Pi?era gana las elecciones en Chile con una diferencia clara de nueve puntos
Una extraordinaria movilizaci¨®n de la derecha chilena consolida el giro regional
Chile vuelve a girar a la derecha. El expresidente Sebasti¨¢n Pi?era logr¨® una victoria muy clara sobre el socialdem¨®crata Alejandro Guillier y dirigir¨¢ de nuevo el pa¨ªs austral por cuatro a?os. Logr¨® m¨¢s de nueve puntos de diferencia (54,5% a 45,4%), muy por encima de lo esperado. Su rival progresista, que no logr¨® el reto de una movilizaci¨®n masiva de todo el centro izquierda a su favor, incluido ese 20% de chilenos que apoyaron en primera vuelta al izquierdista Frente Amplio, admiti¨® que era una ¡°derrota muy dura¡± y llam¨® a ¡°reconstruir el progresismo¡±. Guillier perdi¨® incluso en su regi¨®n, Antofagasta. Esta victoria, construida alrededor de una inesperada y masiva movilizaci¨®n de la derecha, consolida en Chile el giro liberal de la regi¨®n que arranc¨® en 2015 en Argentina con la victoria de Mauricio Macri, fiel apoyo de Pi?era, tanto que incluso provoc¨® una gran tensi¨®n diplom¨¢tica al respaldarle abiertamente en plena campa?a.
Guillier trat¨® de convertir la elecci¨®n en un plebiscito a Pi?era, uno de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs, y movilizar el voto anti-derecha como lo hizo Pedro Pablo Kuczynski en Per¨² contra Keiko Fujimori, pero no lo logr¨®. Al contrario. La participaci¨®n subi¨®, algo que en teor¨ªa beneficiaba a la izquierda, pero fue la derecha la que se moviliz¨® masivamente. Pi?era logr¨® 1,3 millones de votos nuevos. De la derecha de Jos¨¦ Antonio Kast, candidato en la primera vuelta, solo le pod¨ªan llegar 523.000, por lo que el expresidente logr¨® sumar unos 860.000 votos propios que le llegaron de todos los frentes. incluidos algunos que apostaron en primera vuelta por Beatriz S¨¢nchez, la candidata del Frente Amplio. Las encuestas, que apuntaban un empate t¨¦cnico, volvieron a fallar.
El triunfo del derechista le da una gran fortaleza pol¨ªtica, porque ha mejorado incluso en votos el resultado de Bachelet en 2013. A pesar de que en Chile la abstenci¨®n es alta (de nuevo super¨® el 50%) este resultado muestra que el giro a la derecha es de fondo y este grupo tiene un techo mucho m¨¢s alto del que se pensaba en un pa¨ªs dominado hasta ahora por el centro izquierda.
"Felicito a Pi?era por su impecable y macizo triunfo. Debemos aprender la lecci¨®n, reconstruir una opci¨®n solidaria, basada en la igualdad de oportunidades. Hemos sufrido una derrota dura, hay que ser autocr¨ªticos. Tenemos que salir a defender las reformas en las que creemos. Vamos a hacer una oposici¨®n constructiva, debemos renovar nuestros liderazgos, olvidarnos de tantos palacios, ir a las juntas de vecinos. Me comprometo a trabajar por la unidad y renovaci¨®n del progresismo. Es una noche triste pero saldremos fortalecidos" clam¨® rodeado de su familia, sin ning¨²n dirigente de su partido que lo respaldara en la tribuna en esas horas bajas.
"En la primera vuelta tuvimos menos votos de los que esper¨¢bamos y en la segunda m¨¢s de los que esper¨¢bamos", sentenci¨® poco despu¨¦s Pi?era. M¨¢s tarde, en una plaza repleta, el nuevo presidente electo hizo un largo discurso de unidad, moderado, con mensajes de centro, de inclusi¨®n social, y sobre todo de rechazo al enfrentamiento. Todo muy alejado del extremismo de derecha que tambi¨¦n fue importante para su victoria. "Viva la diferencia, viva el pluralismo de ideas, pero nunca convertirnos en enemigos. Podemos ser adversarios, pero no enemigos", clam¨® una y otra vez.
En un ejercicio democr¨¢tico impecable que muestran las formas particulares que distinguen a la pol¨ªtica chilena, Michelle Bachelet, la presidenta progresista, llam¨® al derechista Pi?era para felicitarlo y la conversaci¨®n fue transmitida en directo en televisi¨®n. Ambos reconocieron el papel del otro, se desearon lo mejor, prometieron colaboraci¨®n, y quedaron para desayunar juntos al d¨ªa siguiente en casa de Pi?era. Chile no tiene reelecci¨®n, pero s¨ª permite volver a presentarse cuatro a?os despu¨¦s, por eso se ha dado esta extra?a f¨®rmula Bachelet-Pi?era-Bachelet-Pi?era, que van a ocupar el poder 16 a?os entre los dos. Para redondear ese estilo chileno, Guillier y Pi?era comparecieron conjuntamente al final de la noche y se dieron un abrazo ante las c¨¢maras.
