EE UU ofrece a Corea del Norte un ¡°di¨¢logo directo y sin condiciones previas¡±
La propuesta del secretario de Estado supone un giro inesperado en la postura estadounidense, que exig¨ªa la renuncia de Pyongyang al arsenal nuclear
Algo se mueve. El secretario de Estado, Rex Tillerson, ofreci¨® este martes a Corea del Norte un ¡°di¨¢logo directo y sin condiciones previas¡±. La propuesta, solo dos semanas despu¨¦s de la crisis abierta por la ¨²ltima y contundente prueba bal¨ªstica norcoreana, supone un giro inesperado. Frente a la exigencia de que Pyongyang renunciase al arsenal nuclear, ahora Washington solo pide un ¡°periodo de calma¡±. Una rebaja excepcional para un pa¨ªs que ha amenazado con la ¡°destrucci¨®n total¡± a su adversario. ¡°Ve¨¢monos y empecemos a trazar una hoja de ruta¡±, pidi¨® Tillerson.
El secretario de Estado vive d¨ªas inciertos. A finales de noviembre, fuentes de la Casa Blanca llegaron a informar de que hab¨ªa un plan para reemplazarle por el director de la CIA, Mike Pompeo. Aunque el propio presidente lo desminti¨®, la figura de Tillerson qued¨® da?ada. Alejado del n¨²cleo ¨ªntimo de Donald Trump, se hizo evidente que no coinciden en modos ni en posiciones. Corea del Norte es uno de esos puntos de separaci¨®n. ¡°No pierdas el tiempo tratando de negociar con el peque?o hombre cohete¡±, le lleg¨® a decir en octubre Trump a Tillerson en un tuit.
Pero esta vez es distinto. En aquel momento se trataba de intentos informales. En cambio, el ofrecimiento lanzado este martes a Pyongyang es de tal envergadura que dif¨ªcilmente ha podido ser adoptado sin aquiescencia del Despacho Oval. No ser¨ªa un juego extra?o en Trump. En ocasiones permite que sus colaboradores asuman el riesgo y luego mantiene los platillos girando en el aire hasta el ¨²ltimo momento. Ocurri¨® con el pacto nuclear de Ir¨¢n y con la retirada del acuerdo contra el cambio clim¨¢tico.
La Casa Blanca: "Ahora no es el momento"
La diplomacia se juega en los matices. El ofrecimiento del secretario de Estado, Rex Tillerson, tiene como punto fuerte que abandona la exigencia de que Corea del Norte renuncie al arsenal nuclear, pero impone una premisa clara: que transcurra un ¡°periodo de calma¡±. Esta petici¨®n implica que un di¨¢logo es ahora mismo imposible. Hay que esperar a que se aquieten las aguas y que Pyongyang aplace sus ensayos bal¨ªsticos y nucleares.
Esa posici¨®n fue recordada con ¨¦nfasis por la Casa Blanca. ¡°Dado el ¨²ltimo misil, claramente ahora no es el tiempo (para negociaciones)¡±, afirm¨® un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, quien insisti¨® en que para abrir el di¨¢logo, Corea del Norte debe ¡°mejorar su conducta¡± de forma clara.
En este caso, Tillerson ha tomado un camino directo. Evitando toda arista verbal, se ha esforzado en abrir un cauce de di¨¢logo en un momento especialmente tenso. ¡°No es realista decir que s¨®lo pueden hablar si vienen a la mesa listos para renunciar a su programa. Han invertido demasiado en ¨¦l [...] Estamos dispuestos a hablar con Corea del Norte en el momento que quiera. Estamos dispuestos a una primera reuni¨®n sin condiciones previas. Ve¨¢monos y hablemos del tiempo si hace falta o de si la mesa debe ser redonda o cuadrada, y luego empecemos a trazar una hoja de ruta¡±, dijo Tillerson en una conferencia en el think tank Atlantic Council.
El movimiento, con sus concesiones al enemigo n¨²mero uno de EE UU, apunta a un golpe t¨¢ctico destinado a abrir una v¨ªa de oxigenaci¨®n en un conflicto cada vez m¨¢s emponzo?ado, pero tambi¨¦n posiblemente a complacer al actor clave: China. Sabedor de que cualquier logro diplom¨¢tico depende de la colaboraci¨®n de Pek¨ªn, el secretario de Estado mostr¨® lo avanzadas que est¨¢n las conversaciones con el gigante asi¨¢tico. As¨ª, revel¨® que en caso de conflicto o colapso del r¨¦gimen de Pyongyang, Estados Unidos se ha comprometido con China a alejarse de la frontera norcoreana y que su ¨²nico inter¨¦s ser¨ªa el futuro de las armas nucleares para evitar que caigan ¡°en manos indeseables¡±.
El ofrecimiento de Tillerson no ha recibido a¨²n contestaci¨®n de Corea del Norte. La postura tradicional del L¨ªder Supremo, el tir¨¢nico Kim Jong-un, ha sido que solo habr¨¢ di¨¢logo cuando se complete su misil intercontinental con carga nuclear. Otro punto de fricci¨®n son las propias maniobras militar de EE UU y Corea, vistas como una amenaza por Pyongyang.
Superados todos estos escollos queda la propia inercia del pulso nuclear y bal¨ªstico. No es solo que la ¨²ltima prueba, con un misil que podr¨ªa haber impactado en Washington, haya demostrado lo desarrollado que est¨¢ el programa norcoreano e irritado proporcionalmente al Pent¨¢gono. Es tambi¨¦n el rencor acumulado entre Trump y Kim Jong-un y que ha derivado en un ins¨®lito espect¨¢culo de insultos. Todo ello tiene ahora que ser salvado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.