El Parlamento de Polonia aprueba las leyes que politizan la justicia

Polonia ha dado otro paso m¨¢s hacia la politizaci¨®n de la justicia. El Parlamento polaco ha aprobado este viernes dos proyectos de ley que entregan al Gobierno el control del Consejo Nacional de la Judicatura (KRS, por sus siglas en polaco) y del Tribunal Supremo a trav¨¦s de la designaci¨®n de sus jueces. Dos pol¨¦micos decretos pr¨¢cticamente id¨¦nticos a los que en julio hicieron saltar todas las alarmas en Bruselas, que amenaz¨® al Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) con retirarle sus derechos de voto si no daba marcha atr¨¢s en ese nuevo cap¨ªtulo de su deriva autoritaria.

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Pero parece que el PiS no ha reculado y, pese a las cr¨ªticas y la preocupaci¨®n de las instituciones comunitarias y otros organismos internacionales, ha sacado adelante la normativa que se une a un amplio paquete de reformas con las que, desde que lleg¨® al poder hace dos a?os, el partido nacionalista ha tomado el control del Tribunal Constitucional o los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos. Las dos nuevas normas contienen, adem¨¢s, apenas cambios cosm¨¦ticos sobre los vetados sorpresivamente y ante la movilizaci¨®n ciudadana por el presidente polaco Andrezj Duda, el pasado julio.

En la pr¨¢ctica, las dos nuevas normas ¡ªque deben pasar ahora por el Senado y obtener la r¨²brica del presidente Duda, que no parece que vaya a volver a vetarlas¡ª recortan la edad de jubilaci¨®n de los jueces del Supremo de los 70 a?os actuales a los 65, lo que puede suponer el desalojo de buena parte de los 87 de sus magistrados, entre ellos la presidenta, Malgorzata Gersdorf, que se ha convertido en una de las voces m¨¢s sonoras contra la reformas de la justicia del Ejecutivo y que deb¨ªa permanecer en el cargo otros tres a?os m¨¢s. El cambio sobre el decreto anterior es que el nuevo otorga al presidente del pa¨ªs el poder de eximir, de manera individual, a los magistrados de la obligaci¨®n de jubilarse.

La nueva regulaci¨®n establece tambi¨¦n una in¨¦dita f¨®rmula para recurrir decisiones judiciales que, a trav¨¦s de lo que se ha llamado "queja extraordinaria", permite a los ciudadanos impugnar todas las sentencias emitidas en los ¨²ltimos 20 a?os.

El Gobierno y el PiS argumentan su reforma en la lucha contra la corrupci¨®n, la ineficiencia judicial y contra una ¡°casta privilegiada¡± de jueces y fiscales. Desplazar a esa ¨¦lite est¨¢ en el esp¨ªritu de su reforma que otorga al Parlamento ¡ªcontrolado por el partido del Gobierno¡ª el poder de nombrar a los miembros del Consejo Supremo de la Magistratura (KRS, por sus siglas en polaco), un organismo que se ocupa de garantizar la independencia judicial; componentes que, hasta ahora, eran elegidos por sus colegas jueces. Nueve de ellos ser¨¢n elegidos por la mayor¨ªa parlamentaria? y el resto, uno por cada grupo; otro peque?o cambio negociado con Duda para evitar que la totalidad del KRS sea designada por el partido gobernante.

"Este es un d¨ªa oscuro para la democracia polaca", ha dicho ante el Parlamento el jefe del partido opositor Plataforma C¨ªvica, que acus¨® al PiS de romper la divisi¨®n de poderes y de efectuar un nuevo ataque a la independencia judicial. Tambi¨¦n la Comisi¨®n de Venecia, un organismo que asesora al Consejo de Europa, ha advertido que las reformas son "una grave amenaza" al sistema judicial de Polonia y que "conducir¨¢n a la politizaci¨®n de largo alcance". Organizaciones de derechos civiles ya han convocado movilizaciones para este fin de semana.

Nuevo primer ministro

El avance de la reforma de la justicia coincide con otro movimiento pol¨ªtico de gran calado: la sustituci¨®n de la primera ministra,?Beata Szydlo, por el ministro de Finanzas,?Mateusz Morawiecki, una figura en alza que adem¨¢s es muy leal a Jaroslaw Kaczynski, el l¨ªder del partido y quien, verdaderamente, maneja desde la sombra el Gobierno del PiS.

El nombramiento de Morawiecki, exbanquero y gran ide¨®logo de la ley de apoyo a las familias ¡ªmedida estrella del Ejecutivo y una de las que m¨¢s apoyo le garantiza¡ª se ve como una manera de garantizar la estabilidad a los inversores en el gigante del Este, sexta econom¨ªa de la Uni¨®n, pese a los conflictos que mantiene abiertos con Bruselas. Conflictos que no tienen visos de disiparse, sino m¨¢s bien al contrario.