Chile debat¨ªa si hac¨ªa un giro a la derecha con Pi?era o se manten¨ªa con Guillier en el eje de centro izquierda en el que se coloc¨® con Bachelet hace cuatro a?os, y que ha dominado casi toda la etapa democr¨¢tica reciente de este pa¨ªs. Pero lo cierto es que el cambio no ser¨¢ radical en ninguno de los dos casos. Incluso Pi?era, en la recta final, ha aceptado indirectamente la pol¨¦mica gratuidad de la educaci¨®n universitaria que promovi¨® Bachelet. Pi?era, que no tiene mayor¨ªa en el Parlamento, necesita acercarse a diputados progresistas moderados para sacar adelante sus leyes, y eso garantiza un giro tranquilo. La moderaci¨®n final del expresidente en la recta final de la campa?a parece haber tenido un muy buen resultado en las clases medias.
Con Guillier habr¨ªa profundizaci¨®n de las reformas progresistas de Bachelet, con Pi?era habr¨¢ frenazo y replanteamiento, pero es dif¨ªcil imaginar una marcha atr¨¢s radical ni siquiera en una ley tan pol¨¦mica para la derecha como la despenalizaci¨®n parcial del aborto, aprobada por Bachelet en la recta final de su mandato. Lo m¨¢s probable es que Pi?era no de un paso m¨¢s en derechos civiles ni en reformas progresistas pero es dif¨ªcil imaginar un fuerte retroceso. No tiene fuerza pol¨ªtica para hacerlo ni ganas de meterse en ese avispero.
Lo suyo es la econom¨ªa, las bajadas de impuestos ¨Ctampoco radicales, no tiene margen por el d¨¦ficit fiscal- y medidas a favor de las empresas para dinamizar la econom¨ªa. Chile tiene cifras envidiables en el entorno latinoamericano -1,5% de d¨¦ficit y 25% de deuda- pero altas para su l¨ªnea tradicional de equilibrio fiscal. As¨ª que con cualquiera de los dos presidentes se espera un cambio tranquilo, no un giro radical.
Guillier lo ten¨ªa muy dif¨ªcil. Necesitaba el respaldo de todos los votantes del izquierdista Frente Amplio para revertir los resultados de la primera vuelta, en la que Pi?era le sac¨® 15 puntos de distancia. Esos votantes no se volcaron con Guillier y permitieron as¨ª la victoria de Pi?era, que claramente le rob¨® votos a Guillier tambi¨¦n por el centro. Los dos candidatos se conocen bien, tanto que trabajaron juntos, cuando Pi?era contrat¨® a Guillier como periodista estrella de su televisi¨®n.
La candidatura de Guillier fracas¨® en su intento de agrupar a un voto muy heterog¨¦neo que va desde un grupo como el Frente Amplio, cercano a Podemos, hasta los democristianos que en Chile se colocan en el centro izquierda. Ya en la jornada electoral se vio que no iba a ser f¨¢cil. Beatriz S¨¢nchez, la candidata del Frente Amplio en la primera vuelta, puso distancia con Guillier incluso en un d¨ªa clave como ese. "Nosotros, como Frente Amplio, vamos a hacer oposici¨®n a cualquiera de los candidatos.. No vamos a participar del Gobierno. No vamos a establecer una negociaci¨®n. Yo he dicho por qui¨¦n voy a votar [por Guillier] pero las personas son due?os de sus votos. No me siento poseedora de los votos de nadie. No he hecho un llamado a votar¡±, insisti¨®.
Esa distancia que muestra el Frente Amplio por Guillier, a pesar de que todos sus dirigentes importantes han dicho en el ¨²ltimo momento que le van a votar, contrast¨® con el voto de la derecha, que estaba totalmente unido con Pi?era. Tanto es as¨ª que el candidato a la derecha del expresidente, Jos¨¦ Antonio Kast, un ultracat¨®lico pinochetista, no solo pidi¨® el voto abiertamente desde el primer minuto para Pi?era sino que se fue a una mesa electoral a hacer de interventor a favor del expresidente como un gesto m¨¢s para agrupar todos los votos frente a la disgregada izquierda.
La participaci¨®n de Kast gener¨® los ¨²nicos momentos tensos de una jornada muy tranquila, como es habitual en Chile. Algunos ciudadanos increparon al dirigente derechista que tuvo que ser protegido por las fuerzas del orden en el colegio electoral del Estadio Nacional, en Santiago. Los gritos y la tensi¨®n siguieron m¨¢s de una hora pero los agentes impidieron que llegaran a las manos. Kast se manten¨ªa firme en su silla mientras lo increpaban.
En los ¨²ltimos d¨ªas incluso se ha tratado de instalar en los votantes de derecha el miedo a una victoria de Guillier, apoyado por el Frente Amplio, con el t¨¦rmino ¡°Chilezuela¡± ¡ªuna mezcla entre Chile y Venezuela¡ª por el temor a que Chile entre en una deriva bolivariana. Es algo tan irreal en un pa¨ªs donde incluso el intento de Michelle Bachelet de hacer gratuita la educaci¨®n universitaria ha tenido enorme resistencias, que fue objeto de burla. ¡°Lo de Chilezuela es rid¨ªculo, quedar¨¢ como un punto de humor de esta campa?a¡±, se ri¨® S¨¢nchez. Nada es tan dram¨¢tico en Chile como suele serlo en sus vecinos latinoamericanos, ni siquiera la pol¨ªtica.
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