Dos ni?os chinos ¡®dejados atr¨¢s¡¯ viajan ocultos en los bajos de un autob¨²s para ver a sus padres
Los hermanos recorrieron m¨¢s de 80 kil¨®metros antes de ser localizados
Dos hermanos de ocho y nueve a?os de la provincia de Guangxi, situada en el sur de China, fueron encontrados en los bajos de un autob¨²s tras haber recorrido 80 kil¨®metros escondidos en los peque?os huecos de la parte inferior del veh¨ªculo. Los chavales, que resultaron ilesos, explicaron a la polic¨ªa que decidieron emprender el arriesgado viaje con el objetivo de ver a sus padres, que residen en otra ciudad.
Los ni?os se ocultaron la semana pasada en el autob¨²s cuando sal¨ªa de su aldea, Nazuo, destino Baise, donde sus padres les hab¨ªan dicho que trabajaban. A medio camino, cuando el conductor par¨® en la ciudad de Xili para que los viajeros estiraran las piernas, el personal de seguridad los encontr¨® mientras inspeccionaba los bajos del veh¨ªculo.
"Estos ni?os est¨¢n muy delgados y su cuerpo es peque?o, por lo que encontraron un sitio adecuado en el que esconderse bajo el autob¨²s", explic¨® uno de los empleados de la estaci¨®n de Xili al peri¨®dico local Nanguo Zaobao. Tambi¨¦n se sorprendieron de que los chavales no hubieran sufrido da?o alguno, porque el tramo que hicieron como polizones fue en una zona monta?osa, con una carretera de muchas curvas, cuestas empinadas y superficie dif¨ªcil. En las im¨¢genes y v¨ªdeos difundidos en los medios locales, eso s¨ª, se ven ambos ni?os embarrados.
Una vez descubiertos, los dos hermanos fueron reticentes en un principio a explicarse, pero despu¨¦s aseguraron que simplemente quer¨ªan ver a sus padres porque les echaban de menos. El viaje, sin embargo, era en vano, porque en realidad los progenitores residen en la provincia vecina de Cant¨®n y mintieron a los peque?os para que estos no sintieran que estaban tan lejos. Una de las profesoras de su aldea, que hab¨ªa denunciado esa misma ma?ana la ausencia de los dos hermanos en la escuela, fue la encargada de recogerlos y traerlos de nuevo a casa.
El caso ha puesto de relieve la enorme problem¨¢tica social de los llamados "ni?os dejados atr¨¢s", muchachos que crecen sin la presencia de sus padres porque estos decidieron emigrar del campo a la ciudad en busca de un sueldo y una vida mejor. Las familias no pueden trasladarse unidas porque el hukou, una suerte de pasaporte interno en China, solamente les garantiza ciertos derechos como la sanidad o la educaci¨®n si residen en su lugar de origen. Un ni?o con hukou de Guangxi en la provincia de Cant¨®n no puede, por ejemplo, ir a la escuela p¨²blica de esta ¨²ltima provincia. Se trata de un sistema muy estricto que ha permitido a China gestionar los flujos de poblaci¨®n y evitar, en cierto modo, la formaci¨®n de grandes ¨¢reas de chabolas alrededor de sus principales ciudades.
Pero los costes sociales de esta pol¨ªtica son inmensos. Seg¨²n datos de la Federaci¨®n de Mujeres de China, unos 61 millones de menores (uno de cada cinco en China) se encuentran en esta situaci¨®n y generalmente quedan al cuidado de los abuelos, t¨ªos, vecinos o amigos de la familia. Estos ni?os son m¨¢s susceptibles de tener problemas psicol¨®gicos, m¨¢s dados al fracaso escolar e incluso a sufrir abusos. En los casos m¨¢s graves, las familias solamente se re¨²nen una vez al a?o, coincidiendo con el A?o Nuevo Lunar.
El Gobierno chino ha empezado a reconocer el problema y ha abogado por m¨¢s protecci¨®n social a estos menores e incluso ha abierto la posibilidad de una flexibilizaci¨®n del permiso de residencia para que menos familias tengan que separarse. Pero conseguir un hukou de una de las grandes ciudades del pa¨ªs como Pek¨ªn, Shangh¨¢i o Cant¨®n, cuya prioridad actual es el control e incluso reducci¨®n de su poblaci¨®n, se antoja una quimera.
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