de la pol¨ªtica, as¨ª como un Ejecutivo y un Congreso dominados por lo que existe de m¨¢s retr¨®grado en Brasil, han obligado a las mujeres a salir a la calle, como sucedi¨® el pasado 13 de noviembre, para decir algo que era claro, obvio y legal hace casi un siglo: una mujer tiene derecho a abortar en caso de violaci¨®n.
Mientras est¨¢n ocupadas defendiendo un derecho humanitario conquistado por nuestras abuelas, ninguno de los derechos urgentes que tendr¨ªan que ser conquistados o puestos en pr¨¢ctica consigue atenci¨®n. Como, por ejemplo, el funcionamiento efectivo del aborto legal, constantemente un miraje en el sistema sanitario del pa¨ªs.
La situaci¨®n es tan desesperante que un hombre de la estatura ¨¦tica de Rodrigo Maia (DEM), actual presidente de la C¨¢mara de los Diputados e investigado por la operaci¨®n Lava Jato, posa como defensor de las mujeres al afirmar que la prohibici¨®n del aborto en caso de violaci¨®n ¡°no pasar¨¢ en la C¨¢mara¡±. Se cambian los titulares y, en el Brasil de 2017, se hace necesario reafirmar como avance y valent¨ªa algo que est¨¢ en el C¨®digo Penal de 1940. Y si no ¡°pasa¡± ser¨¢ una ¡°victoria¡±. Esta estrategia es obvia para bloquear cualquier ampliaci¨®n de derechos. El Brasil progresista no para de perder.
5) ?Qu¨¦ tiene que ver la esclavitud con esto?
La respuesta a esta pregunta es: todo. Aunque la criminalizaci¨®n del aborto afecte a la vida y a los derechos de todas las mujeres, la situaci¨®n real en el pa¨ªs no es la misma para todas. El aborto est¨¢ liberado para mujeres que pueden pagar una cl¨ªnica clandestina pero segura. En Brasil, la mayor¨ªa de las mujeres que pueden pagar por la interrupci¨®n segura de un embarazo no deseado, en cualquier circunstancia, son blancas. Por otro lado, la mayor¨ªa de las mujeres que mueren por haber realizado abortos en condiciones precarias y desesperadas son negras. Y esta es una de las peores caras de la criminal hipocres¨ªa nacional: existe un pa¨ªs que puede abortar y otro, mucho mayor, que muere al hacerlo.
Hipocres¨ªa a la brasile?a: existe un pa¨ªs que puede abortar y otro, mucho mayor, que muere al hacerlo
As¨ª, la perversi¨®n de los 18 y su grupo alcanza con m¨¢s fuerza a una parte de Brasil: justamente la parte m¨¢s pobre, m¨¢s desamparada e hist¨®ricamente m¨¢s oprimida. Hab¨ªa muchas mujeres en la calle el 13 de noviembre, pero es bastante probable que, si la acci¨®n de los 18 hubiera alcanzado a todo el pa¨ªs, habr¨ªa habido muchas m¨¢s. Y no solo en la calle, sino en los espacios de voz. Si las mujeres, hijas y hermanas blancas de los periodistas del pa¨ªs (la mayor¨ªa hombres y blancos) con espacio en los medios de comunicaci¨®n estuvieran de hecho amenazadas por no poder hacer un aborto en caso de violaci¨®n, riesgo de muerte para la madre o anencefalia del feto, el clamor seguramente habr¨ªa sido mucho, pero mucho mayor. Y el periodismo es solo un ejemplo que se repite en todos los espacios de poder, mayoritariamente ocupados todav¨ªa por blancos, a pesar de que los negros constituyen la mayor¨ªa de la poblaci¨®n.
Este no es un dato cualquiera, ya que en Brasil la pobreza tiene color. Y son las mujeres negras las que mueren m¨¢s, no solo por los abortos hechos en condiciones precarias, sino por los partos y por todo. Son tambi¨¦n las que m¨¢s sufren todo tipo de violencia, incluso la violaci¨®n. Y son las que menos tienen acceso a cualquier derecho.
Se suele afirmar que, si hubiera m¨¢s mujeres en los puestos de poder, el aborto ya se habr¨ªa descriminalizado en Brasil. De la misma forma que se afirma que, si los hombres se quedaran embarazados, el aborto ya habr¨ªa dejado de ser crimen en cualquier circunstancia en Brasil. Lo dudo.
En Brasil, los derechos solo se ampliar¨¢n cuando haya m¨¢s mujeres negras en los espacios de poder
Con la marca racial de la desigualdad brasile?a, los derechos solo se ampliar¨¢n cuando haya m¨¢s negros en los espacios de poder, y principalmente mujeres negras. Porque son ellas las m¨¢s afectadas por la falta de pol¨ªticas p¨²blicas, en especial de sanidad, educaci¨®n y movilidad, y tambi¨¦n las m¨¢s afectadas por la acelerada corrosi¨®n de los derechos del Brasil actual. Son ellas las que no consiguen ¡°resolverlo de otra forma¡± y, por lo tanto, necesitan poder acceder a la estructura p¨²blica para garantizar sus derechos.
