Macron intenta deshacer en ?frica los recelos poscoloniales
El presidente anuncia la desclasificaci¨®n de los documentos franceses sobre la muerte del revolucionario burkin¨¦s Thomas Sankara
Todos los presidentes franceses recientes lo han intentado, pero ninguno ha logrado desembarazar definitivamente las relaciones entre Francia y ?frica de la sombra poscolonial. En su primera gira africana, Emmanuel Macron busca de nuevo enterrar la imagen funesta de la Fran?afrique ¡ªla red de intereses econ¨®micos, pol¨ªticos y militares creada tras la descolonizaci¨®n¡ª pero sin renunciar a afirmar la propia influencia en el continente. En Burkina Faso, primera etapa de la gira, Macron ha anunciado este martes la desclasificaci¨®n de los documentos secretos franceses sobre la muerte del l¨ªder revolucionario Thomas Sankara, conocido como el Che africano.
"Ya no hay una pol¨ªtica africana de Francia¡±, ha proclamado Macron ante un auditorio de estudiantes en la universidad de Ougadougou, la capital de Burkina Faso. Las siguientes etapas del viaje son Costa de Marfil ¡ªdonde participar¨¢ en una cumbre entre la UE y la Uni¨®n Africana¡ª y Ghana. La afirmaci¨®n del presidente franc¨¦s es osada, como lo ser¨ªa que un presidente espa?ol o uno norteamericano dijesen que Espa?a o Estados Unidos carecen de pol¨ªtica latinoamericana. Indicaba un cambio de rasante: Par¨ªs ya no mira a ?frica como su patrio trasero ni cree que deba impartir lecciones; el tiempo del colonialismo, que ni Macron ni la mayor¨ªa del auditorio conocieron, queda lejos; y no hay una sola pol¨ªtica sino m¨²ltiples, como m¨²ltiple es ?frica, un continente donde "hay amigos, personas con las que estamos de acuerdo, y otras no".
La desclasificaci¨®n de los documentos sobre el asesinato de Sankara el 15 de octubre de 1987, un crimen en el que persisten dudas sobre el papel de Francia, se?ala la voluntad de Macron para afrontar las p¨¢ginas oscuras del poscolonialismo franc¨¦s. ¡°Me he comprometido con claridad y acabo de dec¨ªrselo al presidente [de Burkina Faso, Roch Marc Christian] Kabor¨¦: estos documentos ser¨¢n desclasificados para la justicia burkinesa que tendr¨¢ acceso a todos los documentos sobre el caso Sankara¡±, ha dicho el presidente franc¨¦s. Incluidos que hasta ahora estaban guardados bajo la etiqueta ¡°secreto de defensa¡±.
Queda pendiente otro asunto m¨¢s delicado, el de los documentos clasificados sobre el papel de Francia en el genocidio ruand¨¦s de 1994: en septiembre el Consejo Constitucional franc¨¦s rechaz¨® la petici¨®n para desclasificarlos apelando al ¡°inter¨¦s general y la proporcionalidad¡± de la medida.
Como el de Ruanda, el papel de Francia en Burkina Faso ¡ªantes, durante y despu¨¦s de la ca¨ªda de Sankara¡ª es un caso de manual de la llamada Fran?afrique, establecida en los a?os sesenta por el general De Gaulle y su mano derecha en asuntos africanos, Jacques Foccart, un resistente en la Segunda Guerra Mundial que durante d¨¦cadas control¨® los resortes, p¨²blicos y secretos, de la pol¨ªtica del El¨ªseo en el continente. Eran los tiempos de la Guerra Fr¨ªa, y Francia, potencia colonial, quer¨ªa hacer valer su influencia ante EE UU y la URSS.
En un mundo en el que el poder de Francia ha menguado y China es la potencia m¨¢s pujante ¡ªtambi¨¦n en ?frica¡ª, la Fran?afrique es cosa del pasado, pero se resiste a morir. Francia mantiene su influencia militar, con la presencia de m¨¢s de 3.000 militares en el Sahel, y su influencia econ¨®mica por medio del franco CFA, moneda com¨²n, y ligada al euro, en 14 pa¨ªses del ?frica subsahariana m¨¢s las Comores.
Un v¨ªnculo personal
Emmanuel Macron, en el cargo desde mayo, quiere llevar su nuevo estilo pol¨ªtico a ?frica. El di¨¢logo este martes en la universidad de Ouagadougou, con preguntas no siempre amables, segu¨ªa un formato que el presidente estadounidense Barack Obama practic¨® en sus viajes internacionales. El v¨ªnculo de Macron con ?frica es personal: realiz¨® sus pr¨¢cticas como joven 'enarca' ¡ªalumno de la elitista ENA o Escuela Nacional de Administraci¨®n¡ª a principios de la d¨¦cada pasada en la embajada francesa en Nigeria. All¨ª, en el mismo despacho del embajador, vivi¨® el traum¨¢tico paso del l¨ªder ultra franc¨¦s Jean-Marie Le Pen a la segunda vuelta de las presidenciales, en 2002. Quince a?os despu¨¦s, ser¨ªa ¨¦l el presidente.
En el coloquio con estudiantes, vivo y pol¨¦mico por momentos, Macron ha corregido, pero no rectificado, una frase pronunciada hace unos meses sobre el ¡°reto de civilizaci¨®n¡± que supone para ?frica la alta natalidad. ¡°Cuando hay pa¨ªses que aun hoy tienen 7 u 8 hijos por mujer¡±, dijo entonces, ¡°ya se pueden gastar miles de millones de euros que nada se estabilizar¨¢¡±. Este tipo de afirmaciones dan pie a interpretaciones sobre un sentimiento de superioridad en la vieja metr¨®polis. En 2007, el entonces presidente Nicolas Sarkozy cometi¨® un desliz que a¨²n se le reprocha al afirmar que ¡°el hombre africano no ha entrado en la Historia¡±. En Ougadougou, Macron ha admitido que hablar de ¡°reto de civilizaci¨®n¡± fue un error, pero ha reafirmado que el desarrollo era dif¨ªcil cuando el crecimiento demogr¨¢fico superaba el econ¨®mico.
Un momento tenso del coloquio ha ocurrido cuando una estudiante ha reprochado que Francia env¨ªe a ?frica m¨¢s soldados que estudiantes. ¡°No me hable as¨ª de los soldados franceses¡±, le ha replicado el presidente. ¡°Con los soldados franceses usted solo debe hacer una cosa: aplaudirlos¡±.
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