Tres muertos en un ataque con catanas en un templo japon¨¦s
Asesinada la sacerdotisa de una de las cunas del sumo por su hermano, anterior rector del templo
Una disputa familiar por la sucesi¨®n al frente de un popular santuario shinto de Jap¨®n, con casi 400 a?os de antig¨¹edad, ha terminado con dos mujeres asesinadas y un hombre gravemente herido, as¨ª como con el suicidio del supuesto autor del crimen. Este atac¨® con una catana (espada tradicional japonesa) a su hermana, sacerdotisa principal de un conocido santuario sinto¨ªsta de Tokio, y luego acab¨® con la vida de su esposa, que le hab¨ªa ayudado y acompa?ado en el asesinato, seg¨²n ha informado hoy la polic¨ªa de la capital nipona al diario The Asahi Shimbun.
Los investigadores apuntan a que la causa del crimen es un desacuerdo sucesorio en la direcci¨®n del templo entre los hermanos -ambos muertos-, Nagako y Shigenaga Tomioka. Ambos pertenec¨ªan a una familia que ha administrado el templo a Hachiman de Tomioka desde su fundaci¨®n en 1627. Este santuario, dedicado al esp¨ªritu tutelar de los guerreros, es famoso por ser una de las cunas del sumo en Jap¨®n, pues albergaba torneos de este deporte durante la ¨¦poca de Edo. Su enemistad ven¨ªa creciendo desde que ¨¦l fuera despedido por su padre como sumo sacerdote y, tras un breve periodo de interregno del progenitor, ella fuer nombrada suma sacerdotisa.
El hombre, identificado como Shigenaga Tomioka y de 56 a?os, atac¨® en primer lugar con una espada japonesa a su hermana, de 58 a?os, despu¨¦s de que la mujer llegara al recinto sagrado donde trabajaba en un veh¨ªculo conducido por su ch¨®fer. A continuaci¨®n, la esposa del atacante, de unos 30 a?os y que se encontraba con ¨¦l a la entrada del santuario, persigui¨® al conductor durante m¨¢s de 100 metros cuando este trataba de huir y le hiri¨® de gravedad tambi¨¦n con una catana, explic¨® a Efe un portavoz de la Polic¨ªa Metropolitana de Tokio.
Shigenaga Tomioka apu?al¨® despu¨¦s a su pareja y se suicid¨® utilizando las mismas armas blancas, seg¨²n cree la polic¨ªa, que acudi¨® a la escena del crimen tras recibir llamadas de aviso de los vecinos. La hermana del atacante, Nagako Tomioka, se encontraba ya muerta cuando las autoridades llegaron al santuario, mientras que su esposa falleci¨® tras ser trasladada al hospital y el ch¨®fer, de 33 a?os, sufri¨® cortes profundos en el hombro y el brazo.
La polic¨ªa que acudi¨® al santuario, ubicado en el distrito tokiota de Koto-ku (al este de la ciudad) y, hall¨® en la escena del crimen?una espada larga japonesa de unos 80 cent¨ªmetros, otra corta y dos navajas con las que se perpetraron supuestamente los ataques.?
Shigenaga Tomioka hab¨ªa ocupado el puesto de sacerdote principal del santuario hace m¨¢s de una d¨¦cada, pero fue relegado de este puesto y le sucedi¨® su hermana, lo que le llev¨® a enviarle cartas con amenazas de muerte por las que lleg¨® a ser detenido por la polic¨ªa en 2006, seg¨²n inform¨® la agencia local Kyodo. El supuesto asesino hab¨ªa regido el templo en los a?os noventa, tras reemplazar a su propio padre, seg¨²n informa el diario Asahi Shimbun.
Sin embargo, fue despedido en 2001 y el padre recuper¨® su puesto, al tiempo que coloc¨® a su hija Nagako como su mano derecha en la gesti¨®n del santuario. Fue entonces cuando el supuesto asesino mand¨® las cartas. El padre se jubil¨® en 2010, lo que elev¨® al m¨¢ximo puesto a su hija, quien se convirti¨® en la principal sacerdotisa, pese al desacuerdo de la organizaci¨®n bajo cuya ¨¦gida se encuentra el templo, seg¨²n la BBC.
"De vez en cuando ¨¦l romp¨ªa a llorar o se pon¨ªa a gritar. Creo que era una persona inestable emocionalmente", ha asegurado una fiel al santuario a la prensa local. A su lado, otra mujer comentaba: "Siempre estuve preocupada de que algo as¨ª pudiera ocurrir alg¨²n d¨ªa, pero de todas formas sigo en shock".
El santuario de Tomioka Hachiman se fund¨® a principios del per¨ªodo Edo (1603-1867) y su popularidad se dispar¨® bajo el patrocinio del shogunato Tokugawa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.