China ordena cerrar un curso de patriarcado para mujeres
Aunque la Constituci¨®n china consagra la igualdad, este pa¨ªs solo ocupa el puesto n¨²mero 100 en la paridad de trato a hombres y mujeres
No intentes evitar lavar los platos pidiendo comida a domicilio: ¡°Si encargas comida preparada en vez de cocinarla t¨² misma, te est¨¢s saltando las normas para las mujeres¡±. Cuando tu marido te pida algo, ¡°dile que s¨ª y que inmediatamente¡±. Para fregar, ¡°es mejor si lo haces bien agachada¡±.
Estos eran algunos de los consejos que se administraban en las clases del curso sobre ¡°Moralidad Femenina¡± que se impart¨ªan en la Escuela de Cultura Tradicional de la ciudad de Fushun, en Liaoning, en el noreste de China, hasta que las autoridades municipales han ordenado esta semana su cierre.
Un v¨ªdeo distribuido por Internet con el contenido de algunas de las clases mostraba a los profesores aleccionando a las alumnas con ¡°perlas¡± como ¡°el hombre es el cielo y la mujer es el suelo. La mujer est¨¢ en la posici¨®n m¨¢s baja¡±. O ¡°si te pegan, no devuelvas el golpe; si te insultan, no devuelvas el insulto; agu¨¢ntate, y no pidas el divorcio¡±. Entre las asignaturas del curso figuraban materias como cocina, costura o limpieza de la casa, pero tambi¨¦n normas de comportamiento o literatura tradicional.
¡°Si te pegan, no devuelvas el golpe; si te insultan, no devuelvas el insulto; agu¨¢ntate, y no pidas el divorcio¡±, ense?aban en el curso
¡°Mi marido me ha mandado a esta escuela para que aprenda subordinaci¨®n y comportamiento femenino¡±, dice una de las mujeres en las im¨¢genes. En otras escenas se ve a las alumnas levantarse a las 4.30 de la ma?ana para empezar las tareas dom¨¦sticas.
Despu¨¦s de que el v¨ªdeo suscitara m¨¢s de 5.000 comentarios de protesta en Internet, el departamento de Educaci¨®n de Fushun orden¨® la cancelaci¨®n de las clases, con el argumento de que infring¨ªan la moral social y y la igualdad de g¨¦nero.
Este tipo de escuelas, seg¨²n el peri¨®dico estatal Global Times, han proliferado en los ¨²ltimos a?os a lo largo de toda China. La Constituci¨®n de este pa¨ªs establece la igualdad entre hombres y mujeres, y el empleo femenino representa el 43% del total de la fuerza laboral en la segunda econom¨ªa del mundo. Pero la igualdad real est¨¢ a¨²n muy lejos, en un pa¨ªs donde seg¨²n la tradici¨®n siempre se ha preferido marcadamente a hijos varones para que perpet¨²en el linaje familiar. En el informe sobre igualdad de g¨¦nero del Foro Econ¨®mico Mundial de este a?o China figura en el n¨²mero 100, por debajo de pa¨ªses como Tayikist¨¢n o Azerbaiy¨¢n.
Aunque China tiene m¨¢s mujeres supermillonarias que cualquier otro pa¨ªs, el salario medio de una mujer es a¨²n un 35% menos que el de un hombre. Ninguna mujer ha entrado nunca en el m¨¢ximo ¨®rgano de poder en China, el Comit¨¦ Permanente del Partido Comunista (de siete miembros) y en el segundo nivel de mando, el Politbur¨®, solo hay una en sus 25 asientos
La soci¨®loga Leta Hong Fincher, en su libro Leftover Women (Mujeres Sobrantes) denuncia una mentalidad, impulsada desde las propias instituciones oficiales chinas, seg¨²n la cual las mujeres que no se han casado al llegar a los 27 a?os son defectuosas.
Las cifras oficiales calculan que aproximadamente un 22% de las mujeres casadas chinas sufren violencia en su hogar. Aunque China aprob¨® hace dos a?os su primera ley contra la violencia dom¨¦stica, su cumplimiento es a¨²n muy irregular y solo protege a las mujeres casadas. Un estudio de Asia Foundation presentado la semana pasada en Pek¨ªn encontr¨® que, en una muestra de 799 personas, un 13,3% denunci¨® haber sido personalmente v¨ªctima de abusos dom¨¦sticos en los ¨²ltimos 12 meses; un 56,4% reconoci¨® haber sido testigo de malos tratos contra alguien que conoc¨ªan. El 80% de las mujeres trabajadoras, seg¨²n algunos estudios, ha sufrido acoso al menos una vez en su vida.
Aunque lanzar en China una campa?a similar al #MeToo o #YoTambi¨¦n es complicado. Problemas como la violencia dom¨¦stica se han considerado tradicionalmente algo familiar en lo que no hay que entrometerse; como en Occidente, muchas mujeres acosadas en el trabajo optan por apretar los dientes o cambiar de empleo en vez de denunciar, convencidas de que si hablan ellas ser¨¢n las ¨²nicas perjudicadas.
Y en un pa¨ªs donde las autoridades priman la estabilidad por encima de todo, cualquier intento de movilizar a la sociedad civil se ve estrechamente vigilado. Hace dos a?os, un grupo de cinco feministas que preparaba una campa?a contra los tocamientos en el transporte p¨²blico fueron detenidas durante un mes. Otras activistas que han hablado contra la violencia sexual se han visto v¨ªctimas de hostigamientos constantes.
Pero el silencio ya presenta tambi¨¦n grietas. El peri¨®dico de propiedad estatal ¡°China Daily¡± tuvo que retirar en octubre, tras una serie de protestas por internet, una tribuna en la que se afirmaba que en este pa¨ªs el acoso sexual no es un problema. Tras el intento de una activista de Cant¨®n, de lanzar una campa?a contra acoso en el metro, han comenzado a aparecer mensajes oficiales contra los tocamientos. M¨¢s mujeres se atreven a hablar o declararse feministas. ¡°La campa?a contra el acoso sexual en China encara muchos obst¨¢culos y desaf¨ªos, pero lo m¨¢s importante y una fuente de mucho optimismo es que las activistas nunca se rendir¨¢n¡±, asegura la activista L¨¹ Pin en una columna para Amnist¨ªa Internacional.
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