As¨ª, los 18 y su grupo se r¨ªen, aplauden y celebran no solo que una comisi¨®n ha puteado a las mujeres en general, sino principalmente a las mujeres negras. Es tambi¨¦n una manera de seguir poniendo una mano violenta sobre su cuerpo, una pr¨¢ctica que est¨¢ en vigor en Brasil desde los tiempos de la esclavitud.
Ning¨²n otro ser humano se ha visto m¨¢s afectado por el control de los cuerpos que las mujeres negras, que durante siglos fueron reproductoras de la fuerza de trabajo, fueron amas de cr¨ªa de los se?oritos, fueron violadas y torturadas continuamente por se?ores y sus hijos y fueron explotadas tambi¨¦n por mujeres blancas que las ten¨ªan a su servicio.
Esta situaci¨®n no cambi¨® de forma significativa con la ¡°abolici¨®n¡± de la esclavitud en 1888, como se sabe. Sino que continu¨® en la instituci¨®n de la ¡°empleada dom¨¦stica¡± y su cuartito en la parte trasera de la casa o del apartamento. Hasta hace poco tiempo, era normal, y todav¨ªa sigue si¨¦ndolo en algunos lugares, que los hijos de los patrones se iniciaran sexualmente con la joven empleada de la casa, en general negra. Y cuando ten¨ªa como resultado un embarazo, simplemente las expulsaban por ser unas ¡°zorras¡±, con la complicidad, cuando no la crueldad expl¨ªcita, del ama de casa blanca.
Esas mujeres, la mayor¨ªa negras, tambi¨¦n cuidan a los hijos de los patrones blancos sacrificando el cuidado de sus propios hijos, ni?os y adolescentes que viven en casas precarias, en lugares sin alcantarillado, sin acceso a guarder¨ªas y escuelas de calidad. Y eso cuando no mueren por balas ¡°perdidas¡± de la Polic¨ªa Militar, como sucede con tantos ni?os en los barrios perif¨¦ricos del pa¨ªs, en especial de R¨ªo de Janeiro.
La esclavitud negra, por no haber terminado nunca de hecho, se sigue reproduciendo en Brasil de formas cada vez m¨¢s creativas
Desde la pol¨ªtica fallida denominada ¡°Guerra a las drogas¡±, estas mujeres negras tambi¨¦n pierden a sus hijos, asesinados. Y tambi¨¦n son encarceladas por ¡°tr¨¢fico¡±, muchas veces sin juicio. La esclavitud, por nunca haber terminado de hecho, se sigue reproduciendo en Brasil de formas cada vez m¨¢s creativas.
As¨ª, lo que hicieron los 18 no fue solo putear tremendamente a las mujeres, sino que tambi¨¦n llevaron a cabo una acci¨®n racista, porque son las negras las que componen la mayor¨ªa que se ver¨¢ afectada si el proyecto sigue adelante. Como los viejos se?ores, siguen queriendo controlar los cuerpos de lo que consideran su propiedad para disfrutar con su sufrimiento y su yugo.
Se trata de eso, aunque muchos prefieran no verlo, para no arriesgarse a confrontar la imagen que los mira desde el espejo.
Los 18 no son 18. Son decenas en el Congreso. Y est¨¢n all¨ª porque alguien los vot¨®.
Quiz¨¢s en las pr¨®ximas elecciones, el a?o que viene, los brasile?os sean m¨¢s responsables a la hora de votar y les den a los odiadores de mujeres el destino que merecen. Hasta entonces, sin embargo, queda mucho tiempo para ejercer el odio y distribuir maldades de forma selectiva.
Del mismo modo, las elecciones no son una garant¨ªa de que las cosas mejoren, ya que el segundo clasificado en las preferencias nacionales para presidente es el diputado federal Jair Bolsonaro (PSC), un declarado odiador de mujeres. Recordemos solo una de sus frases: en 2014, el diputado dijo que la parlamentaria Maria do Rosario (PT) ¡°no merec¨ªa que la violaran¡± porque era ¡°muy fea¡± y no era su ¡°tipo¡±.
Solo la resistencia puede salvar a Brasil de s¨ª mismo. Pero para ello es necesario que los que fingen que est¨¢n durmiendo despierten.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Coluna Prestes - O Avesso da Lenda, A Vida que Ningu¨¦m v¨º, O Olho da Rua, A Menina Quebrada, Meus Desacontecimentos, y de la novela Uma Duas. Web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum. Facebook: @brumelianebrum.
Traducci¨®n: Meritxell Almarza
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